Poco ha sacado a la luz el controlado debate entre Zapatero y Rajoy, salvo que Rajoy no sabe lo que es, ni lo que cuesta un bonobús y que nos contó un insulso cuento de hadas sobre una niña, como resumen de su propuesta a futuro.
Todo ocurrió de acuerdo con el programa previsto y pactado y las intervenciones de un y otro fueron el reflejo de lo que durante la legislatura ha ocurrido. Rajoy en plan catastrofista, insultante y mintiendo sobre los mismos temas en los que lo ha hecho toda la legislatura (lucha antiterrorista, 11-M, emigración, etc.). Y un Zapatero a la defensiva más preocupado de criticar la gestión de la última legislatura del P.P. que convencer a su electorado, con propuestas convincentes.
A pesar de todo, y según todas las encuestas realizadas, Rajoy ha salido derrotado del debate como lo fue también su número dos Manuel Pizarro. Es de destacar que incluso la encuesta de la COP E le da perdedor. Lo mismo que la realizada por Telemadrid, en el ámbito exclusivo de la Comunidad de Madrid, lo que adquiere mayor importancia dadas las continuas mayorías absolutas que el P.P: obtiene en Madrid.
Rajoy ha apostado de nuevo a jugarse el todo a la crispación, en plan de vendedor de mantas, dando argumentos que no tienen nada que ver con la realidad, negando incluso hasta lo que era evidente. Y además creo que Rajoy ha pasado de nuevo la raya de lo permisible en política. ¿Cómo es posible que una persona que se ha pasado la legislatura utilizando y manipulando a las victimas del terrorismo, se atreva acusar a alguien de "agredir a las víctimas del terrorismo"? Porque cuando se dice esto o se tiene pruebas fehacientes, que no las hay, o si no lo único que se esta promoviendo es la mentira y el insulto en la batalla política.
Esta forma de hacer la política es lo que presumiblemente le haya llevado ha perder todas las encuestas que se realizaron sobre el debate y que posiblemente influirán en los próximos sondeos de intención de voto.
Pero al margen del contenido del debate y de su desarrollo, hay otros elementos a considerar. En primer lugar que uno de los objetivos de este debate era potenciar el bipartidismo electoral y desde luego que lo están consiguiendo, porque se está silenciando la voz de una parte importante de la sociedad al no ampliar el debate a las otras opciones políticas que también se presentan a las elecciones, y que tienen cosas importantes de aportar al debate del futuro de este país.
Y en segundo lugar el debate, por la forma en que se estructuró y se condicionó, quedó reducido a un monologo entre dos candidatos sin posibilidad de mayores aportaciones programática, dado que no era posible salirse del guión previsto.
Parece como si se tuviera miedo a que algo no controlado pudiera poner evidencia carencias o limitaciones de los candidatos, y por eso lo que en otros países se considera un hecho habitual en los procesos electorales, aquí se ve como un peligro en vez de una oportunidad de poder, de verdad, demostrar la verdadera valía de los candidatos, su forma de hacer política y los programas que defienden.
Salud, República y Socialismo.