A mi tampoco me gustan las medallas, sobre todo si se las
imponen a seres inanimados. El
laicismo no es pasar de perfil, es un compromiso con un modelo de sociedad y
por eso hay que ser coherente con lo que se pretende defender.
La coherencia implica primero, que los principios hay que
aplicarlos a las duras y las maduras y segundo, que no valen dobles raseros al
evaluar como se aplican nuestros principios. Por eso yo, ni comprendo, ni
comparto la actitud de Kichi, alcalde de Cádiz, ni tampoco la justificación que
Pablo Iglesias hace de esa actitud (Conceder una medalla a la Virgen del
Rosario patrona de Cádiz). Yo comparto la opinión de Alberto Garzón sobre el
tema, "No soy fan de las medallas, menos si se dan a seres
inanimados".
¿Que es eso de "Yo creo que Kichi lo ha manejado de una
manera muy laica en el sentido de que se trata una muestra de respeto a los
sentimientos populares", con que Pablo Iglesias justificaba la actitud de
Kichi. Portque ni es laica ni respetuosa con los sentimientos populares. ¿A
pensado Pablo Iglesias cuanbtos gaditanos pueden estar en contra de esa
concesion de medalla? Por esa regla están justificadas todas las medallas que
el ministro ultracatólico Jorge Fernández Diaz ha concedido a las vírgenes de
su devoción. Si partimos de que un estado laico debe estar al margen de la influencia de cualquier religión, las
instituciones públicas no deben mezclarse con las actividades religiosas.
Pero además hay que ser coherente y si criticábamos que el
ultracatólico ministro del Interior concediera honores, que están destinados a
personas e instituciones que se destaquen en la sociedad civil, a seres
inanimados, hay que se critico también con la actitud de Kichi. Porque en el
fondo es lo mismo y el que la petición vaya avalada por 6.000 firmas, no cambia
nada el absurdo.
Los programas están para cumplirlos, no para ganar votos
únicamente. Y del mismo modo que por muchas firmas que se recojan, desde la
izquierda se va a seguir luchando contra las desigualdades. Si uno de nuestros
principios es el laicismo, este hay que llevarlo a cabo con todas las
consecuencias. Y eso significa que allí donde se gobierne desde el laicismo,
los cargos públicos se deben de mantener al margen de las manifestaciones
religiosas. El laicismo no significa ampliar los privilegios de las otras
confesiones, además de la católica, sino en suprimir los de todas, en
mantenerse al margen. Porque la fe es una cuestión privada de las personas.
Estas incoherencias y ese intento de justificar las
incoherencias de los nuestros es lo que provoca que la ciudadanía nos vea a la
izquierda con recelo y se aleje de nosotros y de no confíe en nuestros
compromisos. Luego no nos extrañemos que nos den la espalda. Porque lo
incoherente es exigir a los demás lo que no somos capaces de exigirnos a
nosotros mismos.
Salud República y Socialismo
2 comentarios:
No estoy de acuerdo con Kichi ni con Iglesias. Son actitudes seguidistas del fetichismo y superstición de la cara oscura de los pueblos, para congratularse con ellos a cambio de votos.
La izquierda debería tener las ideas claras sobre el laicismo y dejarse de condecorar vírgenes.
Estoy hasta del folclore oportunista de Podemos. ¿No dicen que son renovadores de las viejas costumbres? ¡Pues vaya ejemplo!
Salud.
Boa tarde,estou totalmente de acordo que o estado deve de ser laico, não pode privilegiar a religião mesmo a mais representativa, infelizmente os políticos eleitos tomam partido em nome do estado para ganhar mais popularidade.
AG
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