No suele ser Alfonso Alonso, portavoz parlamentario del P.P., de los más bocachanclas entre los dirigentes del Partido Popular. El problema es que el P.P. está inmerso en tal podredumbre que hasta los más comedidos terminan por decir alguna burrada.
Decía Alfonso Alonso, ante la petición de toda la oposición parlamentaria de que Mariano Rajoy diera explicaciones sobre los últimos casos de corrupción, que "no vamos a dar más espacio para el
enfrentamiento ni para un espectáculo del que el señor Sánchez no puede
sentirse orgulloso". Con esta posición lo único que se pretende es que el jefe de Gobierno y presidente del P.P. no esclarezca sus responsabilidades en los últimos caso de corrupción que salpican a la política española y mas en concreto al P.P. y en menor medida al PSOE.
Decir que debatir sobre el grave problema de la corrupción política en España es dar espacio al espectáculo, es simplemente pretender mirar hacia otro lado y no querer enfrentarse de manera coherente a esa lacra social y política. Es pretender dar a la corrupción el estatus de mal endémico e irresoluble. Y sobre todo continuar en la política del avestruz que tanto le gusta a Mariano Rajoy. Esperar a que el tiempo arregle el problema. La cuestión es que el problema no solo no se arregla, sino que se ha enquistado y se esta convirtiendo en un cáncer cuya metástasis va a terminar acabando con buena parte de la política española actual.
Porque para espectáculos, los que los dirigentes del P.P. están dando desfilando esposados por cuartelillos y juzgados. Un espectáculo bochornoso que está dando la imagen de lo que es la política española, o al menos una parte de esa política. Tanto criticar, el P.P. y sus ministros, lo nefasto que es para la marca España el espectáculo de las manifestaciones contra la política de recortes sociales del P.P. y no se sonrojan ni se les cae la cara de vergüenza por el paseillo continuo de sus corruptos cargos públicos y dirigentes por los juzgados, comisarias y cuartelillos del país.
Espectáculo es ver como Mariano Rajoy se solidariza con sus corruptos dirigentes, los anima y alienta hasta que acaban siendo condenados y entonces se convierten en delincuentes que pasaban por Génova y se aprovechaban, para su beneficio, del P.P. Espectáculo es ver como todos sus secretarios generales, salvo Cospedal que tiene todas las papeletas para ser la próxima, están imputados en delitos de corrupción política y financiación ilegal del partido. Aunque esto último, paradógicamente, no sea aún delito este este corrupto país. Espectáculo es ver como Martínez Pujalte se jacta de ser amigo de casi todos los corruptos del P.P., a los que considera buena personas y hasta los justifica. Espectáculo, en definitiva, es ver como el Partido Popular está inmerso en las principales causas judiciales por corrupción política y sus dirigentes consideran que tan solo se equivocaron en otorgar confianza a quienes no lo merecían.
Alfonso Alonso no se entera, o si se entera quiere tomar por tontos a todos los españoles, insultando nuestra inteligencia, de que debatir sobre la corrupción política es un espectáculo, pero un espectáculo constructivo, sobre todo si después del debate se toman medidas drásticas para combatir la corrupción, venga de donde venga, la propia y la ajena. Espectaculo, pero no constructivo, sería convertir el debate en un "y tu mas", como hasta ahora nos tienen acostumbrados los dos grandes partidos políticos, P.P. y PSOE.
Pues nada sigan Vds. dando espectáculos, que van por el buen camino. Las encuestas así lo confirman ya.
Pues nada sigan Vds. dando espectáculos, que van por el buen camino. Las encuestas así lo confirman ya.
Salud, República y Socialismo
1 comentario:
Y éste, como tú dices, es de los más prudentes, pero no puede evitar la guerra del "y tú más" que tantas alegrías y votos está dando a Podemos. Ellos mismos se están cavando su propia tumba. Así lo espero.
Salud y República
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