miércoles, 2 de mayo de 2012

Aguirre, la ultraliberal cercana al fascismo

A Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, no le gustan los sindicatos. Eso no es nada extraño viniendo de quien viene, alguien que piensa los recorte van muy despacio.

Pero una cosa es que a Aguirre no le gusten los sindicatos y otra la permanente actitud de hostigamiento hacia los mismo. Cuando no son vagos, son gamberros o no son modernos. Pero ese no es el problema, el problema es que a este personaje le estorban los sindicatos. Y le estorban porque en este momento son el único contrapeso a la política ultraconservadora que el Partido Popular, en todos los ámbitos, está ejerciendo en la sociedad española.

Los sindicatos tenían un problema de credibilidad por actitudes pasadas y la crisis económica está siendo un importantes test para verificar esa credibilidad. Esperanza Aguirre y el P.P. esperaban que la huelga del 29 de marzo y las posteriores movilizaciones fueran un fracaso y que eso desacreditara aún más a los sindicatos. Pero la respuesta de la ciudadanía ha ido en sentido contrario y evidencia el rechazo de la política de recortes del Partido Popular y eso no les está gustando. Los sindicatos salieron airosos de la prueba.

esperanza-profesores Dice la Aguirre que los sindicatos están anticuados. Para ella ser moderno significa un modelo sindical domesticado, pactista y que concilie los intereses de los trabajadores con los de los empresarios, unos intereses que son prácticamente inconciliables. La Aguirre piensa en el modelo sindical de la dictadura cuando la base del modelo era la conciliación de los intereses de los trabajadores y empresarios, con lo que el trabajador siempre salía perdiendo. Los sindicatos no están anticuados.

  • Anticuado es dar a los empresarios un poder omnímodo como sucedía hace un par de siglos.
  • Anticuado es  pretender una ley de huelga que deje a los trabajadores sin armas con las que luchar contra las arbitrariedades de los empresarios.
  • Anticuado es reducir la negociación colectiva  a la relación personal del trabajador son su empresario, como sucedía cuando no existían los sindicatos.
  • Anticuado es pretender que cada cual se repage su sanidad, su educación, la dependencia, las autopistas y transformar uno modelo basado en la solidaridad en otro insolidario e individualista.
  • Anticuado es tratar de restringir el derecho de manifestación y de expresión, haciendo ilegal hasta la resistencia pasiva, para que los ciudadanos tenga que soportar estoicamente los desmanes de políticos sin escrúpulos.

Es cierto que los sindicatos se equivocan, que se tienen que actualizar; pero no en el sentido que pretende la ultraconservadora de Aguirre. Los sindicatos tienen que actualizar sus métodos de lucha a la nueva situación de la sociedad, a la incidencia de las redes sociales, acercarse mas a los trabajadores y a los parados, lavar la imagen de los liberados y los sindicalistas, dar respuesta contundente a los problemas de los trabajadores en sus centros de trabajo, cuestionarse el muchas veces abusivo uso de la negociación en detrimento de la presión. En definitiva recuperar la credibilidad y la confianza de los trabajadores en su gestión.

Los sindicatos son organizaciones imprescindibles para los trabajadores y la sociedad por eso tienen sus reconocimiento en la Constitución española y si no existieran , habría que inventarlos. El problema es que la derecha y los empresarios tienen un concepto distinto del papel que estos tienen que jugar en la sociedad. Cuando los sindicatos juegan su papel correctamente  les dicen que están anticuados, porque ellos solo quieren sindicatos que restrinjan  su acción exclusivamente a la negociación. Pero esto no es posible porque no existe la negociación leal. La simple negociación entre sindicatos y empresarios o gobierno es una negociación desigual porque ellos actúan siempre desde una posición de fuerza y esa posición solo se puede equilibrar mediante la presión. Por eso la Aguirre y el Partido Popular insisten en criminalizar y desprestigiar a los sindicatos e intentan hacer ver a la ciudadanía que los sindicatos están anticuados.

Al fascismo siempre la han sobrado los sindicatos o al menos los sindicatos que no podían contralar. Lo mismo que a la Aguirre y al Partido Popular.

Salud, República y Socialismo.

 

1 comentario:

RGAlmazán dijo...

Sin duda es una fascista, aunque se autodenomine liberal.
Y anticuado es volver a unas condiciones laborales que nos retrotraen a tiempos muy pasados.

Salud y República

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