Esperanza Aguirre ha dimitido hoy por tercera vez, en lo que parece el fin de su paso por la política. Y dimite rodeada de corruptos, corruptores y corrupción.
Dice Aguirre que se siente engañada y avergonzada. En todo caso será un autoengaño porque cuando la mierda de la corrupción es tanta en el PP madrileño, solo cabe una conclusión, Esperanza se vacunó contra la corrupción en el momento de entrar en política. Y de avergonzada otro tanto, porque han sido tantas y tantas las advertencias que se dieron sobre lo que estaba ocurriendo en su entorno, de toda la podredumbre que durante el tiempo en que estuvo al frente del PP madrileño ha habido en su partido, que la vergüenza torera con la que se ha echado al hombro la corrupción la descalifica para sentirse avergonzada.
En ninguna ocasión la lideresa de la corrupción ha querido abrir investigación alguna cuando iban callendo por corruptos uno a uno todos aquellos en que había depositado su confianza. Ni siquiera cuando apuntaban a sus máximos apoyo Granados y ahora Ignacio Gonzalez, simplemente se limitaba a decir que le aseguraron que todo era falso. ¿Acaso esperaba otra respuesta de unos delincuentes? o quizás era tan conocedora de sus entramados como ellos y por eso le interesaba echar balones fuera y culpar al mensajero.
Dice que dimite por no haber hecho lo suficiente en favor de la vigilancia, pero no es así. Dimite porque es consciente de que ha estado consintiendo la corrupción generalizada de su partido mientras ella era responsable. Y la situación se había vuelto ya insostenible. Alega que ella no era la tesorera y que desconocía los temas de financiación de su partido y la financiación de las campañas electorales. De nuevo otra mentira. Cualquiera que haya sido participe de órganos de dirección política sabe que eso no es así. Que los responsables de las financias partidistas no actúan de motu propio, sino de manera colegiada con la dirección del partido y el conocimiento del máximo responsable político. Por tanto Aguirre es como mínimo responsable política de la corrupción de su partido.
El juez Velasco acusa a González de haber financiado ilegalmente al PP madrileño a través del Canal de Isabel II y de OHL para pagar las deudas del partido y las campañas electorales. ¿Era Aguirre tan tonta para no saber que un día tenia deudas millonarias y que al día siguiente esas deudas habían desaparecido? Si no se lo cuestionó es porque ella también estaba comprometida con la financiación ilegal del PP. Aguirre ganó eleciones dopada, porque se gastaba mucho mas, de manera ilegal, en las campañas electorales que lo permitido por la ley. Jugaba con ventaja frente al resto de lo partidos políticos. Y que nadie se le olvide que llegó al poder de la Comunidad de Madrid como consecuencia de una trama corrupta que nunca se investigó lo suficiente.
Aguirre se va y de momento lo hace de rositas. Mas adelante ya veremos. Ella es la responsable moral y política de toda la corrupción de la que ha participado y participa el PP madrileño. Imagino que será cuestión de tiempo el encontrar pruebas que la incriminen como responsable penal de esa trama corrupta, que es el PP. Y ya está bien que se vaya, la política madrileña lo agradecerá. Ella que presumía de que la política no es una profesión, ha dejado un listón de profesionalidad muy alto. Casi 40 años viviendo de política, menos de los que muchos trabajadores dedican a su vida profesional. Todo un ejemplo.
El PP, el de Madrid y el de Rajoy, no tiene solución. Son una trama corrupta de principio a fin y la única forma posible de que se pueda regenerar el PP y la política es mandándolos al ostracismo político, echarlos fuera de las instituciones. Hoy el culpable de que eso no suceda la tiene únicamente Ciudadanos, el partido de Albert Rivera. Begoña Villacís, portavoz de C's en el Ayuntamiento de Madrid decía que la operación Lezo "no es el caso Aguirre" sino que se trata de la corrupción del Partido Popular. Pero a pesar de ello se niegan a echar al PP de las instituciones porque dicen que el pacto funciona bien. Eso es incoherencia.
Con la dimisión de Aguirre se cierra un ciclo político en el PP, pero no se cierra la historia de la corrupción del PP. Esa historia continuará, porque corrupción y PP de dos conceptos sinónimos.
Salud, República y Socialismo.