sábado, 19 de agosto de 2017

No nos pueden robar la libertad


De nuevo un grupo de descerebrados asesinos han sembrado el caos y el pánico en una ciudad europea. Ahora le ha tocado el turno a Barcelona.

De nuevo unos fanáticos religiosos iluminados han matado en el nombre de un dios que ellos manipulan a su antojo y sus perversos intereses. Pretenden arrebatarnos la libertad. La libertad de decidir, de creer o no creer o de creer en uno u otro dios. Quieren imponer, por el terror,  un modelo de sociedad arcaica, trasnochada y cuyo única ley sea su interpretación perversa y retrograda de un credo religioso. 

Quieren meternos el miedo en el cuerpo, que pensemos que ayer fueron Nice, Londres, Berlín, París, etc y hora ha sido Barcelona. Pero que mañana puede ser cualquier otro pacifico y libre lugar. Por eso no podemos sentir miedo porque no van a poder conseguir imponer sus objetivos. Sus métodos son cada vez como el de quien se siente acorralado y prefiere morir matando. Porque es muy fácil asesinar a personas que disfrutan de su ocio. Si alguna vez sentimos miedo, entonces ellos habrán ganado.


Y no nos dejemos engañar, no es una guerra entre civilizaciones. Es tan solo el ataque de unos descerebrados asesinos que utilizan la religión en su intento de destruir un modelo de sociedad basado en la libertad y los derechos de las personas. Aunque a veces muchos pensemos que este sistema de valores es manifiestamente memorable. 


No se trata de una religión que quiere imponer sus valores, más o menos éticos, al resto de la sociedad. Se trata simplemente de grupos de tearroristas fanáticos religiosos que pretenden imponer mediante el terror, al resto de la sociedad, sus retrógrados valores. Su justificación es tan solo una interpretación perversa de una religión. 


Pero tampoco seamos cándidos. Existe esta situación porque hay quienes les financian. Todos sabemos de monarquías teocráticas islámicas que se dedican a financiar estos grupos terroristas, mientras los gobiernos occidentales miran hacia otro lado y hacen pingues negocios de armamento y por el otro lado de petróleo. Sin que se les caiga la cara de vergüenza. Esto es algo que debe acabar. La hipocresía de nuestros gobernantes, que por un lado luchan y claman contra el terrorismo yihadista y que por el otro mantienen relaciones de amistad con quiens financian este terrorismo se tiene que acabar o si no, no se acabará con este tipo de terrorismo.


Pero sobre todo la sociedad no tiene que sentir miedo. Hay que seguir viviendo de cara al exterior como si nada hubiera pasado aunque en nuestro interior sintamos el dolor de las personas que han sido vilmente asesinadas por estos fanáticos terroristas religiosos. Ni olvido ni perdón: justicia.

Salud, República y Socialismo

jueves, 10 de agosto de 2017

Andrea Levy se hace revolucionaria

Andrea Levy, Vicesecretaria General del Partido Popular, dice que se considera revolucionaria. Tergiversa el sentido de las palabras para vaciarlas de contenido.

Ayer afirmaba que ella y el PP son revolucionarios y reafirmaba sus palabras con esta afirmación: "Cuando uno apuesta por llevar a cabo determinadas políticas que cambien la situación, es revolucionario. Darle la vuelta al mercado laboral es revolucionario" Esto es simplemente tergiversar el lenguaje y tratar de vaciar de contenido el sentido del concepto revolucionario.

Revolución, revolucionario signifiva avance. Revolucionarios eran, eramos, lo que nos jugábamos la libertad y la vida en la lucha clandestina contra la dictadura franquista. Los que hicimos que se implementaran leyes que garantizaban los derechos y libertades de un régimen democrático. Lo que arrancamos una legislación laboral que daba estabilidad en el empleo, y garantizaba empleo digno a los trabajadores. Todo lo que supuso un avance en los derechos y libertades democráticas y laborales después de la dictadura franquista. Aunque no consiguiéramos todos nuestros objetivos. Ellos, mientras tanto, continúan defendiendo el franquismo o cuando menos pasando de perfil sobre sus consecuencias.

Porque no se puede considerar revolucionario lo que ha hecho que retrocedamos en nuestros derechos y libertades democráticas. Eso es simplemente contrarrevolución. Porque eso es lo ha sucedido con la  legislación impuesta por el Partido Popular siempre que ha gobernado. No es revolucionario imponer legislación civil y laboral que nos retrotrae al siglo XIX. Que nos elimina derechos básicos como la libertad de expresión y manifestación. No es revolucionario convertir el empleo estable en empleo precario, el empleo digno en empleo que nos convierte en trabajadores por debajo de los niveles de pobreza, el empleo con derechos en empleo sin derechos.

Decir que darle la vuelta al mercado de trabajo es revolucionario es un insulto a la inteligencia. Pero claro hay que entender su punto de vista, porque evidentemente para los empresarios ha sido revolucionario. Limitar el poder de negociación colectiva, limitar el  poder de lo sindicatos, incrementar el poder de molificación de las condiciones de trabajo por parte de los empresarios,  etc. Todo ello ha sido revolucionario para los empresarios, que jamas hasta la llegadoça del PP al poder, han tenido mayor poder de decisión en las empresas. Pero para los trabajadores ha significado una puñalada por la espalda.

Ellos, el PP y la señora Levy, deben hablar de revolucionario pensando solo en la macroeconomía. Evidentementre esta ha crecido pero han aprovechado para que el crecimiento se lo lleven los poderosos arrebatando parte de la riqueza a la mayoría social. Ellos celebran el incremento del empleo pero nos esconden una cruda realizad, las horas anuales trabajadas son menos que al inicio de la crisis. Lo que lleva a una conclusión no ha crecido el empleo, se ha repartido el que había. Ni el PP ni la señora Levy son revolucionarios. ¿hasta ahí podríamos llegar! Ellos no han incrementado el progreso y el bienestar social de la mayoría social. Han hecho lo contrario. Han aprovechado la crisis como excusas para hacer su contrarrevolución conservadora imponiendo una nueva redistribución de riqueza donde los ricos se han hecho más ricos y a los pobres los han hecho más numerosos y más pobres.

Pretende reírse de nosotros, que somos los pagadores de la crisis, manipulando un concepto como revolución y revolucionario que significa avance social cuando desde sus políticas solo ha habido recortes y retroceso social. Su revolución solo ha consistido en hacer que los poderosos y las grandes fortunas avancen económicamente, porque son los verdaderos vencedores y beneficiarios de esta crisis económica gracias a la contrarrevolución conservadora del Partido Popular.

No nos dejemos engañar la señora Levy no es una revolucionaria es simplemente una facha pija con una falsa apariencia de progre.


Salud, República y Socialismo.

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