No me queda mas remedio que reconocerlo, Rajoy va por el buen camino. Los cambios acometidos en su partido llevan ese fin. El problema, para él, es que los beneficios de esos cambios solo los va a capitalizar la izquierda.
Rajoy se empeña en que su problema es una problema de maquillaje, que se soluciona con ir a un esteticista, por eso ha quitado a lo más casposo de su anterior equipo, el Floriano, y ha puesto al frente a un grupo de pijos niños bien. El sigue empeñado en que su problema es de comunicación y por eso cambia al comunicador. Aunque parece que empieza a darse cuenta de que el problema de la corrupción generalizada de su partido le ha pasado factura.
Pero el problema, para él, no es que empiece a darse cuenta de que la corrupcion pasa factura. El problema es que piensa que la corrupcion se soluciona comunicando mejor y no combatiéndola de raíz, siendo intolerante con la corrupción. El problema, para él, es que ha reaccionado demasiado tarde y ya no le queda margen de maniobra ni credibilidad. No es nada creíble que durante tres año y medio haya sido complaciente con la corrupción generalizada de su partido y ahora en unos pocos meses pretenda, mediante la comunicación, convertirte en adalid contra la corrupcion.
La política de recortes aplicada contra la mayoría social no se soluciona explicándolo mejor. Porque la ciudadanía de a pie no quiere que le expliquen mejor porque ellos han sido los exclusivos pagadores de una crisis de la que no tienen responsabilidad. Quieren que se rectifique y se restituya los derechos robados. Y como Rajoy no quiere cambiar su policía económica y social, porque está muy orgulloso de haberle apretado las tuercas a los españoles de a pie, entonces el problema no tiene solución, por mucho que nos lo explique mejor.
Y cuando vemos que el cambio a la caspa son unos niños pijos bien, entre los que hay un imputado y un bocachanclas, pues el problema se le complica un poco mas. Porque no se puede ser un hipócrita de la política. No se puede criticar y exigir la dimisión, que si hay que criticar y exigir la dimisión, de alguien que, como el concejal Zapata, se burla del holocausto judío -aunque sea en el contexto de un debate sobre el humor negro. Hay limites que no se pueden traspasar.- y luego poner de Vicesecretario de Comunicación a Pablo Casado que dijo cosas como que la gente de izquierdas son "unos carcas" porque están "todo el día
pensando en la guerra del abuelo" y "en la fosa de no se quién", Porque en esas fosas están los que un día defendieron la legalidad republicana y fueron fusilados por ello. Y esos comentarios hieren la dignidad de esas personas y los sentimientos de sus familiares y de todos los que nos consideramos herederos de la II República. O más reciente poner en su twiter "Metes a un moro, un negro y un gitano en un coche, ¿quien conduce?... La policía." Eso como se denomina, ¿chiste malo o xenofobia?
No se puede tener doble vara de medir, porque si a Zapata se le exigió dimitir, y dimitió, se disculpó y pidió perdón a los ofendidos, al pijo de Casado le está faltando tiempo para dimitir, disculparse y pedir perdón a los ofendidos. Por eso los cambios de Rajoy en la dirección del PP, no son ni tan siquiera una operación de maquillaje, porque no han aguantado ni las últimas lloviznas primaverales. Pero nada, que Rajoy siga convencido que todo es un problema de comunicación y todo lo fie a que su cuarteto de pijos le lleve a la victoria en las próximas elecciones generales. Lo del 24 de mayo se va a quedar pequeño como sigan así.
Porque además de la poca visión política que demuestra Rajoy, en el medio año que queda para las próximas elecciones, el cambio político que se ha producido en ayuntamientos y comunidades autónomas, se va a empezar a materializar. Los ciudadanos, esos a los que Rajoy ha puteado en su legislatura, empezarán a ver la diferencia existente entre la política y las formas de hacer política del Partido Popular y la de los que él llama izquierdistas radicales y antisistemas. Ya estamos viendo que hay una nueva forma de hacer política, alejada de los privilegios en los que se movían los peperos y se irán viendo que las nuevas instituciones se ponen al servicio de los problemas de las gentes más desfavorecida, aunque luego haya dificultades para resolverlos. Pero al menos hay voluntad de llevar un cambio profundo en las instituciones. Y a poco que eso se materialice, de nada de va a valer a Rajoy el pretendido lavado de cara que intentaran llevar a cabo su troupe de niños piojos bien.
Rajoy sigue así que vas por el buen camino. Para mayor gloria de la izquierda.
Salud, República y Socialismo.
1 comentario:
Rajoy no se entera o no se quiere enterar. El problema no es la falta de comunicación, el problema es la cantidad de medidas, además de la corrupción, que han llevado a la gente a estar cada vez peor.
Por muchas caras que cambie, a los ciudadanos ya no nos engañan. Una viñeta que lo explica muy bien es ésta:
http://www.eldiario.es/vinetas/Explicar-mejor-cosas_10_392060792.html
Un saludo.
Lakacerola
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