La puerta del Sol se llenó de laicismo

De regreso por el paseo del Prado, restringido al trafico para uso de los peregrinos, suben hacía la Plaza de Cibeles una veintena de furgonetas de la policía con las sirenas encendidas. Ya nos tememos lo que durante toda la tarde se ha olido en el ambiente. La policía tenia ganas.

Las decenas de miles de personas, ateos laicos, librepensadores, católicos críticos, indignados, infieles, agnósticos y simplemente ciudadanos que están en contra de que la JMJ se financie con sus impuestos; se han congregado esta tarde para manifestar su malestar por la venida del Papa a España y porque se subvencione la JMJ con impuestos de los ciudadanos. La respuesta de la ciudadanía ha superado con creces todas las expectativas. La cabecera de la manifestación ha realizado el recorrido de Plaza de Benavente, calle Carretas, puerta del Sol, calle de Alcalá, calle Sevilla, calle de la Cruz y cuando ha llegado de nuevo a la plaza Benavente para finalizar en Tirso de Molina; no ha podido continuar porque todavía continuaban saliendo ciudadanos desde la plaza de Tirso de Molina. Y dicen que la policía ha contado cinco mil manifestantes. Digo yo que serían los cinco mil primeros.

La manifestación era un jolgorio, una demostración de ciudadanía con los manifestantes coreando sus consignas tranquila y pacíficamente, pero allí estaban ellos las hordas cristianas para tratar de boicotear la manifestación. Desde el inicio en la plaza de Triso de Molina se paseaban provocativamente entre los manifestantes, en la plaza de Benavente montan un número de penitentes arrodillados y en la puerta del Sol intentan que los manifestantes no entraran en la plaza, ante la pasividad de la policía que en lugar de echar a los provocadores empuja a los manifestante como si fueran ellos los provocadores. Lo mismo sucede en la confluencia de las calles Alcalá y Sevilla. Ya se veía que la policía tenia ganas de bronca.

A partir de las nueve la puerta del Sol se llena de manifestantes que prefieren finalizar el recorrido y quedarse tranquilamente en la plaza. Poco tiempo después se produce la carga de la policía que expulsa a los manifestantes de la Puerta del Sol y disuelve la manifestación.

Al menos dos cosas han quedado demostradas. Primero, que el sentimiento laicista de la ciudadanía madrileña, mal que le pese a a la P.P. y al PSOE., es elevado. Segundo, que había que  llevar la provocación a la manifestación para desacreditar a los convocantes y ante la correcta actitud de los manifestantes se opta por la disolución violenta de la manifestación.

A lo largo del día publicaré otra entrada donde expondré las fotografías que evidencias la actitud provocativa de los cachorros del D. Benedicto. El laicismo está vivo entre la ciudadanía madrileña y con ganas de ganar la batalla por el estado laico y aconfesional.

Salud, Republica y Socialismo.