Solo 19,98 Km. a la meta: Santiago de Compostela. La cercanía del fin hace que esta etapa sea comoun paseo.
Etapa sin gran interes salvo los 5 primeros kilometros hasta llegar a San Paio, donde se encuentrauno con la agradable sorpresa del momumento a los republiganos españoles obligados a la construccion del aeropuerto de Lavacolla.
A partir de ahí se siente la proximidad de la gran ciudad que es Santiago, incluido algún que otroatentado urbanistico a la naturaleza.
Al llegar al monte del Gozo se empieza a divisar la ciudad y ya solo se piensa en marisco, empanada y ribeiro.Han merecido lapena los 160 km pateados desde O Cebreiro a Santiago de Compostela.
Etapa relajante de pocos kilómetros (19,2), bastante llana y con pocos monumentos, una etapa para recuperarse de los casi 30 Km. de la anterior.
Salida de Arzua cuando aún no ha amanecido y al poco se unen numerosos peregrinos pues hay quienes hacen los 38 Km. que quedan para Santiago en una sola etapa. Merece la pena el madrugón pues las primeras luces del día van dejando entrever espectrales paisajes salpicados de bruma.
A poco más de dos horas de caminata aparece, en un recodo, un pequeño pero surtido bar. Justo cuando el estomago empieza a avisar de que hay que reponer energías. Por pocos euros se puede tomar un fuerte desayuno con productos de la tierra.
Como dije al principio esta etapa discurre sin monumentos solo numerosos hórreos van apareciendo de vez en cuando en los lugares mas insospechados, alternándose con campos de maíz y bosques de eucaliptos y pinos.
Esta es sin duda la etapa mas dura del camino en tierras gallegas, no solo por su distancia 29,52 Km si no por la dureza del camino. Es un continuo subir y bajar, un permanente tobogán para salvar los afluentes del río Ulla, en definitiva un rompepiernas.
Pero no por ello es también una de las etapas más interesantes, por los bellos rincones que se encuentran cada vez que se cruza uno de los afluentes del Ulla, por los muchísimos hórreos que se encuentran a uno y otro lado del camino y porque para recompensar el esfuerzo, en Mellide se puede comer uno de los mejores pulpos de Galicia.
En Furelos existe una iglesia que tiene un curioso Cristo crucificado, tiene el brazo derecho desclavado y caido. Según el cura de la iglesia solo hay constancia de 6 cristos como ese en el mundo.
La villa de Mellide está situada justo a la mitad de la etapa y es una buena escusa para detenerse, sin necesidad de desviarse del camino, y almorzar con una generosa y barata ración de pulpo en la Pulpería Ezequiel (Avda. de Lugo, 48).
En esta etapa casi desaparece el bosque autóctono del que habíamos disfrutado hasta ahora y es sustituido por los eucaliptos y los pinares, aunque no imposibilita que de vez en cuando tengamos una bellas vistas.
Finalizando la etapa, a escasos tres kilómetros de Arzúa se encuentra el antiguo hospital de peregrinos de Ribadiso de Baixo, un conjunto de varios edificios hoy rehabilitados en uno de los más bellos alberges del camino. Es una buena alternativa si no se quiere llegar hasta Arzúa, que por otro lado carece de interés turístico.
En el cuarto día de la caminata a Santiago recorremos 25, 06 km., los que separan Portomarín de Palas del Rey.
La noche había estado metida en agua, lo que presagiaba una etapa pasada por agua, pero no fue así. Aunque nada más cruzar el puente sobre el Rego de Torres una fina lluvia nos obliga a ponernos las capas de agua, pero pasado una hora la fina lluvia es sustituida por la niebla. En esta parte del camino las anteriores masas arboladas has sido sustituidas por repoblaciones de pinos, tojos y retamas. Aunque lo que verdaderamente hace interesante esta etapa son las continuas nieblas que acompañan durante casi toda la etapa, lo que da un aire misterioso a todo el recorrido y hace que los 25 Km. sean casi como un paseo.
En la tercera etapa nos esperan 22,75 Km., los que nos separan Sarria de Portomarín. Es una etapa tranquila y relativamente suave, salvo un tremendo descenso al final para llegar a Portomarín.
La salida de Sarria se hace a través del puente de Áspera, entrando a continuación en un precioso bosque con la única pendiente importante en toda la etapa. A poco mas de 4 Km. llegamos a Barbadelo, donde interesa hacer una pausa para ver su iglesia románica, la iglesia de Santiago.Se cuenta en el Codice Calistino (s. XII) que hasta Barbadelo se desplazaban falsos agentes de los hosteleros compostelanos para engañar a los peregrinos.
A partir de aquí mucho camino de asfalto y llegando al Ferreiros, se traspasa el mítico Km. 100 del camino.
La llegada al nuevo Portomarín culmina la etapa. El viejo Portomarín yace bajo las aguas del río Duero, a causa de la construcción de uno de los pantanos del franquismo, el viejo pueblo fue trasladado al monte del Cristo incluida la iglesia-fortaleza de San Nicolás, de gran altura e iluminada con esbeltas ventanas y dos rosetones. En Portomarín no hay que olvidarse de comer angulas.
Tras el paréntesis navideño, vuelvo caminando por la segunda etapa del camino de Santiago en tierras gallegas, de Triacastella a Sarria.
Etapa esta que es relativamente corta 18,37 Km o se puede hacer un poco mas larga 24,5 Km. La diferencia de kilómetros esta entre ir por el itinerario de la derecha, por San Xil, o por el de la izquierda, por el valle de Oribio. Casi todo el mundo va por el de la derecha no solo por ser el más corto sino porque el Ayuntamiento de Samos, donde existe un monasterio benedictino, es algo hostil a los peregrinos.
Volviendo al tema, esta etapa tiene tres partes bien diferenciadas. La primera de ellas comienza nada más dejar el municipio de Triacastella y discurre el camino entre unos bellos y verdes bosques de castaños, robles, chopos, álamos y otros árboles de ribera así como prados y antiguas aldeas techadas de pizarra. En este tramo encontraremos, también, algunas pequeñas ermitas y numerosas corredeiras que son como partes del camino escavados en la tierra.
La segunda parte discurre por unos altozanos que permite disfrutar de unas estupendas vistas panorámicas, sobre todo si el valle está cubierto de nubes bajas.
Finalmente a cinco kilómetros de Sarria el camino discurre paralelo a la carretera lo que lo hace aburrido por la falta de interés paisajístico o arquitectónico. Es interesante llegar pronto a Sarria para poder comer un buen pulpo en el malecón de río Sarria y recorrer por la tarde su interesante casco antiguo, deslucido por la colocación de unas farolas modernistas que no están en sintonía con sus empedradas calles. Es que hay alcaldes o alcaldesas con muy poco estilo.
Recorrer el camino de Santiago es siempre una experiencia agradable. Son muchos los motivos que hacen que las personas se echen al sendero y se pongan a caminar. Unos los hacen por motivos religiosos, otros por motivos esotéricos y los que más por motivos deportivos, culturales o gastronómicos.
La zona gallega del camino es una de las partes más bella del mismo. Son aproximadamente 160 Km más los cuatro de subida desde Piedrafita de Cebreiro hasta O Cebreiro. En total siete etapas de entre 20 y 30 Km diarios. Actualmente el camino esta lleno de servicios de hospedaje y de restauración, tanto públicos como privados. En los alberges públicos se paga 3€ por noche y en los privados alrededor de 8. También cuenta de numerosas pensiones y hoteles a precios asequibles para los que quieran un mayor confort en lugar en lugar de la camaradería de los albergues.
Se inicia la ruta en O Cebreiro que cuenta con el santuario de Santa María la Real de los siglos IX y X y a través de bosques llegaremos al Alto do Poio que es la subida más dura del tramo gallego. Pero tiene su recompensa allí podremos tomar unos buenos bocadillos de jamón con queso gallego.
Aunque no se inicia aún el descenso el camino transita por un sendero llano hasta llegar a Fonfria. Desde aquí se inicia el descenso que no parar hasta llegar al final de la etapa: Triacastela.