El Borbón abdica y al grito de "una nueva generación reclama el papel protagonista", exige el continuismo de la monarquía en la figura de su hijo. Pero se olvida que ni él fue elegido directamente por la ciudadanía ni su hijo tiene legitimidad democrática para que herede la jefatura del estado.
La monarquía española es la heredera del franquismo, impuesta a los españoles en una constitución que muchos vieron como la vía de superación de la dictadura franquista que padecimos los españoles durante 40 años. Los españoles no hemos decide libremente el modelo de estado bajo el que queremos que se nos gobierne, por tanto es hora ya de que la ciudadanía tome la palabra y decida libre y democráticamente esa forma de estado.
Y no es casualidad que el Borbón abdique en estos momentos, cuando los dirigentes de los partidos monárquicos (PP y PSOE) sabían de las intenciones del Borbón desde el mes de febrero. Han ocultado intencionadamente a la ciudadanía esas circunstancias para poder manejarlas en el momento más oportuno para ello. Y el momento oportuno era este, pasadas las elecciones europeas y confirmado el debacle del bipartidismo.
Se utiliza la abdicación del Borbón como medio de eludir el debate de la derrota electoral sufrida y el resurgir de nuevas fuerzas políticas que pueden poner en peligro la supervivencia del bipartidismo. Vamos a estar un mes mareando la perdiz de la monarquía y viendo como desde los partidos monárquicos y la prensa que los apoya y los vocea, se enzarza la figura del Borbón, lo mucho que le debemos por habernos traído la democracia, los muchos servicios que ha prestado a este país y lo capacitado y lo bien preparado que está su hijo para heredar la institución monárquica.
Pero esta no es la percepción que tenemos muchos españoles de una institución que es un anacronismo en pleno siglo XXI. Si la sociedad española está exigiendo a voces un cambio en los modos de hacer política, un modo diferente de participación de la ciudadanía en lo asuntos políticos ¿que sentido tiene mantener a la fuerza una institución que es la antítesis de democracia? Una institución que choca frontálmente con los valores democráticos de esa nueva generación a la que el Borbón dice querer dar protagonismo.
La institución monárquica española tiene muchos puntos oscuros en su trayectoria, desde su origen dictatorial, su sospechosa y nunca aclarada complicidad con el intento de golpe de estado del 23f, la nada clara procedencia de la fortuna del Borbón, sus devaneos amorosos y deportivos, o su nada ejemplar actitud con las personas que le rodean. Luego está ese falso mito de ser el muñidor de la democracia española. Porque esta imperfecta democracia, no es fruto de su activismo político, sino de las muchas mujeres y hombres que lucharon en la dictadura por conseguirlo y de las grandes movilizaciones de los trabajadores y los movimientos sociales que se llevaron a cabo en el albor de la dictadura.
Pero en todo caso la monarquía se quiere perpetuar bajo las bases de la desigualdad. Una bases que determinan que los españoles no tenemos los mismos derechos ni somos iguales ante la ley. No tenemos los mismos derechos porque solo la familia Borbón tiene la posibilidad de acceder a la máxima magistratura del estado español y no somos iguales ante la ley porque la persona del monarca es inviolable ante la ley y la presión de la corona, ante los órganos judiciales, hacen que los miembros de su familia gocen de privilegios que el resto de los mortales no tenemos, como se ha puesto en evidencia en el proceso del caso Noos.
Por eso este es el momento más oportuno para que la ciudadanía tome la palabra y decida libre y democráticamente la forma de estado que está mas de acorde con sus principios. Solo pretendemos que se nos permita ejercer nuestro democrático derecho a decidir sobre la forma de estado. Un derecho que los partidos mayoritarios nos niegan, bajo la peregrina excusa de que "ahora no toca". Mientras que en otros países la reforma de su constitución se realiza con normalidad (en Alemania 60 veces, en Francia 24 o en EE.UU. 27), en este país solo se reforma la constitución y de manera exprés, para garantizar a los mercados el pago de la deuda (modificación del artículo 135).
Ayer los españoles dimos un ejemplo de queder cambiar las cosas con las grandes movilizaciones realizadas en una treintena de localidades. La más importante se llevo a cabo en Madrid. Nada de esto les hace recapacitar a los partidos monárquicos, así que habrá que seguir insistiendo. Mientras tanto una buena opción es recoger firmas para la celebración de un referéndum de reforma de la constitución. En este enlace podéis firmar por ello.
Salud, República y Socialismo.
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