No fueron capaces de amedrantar a la ciudadanía y ante la respuesta de esta solo les quedo una alternativa, reventar la protesta pacifica de la indignación ciudadana.
Todo estaba orquestado para intentar hacer fracasar la visibilidad de la indignación ciudadana. Campaña de intoxicación y descalificación de los fines de la movilización (golpismo, violentos, antisistemas, relación con la extrema derecha,…) coacción a lo que se trasladaban a Madrid, cerco policial al Congreso como si estuviéramos en una situación de insurrección y por si ello fallaba introducción de infiltrados policiales que hicieran el trabajo sucio que justificara la actual de los antidisturbios.
Hoy nadie puede dudar, muchísimos videos lo evidencian, que muchas provocaciones estaban realizadas por los infiltrados policiales. Hicieron bien su trabajo, pues el objetivo era intentar desacreditar una movilización pacifica y dejarla reducida a la acción de grupúsculos antisitemas violentos. Pero para desgracia del gobierno del P.P. en todas las movilizaciones ciudadanas hay miles de móviles que pueden grabar los excesos policiales y directamente subir los videos a la red. Su estrategia les ha fallado.
Hoy el Partido Popular ha cerrado filas con los violentos policías que se excedieron, insistiendo en que la respuesta policial era la adecuada a la actuación de los manifestantes, en la idea de la inviolabilidad del Congreso de los Diputados y en la actitudes delictiva de los que ayer nos manifestamos. Como siempre la respuesta en matar al mensajero en lugar de reflexionar sobre el por qué de las reivindicaciones ciudadanas. Cuando una parte de la clase política tiene miedo de la respuesta de sus representantes es que hay un grave problema de credibilidad política.
No se puede echar mano de la “mayoría silenciosa” cuando la ciudadanía responde en la calle. Porque no quiere decir que la “mayoría silenciosa” esté de acuerdo con la situación política, simplemente que no manifiesta su descontento en la calle, por múltiples motivos. Solo los ciegos o los inmovilistas pueden hacer apelación a que no hay justificación para la movilización ciudadana. En este país está habiendo una involución política por la que los ciudadanos somos utilizados para conseguir mayorías de forma torticeras e ilegitimas y a continuación se utilizan esas mayorías para cargar contra la parte más desfavorecida de la ciudadanía.
La inmensa mayoría de la clase política vive ajena a la realidad de los ciudadanos, legislando en contra de la mayoría social y favoreciendo a una minoría de privilegiados. Pero no solo eso, esa parte de la clase política vive encerrada en un mundo de privilegios que no quiere abandonar mientras el resto de la población pasa necesidades (Por ejemplo un diputado paga 3,5 euros por comer en el Congreso, mientras que un escolar tiene que pagar 6 euros en su comedor escolar) o que utiliza las instituciones mas para favorecer los intereses partidarios que los intereses ciudadanos (cuando se habla de reducción drástica del numero de parlamentarios y eliminación de sueldos, en el fondo lo que se pretende es reducir el acceso a las instituciones a solo los partidos mayoritarios e imposibilitar que las personas sin ingresos puedan acceder a las instituciones políticas).
Están generando un déficit político y de libertades civiles, a la vez que transforman el estado democrático y de derecho en un estado policial, donde la discrepancia se dirime con la violencia policial y penal. Pero no se puede caer en la argumento fácil de que todos los políticos son iguales. Porque si así fuera los diputados y cargos públicos de Izquierda Unida, ayer se hubieran quedado sentados en su poltronas. En lugar de eso abandonaron el Congreso, saltaron el cordón policial y se pusieron del lado de los manifestantes que ayer llenábamos los alrededores del Congreso. Y no solo eso sino que alguno, como Alberto Garzón, fue zarandeado y empujado por esa violenta policía que padecemos.
Por tanto la respuesta solo puede estar en la calle. Exigiendo un cambio en el modelo político, que lleve a nuevas formas de participación ciudadana en la política. Lo que pudo ser valido hace mas de 30 años, hoy ya no lo es y los ciudadanos exigimos una participación en la política mayor que el hecho de votar cada cuatro años y mayor control de los cargos electos.
Por eso nos insultan y pretenden manipular. Porque los políticos tradicionales viven muy bien con el actual estatus político que les permite hacer lo que les da la gana durante cuatro años acusando a los inconformistas de anti demócratas por “querer cambiar en la calle el resultado de las urnas”.
Salud, República y Socialismo.
2 comentarios:
La violencia desproporcionada de la policía fue vergonzosa. Pero ahí están, aplaudiéndola, sin un ápice de autocrítica.
Salud y República
Todo les vale con tal de mantenerse en el poder, se excusan con la mayoría de votos que obtuvieron en las urnas cuando no quieren reconocer que ya no están legitimados al cometer fraude en el programa electoral, no han cumplido con lo que prometieron y por tanto ya no están legitimados para seguir, y esto se les tiene que hacer ver si o si.
Un abrazo.
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