Los profesionales de la tortura animal andan estos días revueltos y cabreados. Las razones, la retirada, por parte del Ayuntamiento de Madrid, de la subvención a la escuela taurina de Madrid. El torturador más cabreado, Paquirri, hijo y nieto de torturadores de toros.
Para este personaje la retirada de la subvención es poco mas o menos que una atentado a la libertad al afirmar que el gobierno local “pisotea y manipula la palabra libertad”. En honor de esa supuesta libertad a Paquirri le debe parecer bien que el PP incumpla su programa y se haya pasado toda la legislatura recortando derechos sociales, eliminando derechos laborales y quitando prestaciones y subvenciones a los parados que no cobraban subvención alguna. Eso si es libertad, una libertad que ha repercutido a millones de trabajadores en desempleo y los ha mandado a la miseria y la exclusión social. Pero no es libertad, para este personaje, que Ahora Madrid con Manuela Carmena a la cabeza decida aplicar el programa electoral con el que accedieron al Ayuntamiento y, por tanto, quite la subvención a la escuela taurina de Madrid. Acción que repercute a unos pocos aspirantes a maltratadores de toros. Menudo concepto que tienen Paquirri de la palabra libertad.
Para reafirmarse en su cabreo llega a afirmar que "cada día hay menos respeto, menos educación, menos libertad, menos seguridad". Y ahí le tengo que dar la razón, pero no en el sentido que él lo interpreta. En este país, desde que gobierna el PP, hay menos respeto porque para el PP no valen nada los derechos sociales y laborales que la ciudadanía ha conquistado con gran esfuerzo y ellos, el PP, sin respeto alguno los ha eliminado con la excusa de la crisis económica. Tampoco la educación sale bien parada, porque el PP ha realizado abusivos recortes en esta materia, echando a decenas de miles de profesores a la calle y degradando la calidad de la enseñanza. También hay menos libertad porque el PP ha introducido en la legislación la ley mordaza, para que los españoles seamos menos libres para protestar contra los desmanes legislativos del PP y poder reprimir por lo que los jueces se negaban a hacerlo. Y hay menos seguridad porque ningún persona de a pie puede salir a la calle a defender su derecho, ni ningún sindicalista puede animar a sus compañeros a secundar una huelga sin temor a que les metan en la cárcel o les impongan una buena multa.
Pero todo eso a Paquirri parece que le preocupa un bledo, ni el porvenir de esos profesores, ni la calidad de la educación de nuestros menores, ni la libertad de la ciudadanía para defender sus derechos y ni tan siquiera la seguridad jurídica de quienes quieren ejercer el constitucional derecho a la huelga o a la libertad de expresión. Porque él tiene las espaldas bien cubiertas, gracias a su despreciable profesión, y no necesita acudir a los servicios públicos básicos ni el recurso de los derechos y libertades consagrados en la Constitución Española.
Paquirri se siente muy preocupado porque unos pocos aspirantes a torturadores de toros se vean si subvención municipal. Igual que millones de trabajadores y ciudadanos que no perciben prestación o subvención alguna que les permita tener una mínima vida digna. Y tampoco le preocupa que 77.000 estudiantes hayan tenido que dejar la universidad porque no pueden pagarse una tasas universitarias que el PP ha subido de manera escandalosa. La misma que hace unos días les apoyaba, Esperanza Aguirre, no tiene el más mínimo pudor para justificar y alentar todos los recortes que su partido ha impuesto durante esta negra legislatura. Para Paquirri ¿pisotea y manipula Aguirre la palabra libertad?
Y no pasa nada porque unos chavales no tengan acceso a la escuela taurina, se pueden reciclar a otras profesiones mas dignas. Son jóvenes y están a tiempo. De igual manera no sería ninguna tragedia que desapareciera el mundo de la tortura de los toros. Ese siniestro negocio se puede reciclar en otro más productivo socialmente. De igual manera que se reestructuró la industria naval, la siderurgia, el carbón y alguna otra más, no se iba a hundir este país si se recicla ese siniestro negocio. De todas maneras tampoco tienen por qué preocuparse mucho, ya les ha salido uno nuevo esponsor al mundo de la tortura animal, Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid.
El mundo de la tortura animal se extinguirá lo mismo que se extinguieron los dinosaurios, los gladiadores, los caballeros medievales o los duelistas. La civilización es implacable e inexorable. Deja en la cuneta del tiempo todo aquello que no se ajusta a la natural evolución de la sociedad, una sociedad cada día más culta, más permisible y socialmente más avanzada. El aire fresco que ha entrado últimamente en las instituciones del estado hará que la extinción sea mucho más rápida. Por suerte para los toros y las personas civilizadas.
Salud, República y Socialismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario