martes, 23 de septiembre de 2014

Mariano, Gallardón y el consenso como justificación

Mariano Rajoy ha retirado el proyecto de ley de contrarreforma del aborto. Después de casi tres años de malgobierno Popular, Rajoy llega a la conclusión de que no se puede imponer una ley sin consenso político y social. ¡JA, JA, JA! Es que me muero de la risa.

Rajoy pasará a la historia como el gobernante más mentiroso del país. Ganó con mentiras, gobernó con mentiras y saldrá del poder mintiendo. ¿A quien se cree que va a convencer, a estas alturas de la legislatura, de que la retirada del proyecto de ley se debe a la falta de consenso político y social? Rajoy no pude engañar a nadie mas. Un presidente y un partido que han despreciado y pisoteado el Parlamento, gobernando por decreto ley y aprobando todas las leyes importantes aplicando el rodillo de su mayoría absoluta; no tienen la más mínima credibilidad cuando retiran un proyecto de ley con la excusa de la falta de consenso.

 
La única justificación de la retirada del proyecto de ley es simplemente el efecto negativo que tendría su tramitación, en las ya deterioradas expectativas electorales del PP. Rajoy y el PP son consciente de la conflictividad social que iba a originar el proceso de tramitación y aprobación de un proyecto de ley que es rechazado por el 70% de la ciudadanía.

Hoy es uno de esos días en que te acuestas contento. La movilización social se ha llevado por delante un proyecto de ley retrógrado y a uno de los ministros más cavernícolas del gobierno del PP. Con esa acción Mariano Rajoy sale derrotado en toda regla. Este era uno de los proyectos estrella de su gobierno y con su retirada no acaban los problemas de Rajoy. Si bien es verdad que tiene de positivo, para el PP, que neutraliza la movilización social de la ciudadanía, ha puesto en pie de guerra a la parte más reaccionaria de su electorado y a la jerarquía de la iglesia católica. Si pensaba, Rajoy, que con la retirada del proyecto de ley finalizaba la movilización social, se equivoca. Lo único que ha conseguido es que cambie de bando, ahora serán los suyos los que se echarán a la calle para segarle la hierba bajo los pies.

A Rajoy le ha salido mal la jugada, porque es falso que el motivo de la retirada sea la falta de consenso político y social ante la reforma. Eso le importa un bledo a Rajoy. Lo ha demostrado en muchas ocasiones. Había nulo consenso con la reforma laboral y la aprobó en solitario, había nulo consenso, con la reforma educativa y la aprobó en solitario, había nulo consenso con la ley de tasas y la aprobó en solitario, había nulo consenso con los recortes sociales y los aprobó en solitario y así con casi todos sus proyectos legislativos. Queda muy bien lo de la falta de consenso para tapar el miedo de Rajoy a que el desplome electoral que está sufriendo en PP, se creciente aún mas en las próximas citas electorales. La irrupción de Podemos y las previsibles movilizaciones sociales durante la tramitación de la ley han decantado la opinión de Rajoy hacía la retirada del proyecto de ley.

Rajoy tiene ahora la oportunidad de reflexionar sobre futuros disensos y retirar otros proyectos político que tiene en mente, si de  verdad se ha metido en el camino del consenso político. Me refiero a la reforma de la ley electoral que pretende sean elegidos de manera directa los candidatos a alcalde más votados o el pretendido retraso de la convocatoria de elecciones generales para un momento más favorable para el PP. Ambos proyectos, que solo se hacen pensando en la rentabilidad electoral del PP, cuentan con el rechazo de todos los grupos políticos a excepción del PP. SI Rajoy es un converso de los consensos tiene una buena oportunidad para demostrarlo retirando ambas propuestas. Así demostraría que no son propuestas exclusivamente electoralistas.
 
La retirada del proyecto de ley se ha llevado por delante al ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón. Pero  Gallardón tan solo, aunque se lo merezca, es el chivo expiatorio de la política antisocial del PP. Porque ese proyecto de ley no era una apuesta personal del ministro sino del  gobierno de Mariano Rajoy. Era un encargo  directo de Rajoy a Gallardón y el anteproyecto  era conocido y respaldado por todo el gobierno, por tanto la responsabilidad era del gobierno en su conjunto y en particular del presidente Mariano Rajoy. Era este quien debería haber presentado la dimisión, porque el fracaso del proyecto de ley era su propio fracaso. Gallardón ha dimitido porque no le quedaba otra salida, si aún le quedaba un ápice de dignidad. El fracaso del gobierno del PP se ha escenificado con la dimisión de Gallardón.
 
Al menos hoy no hemos llevado una alegría. Sobre todo las mujeres están de enhorabuena porque de momento  seguirán en el siglo XXI. Aunque no echemos las campanas al vuelo, porque el plan B del PP puede se la resolución que en un futuro, mas o menos próximo, dicte el Tribunal Constitucional ante el recurso del PP sobre la vigente ley del aborto.
 
Salud, República y Socialismo.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Las mentiras pasan factura al PP

Quien incumple sus promesas electorales corre el peligro de que tanto sus votantes como los que no lo son les pasen factura. Eso es lo que le está pasando al PP con la pretendida contrarreforma del aborto.

El PP echa mano de su programa electoral para reformar la ley del aborto, de una manera que solo convence a la iglesia católica y al sector mas reaccionario de sus votantes. Escudándose en una propuesta inconcreta ("Cambiaremos el modelo de la actual regulación sobre el aborto para reforzar la protección del derecho a la vida") pretenden realizar un cambio legislativo que no tiene demanda social alguna. Mas del 70% de la ciudadanía está en contra de la reforma del aborto del PP, solo en torno al 12% está de acuerdo con esa modificación. Solo el 10% está de acuerdo con una ley de supuestos, mientras que el 70% apuesta por una ley de plazos. (Datos del barómetro de La Sexta).

Ahora el PP se ve en medio de dos presiones, de sus votantes más reaccionarios que se sienten traicionados por un supuesto incumplimiento electoral y la mayoría ciudadana que se niega aceptar una reforma que pretende llevar el derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo, a la prehistoria de la democracia. La mayoría ciudadana, con sus movilizaciones, ha conseguido que el PP se cuestione la continuidad de su pretendida reforma del aborto. Ha pesado mas, en el PP, la posible incidencia negativa en próximas convocatorias electorales que llevar a cabo una reforma de la ley que solo satisface a los sectores más reaccionarios de la sociedad.

Ahora  ese sector más reaccionario de los votantes del PP y de la iglesia católica, pretenden pasarles factura. Acusan a PP de traicionar las promesas electorales por las que les votaron y amenazan con no volver a votar al PP si no se concluye la reforma. Este fin de semana se han manifestado en mas de 60 ciudades. Lo que Rajoy y la iglesia católica jaleaba contra ZP en 2009, ahora se le vuelve en contra. Quien siembra viento, a veces recoge tempestades. Rajoy y el PP han cometido los errores de pretende legislar contra la mayoría social y enseñarle un caramelo y no dárselo al sector más reaccionario de sus votantes.

De la situación actual del PP se pueden sacar varias enseñanzas. La primera que no se debe legislar contra la mayoría social. La segunda que las movilizaciones sociales tienen utilidad y sirven para cambiar las cosas, de ello ha habido numerosas muestras en la presente legislatura. Y la tercera que no se puede gobernar teniendo la mentira como bandera política.

Los gobernantes deberían tener muy claro que cuando se dan situaciones como la de la pretendida contrarreforma de la ley del aborto, se tienen que asumir responsabilidad políticas y la primera de ellas la dimisión de los responsables políticos del desaguisado. Pero por lo que se ve, esto no tiene nada que ver con determinados políticos y determinada forma de hacer política. La regeneración política de la que nos hablan es otra cosa y parece que no tiene que ver con ellos.

Tendrán que ser las urnas las que los regeneren y al PP le han echo una pinza entre la mayoría social y lo más reaccionario de sus votantes. La movilización parece que es el buen camino.
 
Salud, República y Socialismo.

martes, 16 de septiembre de 2014

El toro de la Vega, ¿hasta cuando?

Hoy de nuevo un noble animal, un toro bravo, será torturado hasta morir para regocijo de unos energúmenos salvajes que justifican su barbarie con el argumento de costumbre ancestral.
 
Elegido, que es el nombre del toro de este año, será perseguido, acorralado, alanceado, en definitiva torturado hasta morir y de nuevo el energúmeno mayor de 2014, el que le produzca  la cuchillada mortal, será tratado como si fuera un héroe. Pero noserá un héroe, sino simplemente un villano que goza vilmente con el sufrimiento de tan noble animal.
 
 
Nada justifica la tortura de un animal, sea el que sea, y mucho menos esos argumentos banales de que el toro de la Vega es una costumbre ancestral o que el animal no sufre. Las costumbres son tales hasta que dejan de serlo y si en algo ha evolucionado la humanidad es en ir dejando atrás todas esas costumbres bárbaras que chocan con los valores de una sociedad evoluciona como la del siglo XXI. Hoy, mantener esa bárbara costumbre es tan solo una vergüenza nacional y los que se empeñan en mantenerla, simplemente unos energúmenos que disfrutan con el sufrimiento animal.
 
Pero esto es posible porque los políticos que nos gobiernan no tienen una actitud firme de rechazo a esta barbarie. Unos el PP, porque en su mayoría están de acuerdo con esta salvajada y otros como el PSOE, porque mantienen una doble moral sobre este asunto. Una, la de la nueva dirección federal que con la boca pequeña la rechaza y otra, la del alcalde socialista de Tordesillas que la defiende porque valora mas el coste electoral que implicaría su rechazo que continuar permitido año tras año la barbaridad que representa el toro de la Vega. 
 
Mientras no nos quitemos de encima esta bárbara costumbre, seguiremos siendo la España de la charanga y la pandereta.
 
Salud, República y Socialismo.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Todos los años, elecciones

Leyendo un reflexión de Borja Samper, presidente del PP de Guipúzcoa, he llegado a la conclusión de que la mejor manera de que los partidos sean coherentes con sus votantes es que haya elecciones todos los años. No es que todos los años haya elecciones generales, sino que todos los años haya, alguna convocatoria electoral.
 
Dice este personaje que "un buen gobierno sabe rectificar", en referencia al posible abandono de la reforma del aborto por parte del PP. Continua justificando el posible abandono diciendo que "al parecer, hay una apuesta del Gobierno por no impulsar esta reforma, habiendo entendido que, tanto internamente como públicamente, no se generaba unanimidad o no se generaba mucha ilusión en esa reforma". Sorprende tanta coherencia por parte de quienes durante toda la legislatura no han hecho mas que pisotear la opinión de los ciudadanos.
 
Lo que ya no tiene desperdicio es cuando afirma que  "Hay que demostrar a la gente que no somos una casta y que no vivimos en un palacio de cristal, sino que pisamos la calle y sabemos lo que quieren". Decir esto es simplemente un insulto a la inteligencia de La ciudadanía. Quienes no han respetado siquiera la voluntad de sus electores, desde el mismo día en que llegaron al poder, ahora pretender dar lecciones de coherencia con lo que piensan los ciudadanos. Quienes abandonaron la voluntad de sus votantes e incumplieron sistemáticamente su programa electoral, el sentir de sus votantes, no tienen autoridad moral para ahora decir que escuchan la opinión de la ciudadanía y rectifican sus planteamientos.
 
Estos años de sufrimiento de un mal gobierno ha sido un permanente trágala de lo que ciudadanos no queríamos tragar. ¿O es que los ciudadanos no hemos manifestado por activa y por pasivo nuestro rechazo  las póliza de recortes? ¿Acaso no era consciente, Rajoy y el PP, del rechazo mayoritario al desmantelamiento de los servicios públicos o a la reforma laboral? Entonces ¿Cómo no fueron sensibles a la opinión mayoritaria de la ciudadanía y propusieron otra salida a la crisis económica?  ¿Por qué ahora se es sensible a la opinión del electorado y antes no? Sencillo, porque estamos a las puertas de nuevas convocatorias electorales.
 
El PP teme que el desplome electoral se incremente si comienza el debate de una ley que va a generar una gran confrontación social e incidirá negativamente en sus ya mermadas expectativas electorales. No es, por tanto, coherencia política sino oportunismo electoral. Nos pretende ahora convencer de que son sensibles a la opinión de la ciudadanía cuando es tan solo un acto preventivo de supervivencia política.
 
Pero cuando se está enfangado como lo está el PP, lo que puede contentar a una parte de su electorado puede poner en pie de guerra a otra parte. El ala ultracatólico  del PP ya esta amenazando con pedir que no se vote al PP, si se confirma que el gobierno retira la reforma de la Ley del Aborto, anunciando que serán “beligerantes y que habrá manifestaciones en las calles", esta vez, contra el PP. “No estamos dispuestos a dar por buena esa traición del Gobierno” manifiestan concluyendo sus amenazas.
 
Ese es el problema de la incoherencia y la de gobernar con la mentira como norma, que cuando se pretende justificar coherencia, nadie se la cree y hace levantar resquemores entre una parte de los fieles votantes. Por eso, que mejor que todos los años haya una convocatoria electoral porque de esa manera los gobernantes serán mas coherentes con sus compromisos electorales y las opiniones  de los ciudadanos Aunque solo sea por las repercusiones electorales negativas que ello puede traer.
 
Salud, República y Socialismo.

jueves, 11 de septiembre de 2014

Y despues de la Diada, ¿que?

Se mire como se mire la Diada 2014 ha sido un rotundo éxito. Pero un éxito cuyo mayor artífice no han sido las fuerzas catalanistas sino el Partido Popular. El PP lleva años convertido en una fabrica de hacer independentistas.
 
Yo no soy nacionalista ni mucho menos independentista, pero estoy de acuerdo con el derecho a decidir, pero no solo el derecho a decidir sobre la autodeterminación de los pueblos sino también a decidir sobre otras muchas cosas que nos niegan. Porque esos que reclaman con tanto énfasis el derecho a decidir sobre la independencia de Cataluña, en especial CIU, son los mismos que han negado permanentemente a los catalanes el derecho a decidir la manera de salir de la crisis económica o sobre las políticas de austeridad.
 
 
No soy nacionalista porque, para mi, nacionalismo es sinónimo de insolidaridad. Solamente las naciones o regiones ricas tienen aspiraciones secesionistas. Piensan que con la independencia serán aún más ricas porque no tendrán que colaborar a la solidaridad con los mas desfavorecidos. Y porque no se pueden poner puertas al campo. Los trabajadores tenemos  los mismos problemas y somos igual de explotados, nos gobierne el nacionalismo españolista (la burguesía española) o el nacionalismo catalanista (la burguesía catalana). Los problemas de los trabajadores catalanes no se van a solucionar porque exista una Cataluña independiente, sino porque sean más fuerte frente a sus gobernantes y patronales. En todo caso se van a solucionar los problemas de los patrones porque en frente tendrán menor oposición y también las ambiciones de una clase política que quiere ser cabeza de ratón en lugar de cola de león.
 
Como decía al principio, la Diada ha sido un éxito. Da igual que hayan sido casi dos millones de personas como dice el gobierno catalán o poco más de medio millón con dice la delegación del gobierno español. Pero el éxito de la convocatoria y del estado de ánimo de la sociedad catalana se lo debemos principalmente al PP con su política anticatalanista practicada desde hace años, sobre todo desde la modificación del estatuto de autonomía catalán. Las embestidas contra su contenido y su posterior recurso ante el Constitucional fueron el caldo de cultivo del crecimiento del sentimiento independentista. Se pretendía, y se consiguió, que lo que era constitucional en otras autonomías, fuera inconstitucional para Cataluña.
 
Con el PP en el gobierno se continua con la posición de rechazo a dialogar cualquier posibilidad de modificar el estatus de Cataluña dentro del estado español. Esto, evidentemente, no hace mas que incrementar el sentimiento independentista de la sociedad catalana y extremar las posiciones de los gobernantes catalanes y quienes les apoyan. Y así se ha llegado a la Diada con unos dirigentes catalanes, con las orejeras puestas, solo viendo la convocatoria del referéndum de 9N y los otros, el PP también con las orejeras puestas, en que la consulta es ilegal. La intransigencia de unos conduce a la intransigencia de los otros o viceversa.
 
Esta situación es inviable porque solo conduce a la radicalidad y, esperemos que no, a la violencia secesionista. Cuando un problema de ajuste territorial adquiere tamaña importancia y se convierte en un problema político, no se puede resolver tirando, unos, las constitución a la cabeza de los otros. Ni los otros tirando las urnas a la cabeza de los unos. Los problemas políticos hay que resolverlos con la política, porque ni las leyes ni las constituciones se pueden convertir en argumentos del propio problema sino en medios para solucionar los problemas. Y eso implica que ante situaciones sociales cambiante en el tiempo, las leyes y las constituciones han de adaptarse a las nuevas realidades sociales y políticas. Y en esto quien tiene responsabilidad es el PP por sus posiciones inmovilistas ante el problema secesionista catalán.
 
Mañana, día después de la Diada, las cosas seguirán como ayer los independentistas y los que defienden el derecho a decidir, reclamando la celebración de la consulta del 9N y el Partido Popular alegando que la consulta es ilegal y que ya han tomado las medidas para que no se celebre. Y el país en su conjunto continuará rodando por la peligrosa pendiente de la inestabilidad política y social y de las bravuconadas de unos y otros.
 
No hay mas vías que la del dialogo y para mi la de la reforma de la Constitución, para convertir este país en un verdadero estado federal donde todos nos sintamos a gusto. No podemos permitir que las intransigencias y bravatas de unos y otros, nos lleven al caos social y político.

En el fondo lo que me apena de todo esto es saber que si esos dos millones de catalanes se hubieran echado a la calle para luchar contra la política de recortes de CIU, la salida a la crisis económica se hubiera gestionado de otra manera.
 
Salud, República y Socialismo.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Algunas veces somos más iguales ante la justicia

Por mucho que lo intenten algunos jueces y sobre todo este gobierno, que nos maltrata, hay días que la propia justicia pone las cosas en su sitio y hace que todos nos sintamos un poco más iguales ante la ley. Eso es lo que ha pasado esta semana con el asunto Aguirre.

Que no somos iguales ante la ley, es una verdad de Perogrullo. El gobierno del Partido Popular pone mucho empeño en ello, haciendo que la justicia no sea gratuita, haciendo que los fiscales no tengan la misma actitud ante los ciudadanos o la interpretación tan particular que a veces los jueces hacen de la legislación.

Esta semana los jueces de la Sala Sexta de la Audiencia Provincial de Madrid han enmendado la plana al juez Carlos Valle ante la calificación de los actos de la lideresa del PP, Esperanza Aguirre. Dice la Audiencia Provincial que los citados hechos (incidente de trafico) no pueden ser calificados como una falta leve de desobediencia, sino de un delito. Si el citado juez hubiera sido objetivo y hubiera tenido en cuenta la calificación de iguales incidentes, pero de ciudadanos de a pie, nos hubiéramos evitado este bochornoso espectáculo. Porque eso es en definitiva, un  bochornoso espectáculo judicial, el tratar con diferente rasero a los ciudadanos en función de su posición social.

Sin embargo la Audiencia Provincial considera que los hechos, sin entrar a jugarlos, deben ser juzgados como posible delito de desobediencia, haciendo hincapié que ellos "vendrían a suponer  una desobediencia tenaz, contumaz rebelde, decidida y terminante". Parece que la Audiencia Provincial si tiene claro que alguien que se da a la fuga y se lleva por delante una moto de los agentes, ha cometido algo más que una falta leve de desobediencia. Cualquier vulgar mortal hubiera acabado ese día esposado y durmiendo en comisaria.

No se si esto acabara en algo, porque cuando se juzgue, el juez, con la ayuda del fiscal que también considera los hechos como una falta leve, puede coincidir con la posición inicial del instructor y considerar que tan solo es una falta leve y pelillos a la mar. Eso si, si Aguirre hubiera formado parte de un peligroso piquete informativo en una huelga y se fuga de la policía, le podrían caer tres años de prisión, por aquello de la igualdad ante la ley.  
 
Aguirre es una prepotente y una soberbia y además de condesa o marquesa. Y toda esa sonrisa hipócrita y esa falsa humildad con la que contesta la decisión de la Audiencia Provincial, es solo puro teatro, fachada. Solo de pensar como lo debe estar pasando por sus adentros ya me reconforta, aunque luego digan que solo ha habido una falta leve de desobediencia. Ella tan fina, tan estirada, tan de la nobleza, que valora a la policía con doble vara de medir, una en función si actúan contra esos violentos que nos manifestamos contra los desmanes de su partido y otra cuando a ella le han pillado con el carrito de los helados, lo debe estar pasando francamente mal. Ella, que esta por encima del común de los mortales y tratada como una presunta delincuente. Pobrecita. Pues yo me alegro, que sepa que también algunas veces la justicia es más igual y ella será llevada ante un tribunal tratada y juzgada como el resto de los mortales.
 
Pero no nos engañemos, la justicia seguirá siendo desigual. Primero porque hay jueces que en lugar de interpretar la ley, la adaptan a sus convicciones morales o políticas, segundo porque el PP la quiere desigual y por eso ha diseñado una justicia a la que solo tienen acceso pleno los poderosos y tercero porque algunos acusados juegan con ventaja, los que como Aguirre o la infanta Cristina cuenta con dos defensores ante el juez, el suyo y el fiscal.
 
Salud, República y Socialismo.

martes, 2 de septiembre de 2014

Ni brotes verdes ni raices vigorosas, solo es mala hierba

Se ve que a Rajoy los calores del verano o el ribeiro de su tierra le sube la tensión o que cada vez que recibe un halago de la Merkel  le da un subidón de autoestima o pretende tomarnos por tontos a los españoles, o todas esas cosas a la vez. Porque sino no se entiende como pudo decir tanta cantidad de tonterías en su tradicional inicio del curso político en Sotomaior.

Como los brotes verdes de ZP le parece una minucia, par él el estado de la economía española es de raíces vigorosas. "Aquí no hablamos de brotes verdes; aquí hablamos de raíces vigorosas". Se desgañita eufórico ante su audiencia fiel. Como si lo que pretende vendernos no fuera mas que humo. Porque no hay ni brotes verde ni raíces vigorosas. Rajoy y el Partido Popular se han dedicado estos años a llenar España tan solo de malas hierbas que se han comido las esperanzas de millones de españoles y españolas.
 
La mejor prueba de que no hay raíces vigorosas sino malas hierbas son los datos de paro registrado de agosto publicados hoy, 8.000 parados mas y casi 100.000 afiliados menos a la Seguridad Social. Si la complacencia ha sido la reacción del PP ante estos datos, el presidente de la patronal CEOE aventura que los próximos meses van a ser difíciles. No hay recuperación económica cuando la actividad económica no solo no crece sino que retrocede. La EPA del segundo trimestre de 2014 evidenciaba que hubo un retroceso del 0,7% en las horas trabajadas con respecto a 2013. En concreto la media semanal fue de 581,6 millones de horas en lugar de las 577,7 realizadas en 2013.

Se ríe, Rajoy, y toma el pelo a los millones de damnificados por sus reformas, cuando afirma que  "ha celebrado la inteligencia, el aguante y la capacidad para soportar dificultades y salir adelante del pueblo español". El pueblo español no ha podio hacer otra cosa  que rebelarse contra sus políticas de ajustes y recortes impuestas, como única posibilidad de salir de la crisis económica. Rebelión ante la que el PP solo ha hecho oídos sordos ante el clamor de un cambio en la política económica. No escuchar y utilizar a las fuerzas de seguridad del estado para reprimir la legitima protesta de la ciudadanía, ha sido la dinámica impuesta para aplicar sus reformas y recortes.

Ahora se jacta de cumplir sus promesas, cuando toda su legislatura no ha sido mas que un continuo incumplimiento de sus compromisos electorales. Nos viene con el cuento de la reforma fiscal que rebaja los impuestos, cuando la realidad es que de la misma solo se benefician las grande rentas y fortunas y las grande empresas. Como se jacta también de otro gran engaño, el descenso del paro y la creación de empleo.

Esas raíces vigorosas de las que nos habla solo existen en las cifras macroeconómicas y en la euforia de unos datos de reducción del paro que son tan solo una ficción. Porque por mucho que se empeñen en vendernos un crecimiento del empleo, lo único que existe es un mal reparto a la baja del empleo exigente. Esas son sus raíces  vigorosas, la transformación de empleo de calidad en empleos precarios y temporales. ¿De que puede sentirse orgulloso? ¿De haber cambiado el mercado laboral hacia un nuevo modelo donde tener un empleo no es garantía de subsistencia? ¿De haber creado una nueva subclase social, la de los trabajadores que están por debajo del umbral de la pobreza? ¿ O de haber destruido el ya depauperado estado del bienestar español? Cualquier dirigente político debería avergonzarse al ver la consecuencias de sus políticas entre la parte de la ciudadanía que más debería de proteger, lo mas débiles y desprotegidos. Pero para Rajoy y el PP eso no es un problema, porque ese era su objetivo político, aunque engañase a sus votantes con sus mentiras electorales.

No se puede hablar de brotes verdes ni menos de raíces profundas, cuando las malas hierbas impiden el crecimiento económico, cuando los datos de paro solo evidencian destrucción de empleo fijo, de calidad y con derechos y su transformación en empleos precarios y carentes de derechos, cuando el consumo continua cayendo como consecuencia de la perdida de rentas y de poder adquisitivo de los trabajadores, cuando los servicios públicos continúan en la espiral de deterioro y privatización a los que les ha condenado el PP, cuando la tasa de cobertura de protección al desempleo se ha reducido el 15%, el número de parados con prestaciones ha caído el 14%, la cuantía de la prestación es un 9% inferior y los recursos destinados a la protección se han reducido el 23%,  cuando las personas con dependencia y los ancianos son abandonados a su suerte y cuando ya se nos advierte de nuevos recortes (por valor de 50.000 millones de euros) para cuando pasen las próximas elecciones.

El problema se agudiza cuando la ciudadanía empieza por asumir el lenguaje y los planteamientos de la clase dominante. Cuando una parte de esa ciudadanía, mas desfavorecida, acepta como propio el discurso del PP de que están  siendo "equitativos a la hora de tomar las medidas económicas" o cuando se nos quiere convencer de la inevitabilidad de los recortes y lo aceptamos como buenos. A pesar de el propio FMI reconozca los errores cometidos con la imposición de sus políticas austericidas. O cuando se acaba aceptando como lucha contra la corrupción la elección directa de los alcaldes, cuando es tan solo un ejemplo más de corrupción política con el objetivo de mantenerse en el poder aunque la ciudadanía no les apoye.
 
Van a continuar actuando con el mejor estilo goebeliano, repetir mil y mil veces un mentira para tratar de convertirla en verdad. Ellos repetirán y repetirán la cantinela de las raíces vigorosas, nosotros no podemos aceptar como tal lo que tan solo son malas hierbas, porque con ello solo pretenden perpetuarse en el poder y así terminar de conseguir su objetivo final, que no es mas que la transformación de la sociedad española tal como la hemos conocido hasta ahora, creando una sociedad dual donde solo los poderosos tengan acceso a servicios de calidad y el resto a los servicios de beneficiencia que prestaría la red pública de servicios.
 
Salud, República y Socialismo.

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