Gurtell, Bárcenas, Valencia, Matas, Fabra, Madrid, Rato, Galicia, tarjetas black, Granados, Baleares, Operarión Púnica, Pokemon, financiación ilegal, Acebes, caja B,... No hay trama corrupta donde no esté implicado el PP, sus dirigentes o sus cargos públicos. A pesar de ello la corrupción parece que no va con ellos.
Nos hemos despertado de la siesta con el anuncio de una gran operación anticorrupción, la operación Púnica. De momento 51 detenidos entre empresarios, una mayoría de cargos públicos del PP y alguno del PSOE. Y con todo lo que está cayendo nadie en el PP asume responsabilidad alguna ni dimite. ¿Cómo es posible que un partido que está inmerso en la mayoría de los casos de corrupción que se investigan en este país continúe mirando para otro lado?
Para Mariano Rajoy la corrupción en el Partido Popular tan solo es "algunas cosas que no nos gustaría que se produjeran en los últimos tiempos". Nada, es como los hilillos de plastilina que salían del Prestige, una cosa de nada que destruyó buena parte del litoral gallego. Pues la corrupción parece ser una cosa de nada que puede acabar con el PP. La importancia que Rajoy le da a la corrupción se expresa claramente con su afirmación de que “Unas pocas cosas no son 46 millones de españoles”. ¿Qué pretende, diluir la corrupción política entre todos los ciudadanos? Pues no. La corrupción en España se circunscribe a una parte de los políticos y del empresariado. Y sobre todo al PP, sus cargos públicos y dirigentes.
En lugar de asumir responsabilidades políticas, Rajoy y la vicepresidenta del gobierno Soraya Sainz de Santamaría, nos remiten que "la justicia está actuando, dejémosla trabajar”. Pues tampoco. Porque no es solo un problema judicial, es en primer lugar un problema político. La corrupción en el PP no es un caso aislado sino generalizado. Como dice Cayo Lara "una hartá de casos". Y cuando un problema judicial es además un problema político, hay que tomar decisiones políticas. Porque alguien será responsable de que el PP esté putrefacto por el cáncer de la corrupción y además, si esta, está ligada a la financiación ilegal del partido es porque hay una trama interna que ha organizado la trama corrupta. Por el bien de la política y de lo que ellos tanto cacarean, la marca España, deberían rodar cabezas y cabezas importantes y no apoyar a los corruptos para terminar justificándose con que eran delincuentes que ya no están en el partido.
Dice la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal que "El PP se muestra tan escandalizado como los ciudadanos por los últimos casos de corrupción". No es verdad. ¿A quien quieren engañar con esa afirmación? Si estuvieran escandalizados ya hacía tiempo que habrían tomada medidas para cortar la corrupción y colaborar con la justicia. Porque en lugar de eso, de lo único que se han preocupado es de destruir pruebas, discos duros, negar información a los jueces, registros de visitas del caso Bárcenas,... y de apoyar a sus corruptos hasta que han sido condenados y/o encarcelados, pasando después a la categoría de delincuentes que ya no pertenecen al PP.
Con todo este bagaje de corrupción, ¿Qué credibilidad puede tener el PP para abanderar la lucha contra la corrupción? Pues ninguna, si no son capaces de aplicar siquiera su código ético. Sus propuestas en el Parlamento se quedan en una mera declaración de intenciones, sin quieren entrar en el fondo del asunto. Pero .en este asunto la responsabilidad no es única del PP y sus dirigentes, sus votantes tienen una gran responsabilidad. Mientras que estos sean condescendiente con las corruptelas de sus representantes, la situación va a cambiar poco. Solo si la acción de la justicia alcanza a sus más importantes dirigentes, se podrá producir la catarsis necesaria en el PP. Y no vale solo con decir, como dice Esperanza Aguirre, que siente una profunda vergüenza. Hay que asumir responsabilidades políticas, porque Madrid es una nido de corrupción. No solo son los 4 alcaldes del PP detenidos hoy, son otros tantos alcaldes imputados por el caso Gurtell y otros dirigentes también imputados. Aguirre, además de sentir vergüenza, tiene que asumir responsabilidades políticas, porque ella no es alguien que pasaba por el PP, ella es la presidenta del PP de Madrid. Ella y los responsables nacionales del PP. Y eso se llama dimisiones. Pero lamentablemente en el PP no se conjuga el verbo dimitir.
Salud, República y Socialismo.