Ayer 30 de octubre se cerró definitivamente el aeropuerto berlinés de Tempelhof, a pesar de que el pasado 27 de abril un referéndum municipal decidiera lo contrario. Los partidarios de mantenimiento del aeropuerto no consiguieron los votos mínimos necesarios.
El aeropuerto de Tempelhof fue construido en 1923 y fue un símbolo de la aviación nazi con el apoyo de Hitler a su expansión. Posteriormente durante el bloqueo de Berlín Oeste, por parte de la Republica Democrática Alemana (RDA), se convirtió en el símbolo de la ruptura del bloqueo impuesto por la RDA. Este aeropuerto se convirtió en el pasillo aéreo que enlazó el mundo occidental con el Berlín cercado por el muro.
En 2004 estaba previsto el cierre del aeropuerto pero los grupos defensores de su permanencia consiguieron que se pudiera celebrar un referéndum no vinculante sobre su cierre. Tempelhof está situado prácticamente en el centro de Berlín y el tráfico aéreo era muy reducido, prácticamente vuelos regionales y vuelos privados. Esto y la ampliación de aeropuerto de Schönefeld, en las afueras de la ciudad, que se convertirá en el futuro aeropuerto Berlin Brandeburg Internacional, con el consiguiente cierre del aeropuerto de Tegel; han sido decisivos a la hora de decidir el cierre de Tempelhof.
Pero lo verdaderamente importante de esta historia es como se ha llevado a cabo. Con participación en la decisión de la ciudadanía berlinesa y con el compromiso de su no demolición, quedando como de interés histórico y símbolo de la ruptura del bloqueo de Berlín, dedicándose, además, a otros usos para hacer mínimamente rentable la permanencia del mismo.
Esto contracta con la decisión, aquí en España, de demoler la cárcel de Carabanchel, sin contar con la opinión de los defensores de su permanencia y su conversión en un centro para la Memoria Histórica. El símbolo de la represión franquista hacia la oposición democrática, no ha tenido siquiera la oportunidad de ser sometido a debate su permanencia, en recuerdo a los miles de defensores de las libertades democrática que fueron privados de su libertad y pasaron largo tiempo entre las rejas de Carabanchel.
Dos ejemplos bien distintos de desarrollar la política y la participación ciudadana.
Salud, República y Socialismo.