martes, 26 de noviembre de 2013

Fabra, ese ciudadano ya no tan ejemplar

Por fin, después de 10 años de dilación Carlos Fabra, cacique de Castellón, ha sido condenado. Una condena que deja un sabor agridulce. Dulce porque por fin se ha demostrado lo que realmente es, un delincuente y agrio porque la condena sabe a poco, a muy poco.

Carlos Fabra ha representado todo lo más repudiado que se puede ser en democracia, un cacique. El que piensa que la política es como un cortijo, su cortijo, en el que puede hacer y deshacer como le venga en gana. Y así toda su trayectoria política comprando y vendiendo voluntades a cambio de favores y empleos mas o menos públicos. Al final, igual que el mafioso Al Capone, solo se le condena por delito fiscal. De los demás, cohecho y trafico de influencias, se ha librado porque el principal testigo se ha desdicho en el juicio.

fabra el padrino Pero Carlos Fabra no es solo Carlos Fabra, es el modelo de corrupción del P.P. Ya no es ese ciudadano ejemplar que defendía Rajoy y todos los altos dirigentes del P.P., ahora ha pasado a engrasar la larga lista de delincuentes ejemplares del P.P. Lo mismo que Mata que era un ejemplo a seguir de gobierno y pasó a ser un apestado cuando fue condenado. O Bárcenas, hasta hace poco elogiado y defendido por el P.P." Aguanta y mucho animo" le chateaba Rajoy cuando todavía le pagaban un sueldo y le ponían chofer, despacho y secretaria. Ahora es tan solo uno mas de los delincuentes ejemplares del P.P.

Decía que con la condena de 4 años por cuatro delitos fiscales quedaba un sabor agrio y no puede ser de otra manera. Al delincuente ejemplar le han aplicado la eximente por dilación. Incomprensible, verdad. Quién ha estado dilatando durante 10 años, con más de 20 recursos de apelación, la celebración del juicio, el juez le concede la eximente de dilación de la justicia. Y no han sido los tribunales quienes han provocado la dilación, si no el caique de Castellón. En todo caso habría que aplicarle el agravante de dilación para que no se hubiera ido de rositas con la mínima pena por cada uno de los cuatro delitos fiscales. Pero jueces tiene la justicia.

Pero esto no ha terminado todavía. Carlos Fabra se siente feliz por no haber sido condenado por los delitos de cohecho y trafico de influencias y considera una injusticia ser condenado por delito fiscal, porque, según él, a cualquier ciudadano al que le hagan 100 inspecciones en un año le encuentra algo. A mi, no. Aunque me hagan una inspección cada día. Como a la inmensa mayoría de los ciudadano de a pie. Solo a los ciudadanos sospechosos le hacen tantas inspecciones y a veces los inspectores dan en el clavo.

Esperemos que el próximo escalón judicial se más diligente y no se dilate otros diez años el proceso judicial. No sea que se nos muera antes el delincuente ejemplar y no nos podamos dar el gustazo de verlo entrar en prisión. De vez en cuando los pobres pero honrados ciudadanos nos merecemos una alegría.

Salud, República y Socialismo

1 comentario:

Jesús Herrera Peña dijo...

Ante fallos judiciales como el del Prestige y el de Carlo Fabronni habría que repetir mil millones de veces lo que dijo Pedro Pacheco cuando era alcalde de Jerez de la Frontera:
En España la justicia es un cachondeo. Y se quedó tan a gusto aunque tuvo que andar por la cuerda floja de la cachonda y caprichosa justicia y por poco, sale peor parado que Carlo Fabronni.

A Carlo Fabronni le tengo dedicado mi último artículo. ¡Qué tío!


Saludos republicanos,

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