domingo, 24 de febrero de 2013

De bomberos y maderos

Las movilizaciones a las que nos está obligando este gobierno reaccionario del Partido Popular o mejor dicho el Partido Podrido, como señalaban algunas pancartas de la concentración de ayer en Madrid, al menos a mí me están deparando algunas sensaciones agradables, al margen ya de las propias por la respuesta que está dando una parte de la ciudadanía.

Ayer en la concentración de la plaza de Neptuno más de un centenar de bomberos formaron un muro humano para defender a los manifestantes de las posibles acciones de los maderos. Y funcionó. Era una gozada ver la simbiosis que se generaba entre los manifestantes y los bomberos. Detrás a unos 20 metros los de siempre, los maderos con su actitud de siempre, como perros de presa al servicio de su amo. Los 1.500 efectivos que nos mandó la delegada del Gobierno en Madrid no sirvieron para nada porque la ciudadanía demuestra que cuando no hay provocaciones ajenas a los manifestantes, no se producen altercados. Pero cuando la manifestación se disolvió, entonces se les vio su verdadera faz. Había que recaudar la dosis establecida de porrazos y sangre.

Y no es la primera vez que los bomberos tiene una actitud cívica. Ya se han negado de manera individual y colectiva  a participar en desahucios de viviendas, porque entienden que eso no es sino ponerse al servicio de los que causaron la crisis económica y la burbuja inmobiliaria; y ahora quieren también sacar beneficio de la crisis que ellos crearon. Los bomberos demuestran con esa actitud que tienen conciencia de clase, que ellos entienden que son también damnificados de la crisis económica y que los enemigos nos son los ciudadanos sino los poderosos y los políticos que se arrodillan ante ellos.

Maderos Por el contrario los maderos, los antidisturbios, van a lo suyo. No son capaces de salir de sus cuarteles si no regresan después de haberse desfogado apaleando manifestantes. Siempre hay alguna excusa y si no se la inventan. Para eso tienen a sus infiltrados. Con ellos no va la crisis y de la misma manera que para sus amos, el gobierno del P.P., solo existen las cifras, en esta caso el número de detenidos y el número de porrazos y cabezas abiertas y la cuantía de las horas extraordinarias que cobran después de cada manifestación. Para ellos no existen las personas, sus problemas, el paro, la dependencia, los desahucios, los recortes, etc. Ellos no se deben considerar ciudadanos, dado que siempre están enfrente de ellos. Porque ni siquiera tienen la justificación de “cumplir con su deber”. Porque para cumplir con su deber no es necesario convertirse en unos salvajes descerebrados, no es necesario maltratar a los ciudadano ni apalearles con saña como se evidencia en tantos y tantos videos. Para disolver una manifestación no hace falta hacer esas demostraciones de violencia. Eso lo único que evidencia es una falta absoluta de profesionalidad y de ética.

En fin que hay funcionarios y funcionarios. Mientras unos se solidarizan con los problemas de la calle, otros no solo no se solidarizan ni cuando no están de servicio, sino que parecen como si en cada una de sus actuaciones tuvieran que justificar lo serviles que son con los políticos que nos gobiernan. A los unos nuestra gratitud y solidaridad, a los otros nuestro desprecio más absoluto.

Salud, República y Socialismo.

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