Esta semana que se acaba será recordada por el PSOE como la semana horrible, la semana en que anunció el cambio de rumbo político y económico.
Y parece que el culpable de este cambio de rumbo es el todopoderoso mercado. Ha bastado con que los mercados financieros empezaran a sembrar dudas sobre los riesgos de la deuda española, para que el golpe de timón se llevara a cabo. Las consecuencias ya se saben, elevación de la edad de jubilación y amago de incremento del computo de años, reducción del gasto público en 50.000 millones de euros en tres años y para acabar la semana la propuesta de reforma laboral .
Ya hice un primer comentario sobre la reforma de las pensiones e imagino que habrá que volver nuevamente sobre ese tema y la reducción del gasto publico, a la espera de su concreción, es seguro que tendrá clara incidencia en el gasto social, por lo que de nuevo los más desfavorecidos serán los mas perjudicados de la salida de la crisis.
Parece que lo que menos polvareda ha levantado es la propuesta de reforma laboral, que parece que de entrada ha contentado a todos a sindicatos y empresarios. Y es que la propuesta da para abaratar el despido y lo contrario, dependiendo de quien opine. Salvo en escasos temas, la propuesta solo entra de modo genérico en las alternativas al actual estado del mercado laboral.
Ha dos aspectos sobre los que la propuesta del gobierno es algo más concreta: las medidas para reducir la temporalidad y la reducción de la jornada.
Respecto a la primera el Gobierno apuesta por potenciar el contrato de fomento de la contratación indefinida, creado en 1997, y que tiene una indemnización por despido de 33 días por año trabajado, frente a la contratación temporal. Pero no basta con incentivar este tipo de contrato, de echo su utilización es bien escasa, sino de hacer poco rentable las diversas modalidades de contratación temporal, porque mientras exista la posibilidad de hacer contratos temporales y mientras exista y se permita la picaresca de la concatenación indefinida de contratos laborales, esta patronal nuestra no se decidirá por potenciar el empleo indefinido.
Con respecto a la reducción de jornada, la apuesta es por cambiar el actual modelo de reducción de plantillas a través de ERE´s, por otro que implique solo reducción de jornada laboral, compatibilizando la reducción de jornada con la precepción de la parte proporcional de la prestación por desempleo. Es decir la implantación del modelo alemán de los ERE´s. En principio es una medida positiva porque evitaría a muchas persona el drama del desempleo. Pero ¿alguien ha pensado en la picaresca de los empresarios españoles?
Esto no ha hecho nada más que empezar y yo a diferencia de los interlocutores sociales no soy nada optimista y no lo soy porque me parece que va a ser muy difícil conjugar los intereses de las partes sin que se lesionen derechos de los trabajadores. No se me ocurre como, por ejemplo, el gobierno va a convencer a la patronal para que utilicen el contrato de fomento de la contratación indefinida y renuncien a la contratación temporal sin nada a cambio. No creo en los milagros.
Y que nadie se piense que solo con una reforma laboral se saldrá de la crisis, esta puede ayudar en función de cual sea su contenido final, pero mientras que no se corrijan las causa que motivaron la crisis en España, no saldremos de ella y ello significa al menos dos cosas: la fluidez de nuevo del crédito a las pequeñas empresas y al consumo y el cambio del modelo económico. Pero eso es otra historia.
Salud, República y Socialismo.