Dicen que los pueblos tienen los gobernantes que se merecen, porque estos son elegidos por la ciudadanía. Pero algo hemos de haber hecho mal porque los españoles no nos merecemos un gobernante como Mariano Rajoy.
No hay día que no suframos con un obsequio de alguna de sus ocurrencias, que mas que ocurrencias son lapsus que evidencia su incapacidad como político y como persona. La última gorda de ellas la soltó en Burgos el pasado día 17. Dice Rajoy que "España es un gran país que hace cosas importantes y tiene españoles". El problema es que no se le cae la cara de vergüenza a continuación. Porque a mi si. Yo siento vergüenza ajena cuando oigo al presidente de mi país decir esas simpleces. Porque desde fuera cuando se lea esta frase deben considerar que a los españoles nos falta un hervor.
Y el problema es que esta situación no es una casualidad, sino que es demasiado habitual. Mariano Rajoy nos tienen demasiado acostumbrados a escucharle decir simpleces y tonterías, como cuando dijo que "los catalanes hacen cosas". Y los madrileños, los andaluces y cualquier hijo de vecino que tenga dos dedos de frente. Las hemerotecas están llenas de frases de parecidos términos que ilustran que mas que un gobernante, los españoles tenemos un señor que pasaba por allí y le sentaron en la poltrona de la Moncloa. Ellos que tanto cacarean lo de la marca España, están dando pisotones a esa marca cada vez que abren la boca. Porque un dirigente no solo tiene que tener capacidad de dirección y de liderazgo sino que lo ha de demostrar. Como la mujer del Cesar. Pero en el caso de Rajoy ni lo tiene, ni lo demuestre, ni se le espera.
España tiene españoles, lo raro es que estuviera llena de australianos. Y ademas los españoles de a pie hacemos cosas importantes, levantar día a día, con nuestro esfuerzo, este estupendo país. A pesar de que algunos dirigentes del Partido Popular se empeñen todos los días en poner piedras en el camino para que no avancemos. Porque avanzar, aunque el PP nos los quiera vender así, no es crecer un par de puntos en el PIB anual. Avanzar implica crecer como personas, en dignidad, en derechos, en calidad de vida, en empleo decente y salario digno, en el acceso a servicios públicos de calidad, en libertad, en participación democrática y sobre todo en hacer que ese crecimiento revierta en las personas que más lo necesitan. Que el crecimiento sirva para un mejor reparto de la riqueza y no para incrementar las desigualdades económicas, políticas y sociales.
Si fuese creyente, que no lo soy, pensaría que esto es un castigo divino por algo que hemos hecho mal. Pero de lo que si estoy seguro es que hemos hecho algo mal, elegir a nuestro gobernantes. Porque es mala decisión elegir personas que nos desprestigian como país y que en lugar de luchar por la felicidad y el bienestar de los más desfavorecidos, se preocupan solo de los poderosos. Ese ha sido nuestro error. Al menos el error de una parte importantes de los/as españoles/as. Ahora estamos a tiempo de rectificar. No volvamos a cometer el mismo error, porque ya no sería un error sino un degeneración mental.
Salud, República y Socialismo
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