En un país, Arabia Saudí, donde la mujer es ciudadana de segunda clase y que entre las numerosas prohibiciones tiene la de conducir, resulta sorprendente que alguien salga públicamente en defensa de este derecho para las mujeres.
El cómico y activista saudí Hisham Fagih ha publicado un vídeo satírico en el que versionando la canción del cantante jamaicano Bob Marley "No woman, no cry", reivindica el derecho de la mujer saudí a conducir vehículos a motor. Aunque el vídeo está en ingles, los subtítulos, también en ingles, lo hacen fácilmente compresible con un mínimo conocimiento de ingles.
A lo largo del vídeo se escuchan frases como "Ova-ovarios bien y en buen estado", en clara referencia y critica a la justificación de los religiosos islámicos que intentan hacer creer que las mujeres no pueden conducir porque es malo para su salud reproductiva. O "Las reinas no conducen, pero puedes prepararme la cena, que compartiré contigo" y "Tus pies son tu único transporte, pero sólo en el interior de casa, y lo digo en serio", en una clara referencia al papel que les asigna en la sociedad, el régimen teocrático y feudal del rey Abdulá.
El pasado 26 de octubre se había organizado una campaña de rebeldía contre esa situación por la que se llamaba a todas las mujeres saudís, con carnet de conducir internacional, a salir a la calle conduciendo un vehículo. Ante las serias amenazas de llevar a prisión a todas las mujeres que se atrevieran a contravenir la prohibición, la acción se sustituyó por una simbólica protesta para un inexistente 31 de noviembre.
A pesar de la represión a que son sometidas las mujeres en Arabia Saudí, algunas de ellas han grabado vídeos conduciendo vehículos, en actitud de rebeldía hacia las amenazas de los dirigentes saudís. En Arabia Saudí una mujer puede ser propietaria de un coche pero no puede conducirlo, tendrá que buscar a alguien que lo haga por ella.
La actitud de estas heroicas mujeres me recuerda a las mujeres españolas que, en plena dictadura, se exponían a ir a la cárcel por reivindicar la igualdad de derechos ante la ley y dejar de ser las ciudadanas de segunda clase a la que les tenía condenadas el franquismo. El apoyo a su lucha y la divulgación de sus acciones es lo menos que podemos hacer los demócratas para que un día puedan conseguir la igualdad de derechos por la que luchan. Y denunciar la hipocresía de los gobiernos occidentales que hacen la vista gorda ante las atrocidades de un régimen teocrático y feudal, para poder seguir manteniendo el suministro petrolífero que Arabia Saudí les proporciona.
Salud, República y Socialismo
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