Ayer se entregaron los Premios Abogados de Atocha en su novena edición. Para mi la edición de este años ha tenido un especial significado porque se han concedido a los miembro de CC.OO. condenados en el Proceso 1001 y a a la Facultad de derecho de la Universidad de Barcelona.
Previamente se había rendido homenajes a los asesinados del despacho laboralista de Atocha 55 ante el monumento que los recuerda (“El abrazo” de Juan Genovés). Pero en esta ocasión un incidente ha ensombrecido en homenaje por el ataque de unos indeseables a la placa que recuerda a los Abogados de Atocha en el portal del despacho que ocupaban los laboristas, en el número 55 de la calle Atocha, que ha aparecido cubierta de pintura roja y amarilla. Un ataque que ha condenado Javier López y que es reflejo "de la serpiente que anida en los corazones de algunos españoles", que pretenden "fracturar y romper la memoria de los Abogados de Atocha".
(Miembros del proceso 1001 en la entrega del premio)
El proceso 1001 fue una farsa, sin garantías jurídicas para los procesados, como eran en aquellos momentos todos los juicios políticos. Un año antes, el 24 de junio de 1972, 10 miembros de la clandestina dirección de CC.OO. fueron detenidos cuando estaban reunidos en el convento de los Oblatos de Pozuelo de Alarcón (Madrid). Coincidió que el día de inicio del juicio (20/12/1973) tuvo lugar el asesinato de Carrero Blanco (presidente del Gobierno) por parte de ETA y lo que iba ser una farsa se convirtió, además, en una venganza hacia los dirigentes de CC.OO.
(Los diez de Carabanchel)
En este contexto hubo un intento de linchamiento por parte de exaltados fascistas que se encontraban en el juzgado y ante la petición de los abogados defensores de aplazamiento del juicio por la situación que se había creado, la respuesta del juez fue que no solo no habría aplazamiento sino que si fuera por él los fusilaría de inmediato.
El juez no los fusiló pero se tomo la revancha dictando la mayor condena que el Tribunal de Orden Público había dictado nunca,161 años de cárcel. Marcelino Camacho, 20; Nicolás Sartorius, 19; Miguel Ángel Zamora Antón, 12; Pedro Santiesteban, 12; Eduardo Saborido, 20; Francisco García Salve, 19; Luis Fernández, 12; Francisco Acosta, 12; Juan Muñiz Zapico Juanín, 18; y Fernando Soto Martín, 17. Un años después el Tribunal Supremo reduciría considerablemente la condena. Algunos llevaban sufriendo la prisión más tiempo del que los condenaron.
(Manifestación en Paris en solidaridad con los detenidos del proceso 1001)
Un elemento que se generó ante este proceso fue la solidaridad. Esta se produjo tanto en el interno como en el exterior del país y desde organizaciones obreras como otras que nada tenían que ver con el sindicalismo. Y en esta actividad jugaron un importante papel las mujeres de los detenidos, jugándose muchas de ellas su propia libertad en defensa de los sindicalistas.
La solidaridad también se expresó en la defensa de los acusados. En ella intervinieron abogados de todas las tendencias contrarias al franquismo. Desde prestigiosos juristas como Marcial Fernández Montes, Alfonso del Cossío y Corral, democristianos como Joaquín Ruiz Giménez, socialistas como Enrique Barón, comunistas del PCE como Manolo López , Cristina Almeida y la ORT como Francisca Sauquillo, abogados como Adolfo Cuellar, Guillermo García Lacunza (sustituido por Jaime Sartorius) y el mismísimo José ª Maria Gil Robles.
El decadente régimen franquista tomó este proceso como la cabeza de turco de la oposición democrática. CC.OO. representaba en aquellos momentos la vanguardia de la lucha contra la dictadura y por ello era necesario descabezarla, que sirviera de ejemplo. Pero lejos de ello, el proceso 1001, tuvo el efecto contrario ya que a partir de él la oposición democrática fue creciendo. CC.OO. tomo la decisión de dinamitar el sindicalismo vertical desde dentro y en 1975 gana las elecciones al sindicalismo oficial con las Candidaturas Unitarias. Y desde dentro del sindicalismo oficial organiza las grandes movilizaciones de finales de 1975 y el año 1976. Movilizaciones que hicieron caer el gobierno de Arias Navarro y forzaron el proceso de la transición democrática. Aunque eso es ya otra historia.
Los 10 de Carabanchel se merecían este premio por su gran contribución a la lucha por las libertades democráticas. Nicolás Sartorius lo decía ayer, “Nos han otorgado otros reconocimientos, pero este premio es el que más nos ha satisfecho”
Salud, República y Socialismo.
3 comentarios:
Por ellos y por nosotros.Siempre en nuestro corazón y en nuestra memoria.
¡Salud y República!
Unos mártires de la clase trabajadora. Si levantaran la cabeza y vieran en lo que se ha convertido el sindicato.
Cuánta lucha tirada por el desagüe!!!.
Un saludo!!!
Un premio merecido. Un orgullo para todos los trabajadores, unos mártires de un régimen salvaje.
Salud y República
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