Estamos apañados con la virgen del Rocío y la Almudena

Son cansinas las muestras de devoción que los dirigentes del P.P. tienen hacia determinados miembros del santoral. Especial devoción le tiene la ministra del Empleo, Fátima Báñez, hacia la virgen del Rocío a la que se encomienda, cómo casi exclusiva alternativa, para solucionar el problema del paro. Hoy hemos descubierto que la alcaldesa de Madrid, la Botella, tiene su propia deidad a la que se encomienda para buscar solución a los problemas que ellos  mismos crean.

Hoy, 9 de noviembre, es fiesta en Madrid, se festeja a la virgen de la Almudena, patrona dicen de Madrid. Y como no podía ser de otra manera, allá ha ido corriendo la esposa del Aznar (único mérito conocido para ser alcaldesa) a postrarse a los pies de la santa y de paso rendirle pleitesía al cardenal Rouco Varela. A mi me importa un bledo si la ciudadana Botella manifiesta a diario su devoción por sus santos y sus jerarcas religiosos, pero si lo hace en nombre de todos los madrileños, me parece un insulto a los muchos que ni se sienten, ni nos sentimos, católicos ni representados en esa subordinación hacia la iglesia católica.

Pero claro cuando en su fervor virginal se atreve a decir sandeces como que la virgen de la Almudena "debe proteger a quienes cargan hoy con las cruces que la crisis ha puesto sobre sus hombros", entonces me parece un insulto a la inteligencia de los cientos de miles de madrileños que lo están pasando mal, no solo por la crisis, si no por la gestión que de ella están haciendo los dirigentes del Partido Popular. Sobre todo cuando ella es directamente responsable del padecimiento de miles de ellos, como los trabajadores del servicio de limpieza de Madrid. Por cierto mucha devoción y mucha pleitesía, pero la Botella no se ha dignado a desfilar con su virgen porque la estaban esperando en la calle esos trabajadores de la limpieza para explicarle las razones de su huelga indefinida.

Eso sí, le ha pedido a su virgencita que "proteja a todos los madrileños en paro y, especialmente, por las familias que viven las dificultades diarias de la falta de ingresos y por los jóvenes que desesperan por no poder ofrecer su energía y su talento en un puesto de trabajo". Otra que, como la ministra de Empleo, lo fía todo a la intercesión divina. Ellos crean los problemas y esperan que sus deidades los solucionen. ¡Joder que tropa!

Y si la Botella se obnubila con el fervor virginal, Rouco Varela se  lo inyecta en vena. Para el jefe de la iglesia católica española "la forma de salir verdadera y eficazmente de la crisis pasa por el amor fraterno y la renovación de la devoción a la Virgen, y ha pedido a la patrona de Madrid que conforte y anime a los madrileños ante las penalidades". Pues una de dos, o nos pretende engañar a los madrileños o la virgen de la Almudena pasa de él y sus plegarias, a la vista de que el paro y la pobreza no hacen si no incrementarse día a día en Madrid.

Si no estuviéramos en el siglo XXI y en una ciudad cosmopolita y culta, a  pesar de los esfuerzos que nuestros dirigentes hacen para lo contrario, diríamos que es la España mas rancia y casposa que uno se puede imaginar. Pero no, los rancios y casposos son ellos, los dirigentes populares meapilas y los jerarcas de la iglesia católica que siguen anclados en el nacionalcotolicismo. Ello son tan solo los "listos útiles" de los gobernantes para aborregar, aún más, a los incautos ciudadanos que todavía piensan que, desde el oscurantismo de la religión van a encontrar la solución de los problemas que políticos sin escrúpulos les han creado.

En definitiva es un contubernio político religioso, donde unos aborregan a los ciudadanos para que entren sin contestación por el aro de pagar la crisis sin rechistar y otros pagan los servicios con dinero público, para que la iglesia católica siga manteniendo los privilegios productos de un concordato preconstitucional  y la jerarquía católica el vergonzoso tren de vida al que están acostumbrados. Una simbiosis de mezquinos intereses  contra los más desfavorecidos.

Salud, República y Socialismo