Un asesinato es un asesinato. Condenable y perseguirle por la justicia, pero nada más. Que una persona sea asesinada por una venganza personal es un hecho objetivo, un delito. Que además esta persona sea un político, una política en este caso, esto solo es algo coincidente.
Pretender que, porque esta persona sea una dirigente del P.P. y hubiera acumulado hasta 13 cargos públicos en si misma, este terrible suceso tiene que tener una dimensión política, es simplemente una barbaridad y una manipulación política. Porque Isabel Carrasco no fue asesinada por ser una dirigentes del P.P., ni por acumular tantos cargos en su persona, ni por la buena o mala gestión de todos sus cargos públicos, sino por el mismo motivo que se cometen muchos crímenes en este país: por venganzas y rencillas personales. Y por por ese tipo de asesinatos, por muy censurables que sean, no se paralizan las campañas electorales ni se monta el circo informativo que se lleva montando desde que sucedió el luctuoso suceso.
¿Acaso ese crimen tiene mayor dimensión humana que cualquiera de los decenas de asesinatos por violencia de genero que se comenten todos los años en España? ¿Se paraliza la vida política cada vez que un degenerado mata a su pareja o expareja? A lo sumo se guardan unos minutos de silencio en algunas instituciones públicas del estado. Por eso no estoy de acuerdo que la campaña electoral se haya suspendido por un crimen que no tiene connotaciones políticas. Para mi es tan solo una manipulación política de los grandes partidos (P.P. y PSOE) a los que les interesa una campaña electoral de nivel bajo y en la que han caído otros partidos minoritarios entre ellos el mio, IU.
Lo que ya colma todo lo soportable es la pretensión del ministro del interior, Jorge Fernández Diaz, de criminalizar y perseguir de oficio, en las redes sociales, a quienes se hayan pasado en sus comentarios sobre el asesinato de Isabel Carrasco. Un ministro que pretende perseguir de oficio calumnias, injurias y/o ofensas hacia las personas, no debería ser ministro, porque estos casos solo son perseguirles bajo denuncia previa. No parece que, hasta el momento, ningún familiar de la asesinada haya puesto denuncia alguna. Si Jorge Fernández Diaz es tan ignorante no puede ser ministro.
Ni siquiera la Policía Nacional considera que estas actuaciones tengan la consideración de delito. Esto es lo que se manifiesta en el Twitter oficial de la Policía Nacional: "es una mezquindad, una idiotez, pero NO ES DELITO".
La obsesión represiva de este ministro hacia todo lo que no controla es alarmante. Cualquier cosa le vale para intentar recortar la libertad de expresión de la ciudadanía. Pero no parece molestarle lo más mínimo la acusaciones que se hacen desde determinados medios de comunicación de que los escraches están detrás de este asesinato. Solo se entiende las declaraciones del ministro como una excusa para justificar una nueva mordaza a la libertad de expresión y sobre todo la libertad de expresión en las redes sociales, porque son consciente, en el P.P., el poder que estas redes tienen para contrarrestar lo nefasto de su política económica y social.
Dice Fernadez Diaz que hay que investigar "a los bocazas de las redes sociales" y "limpiar las redes de indeseables". Bocazas y e indeseables son también todos aquellos que manipulan un crimen por venganza, totalmente condenable, con el objetivo político de influir en una campaña electoral. A ver si la próxima vez que se asesina a una mujer por violencia de genero se le da la cobertura informativa que se está dando de este asesinato.
Salud, República y Socialismo.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo con tu artículo, Antonio.
No hay nada más que añadir.
Si acaso, añadir
http://bargas-la-sagra.blogspot.com.es/2014/05/libertad-de-expresion.html
Pues eso: Libertad de opinión
Salud, República y Socialismo
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