De nuevo ser reproducen los esquemas. Al igual que cuando la negociación de la reforma de la negociación colectiva, la patronal de desdice de sus compromisos y se vuelve a las posiciones maximalistas para justificar la ruptura de las negociaciones.
Con el gobierno Zapatero, cuando las posiciones se estaban acercando la patronal decide en el último momento maximizar sus posiciones para que la negociación entre sindicatos y patronal fracasara. Sabían, como así fue, que una reforma impuesta les iba a ser más favorable que una negoción con los sindicatos, donde tendrían que ceder en algunos aspectos para poder llegar a un acuerdo.
Ahora está sucediendo lo mismo. Agravado por dos factores. El primero las prisas que impuso Rajoy para llegar a un acuerdo. Un buen acuerdo no se negocia en tan corto espacio de tiempo. El segundo el cambio en el gobierno. La patronal sabe que el Partido Popular tiene un proyecto laboral que es semejante al que proponen ellos y por lo tanto muy alejado de las posiciones de los sindicatos. Y como a Rajoy no le va a temblar la mano para imponer una reforma laboral en caso de que no haya acuerdo. La cosa esta clara mejor imponer que acordar.
El objetivo de la patronal es claro congelar los salarios durante dos años, rebajar más el despido y desregularizar la negociación colectiva para dejar indefensos a los millones de trabajadores de las pequeñas y medianas empresas.
Yo no soy partidario del acuerdo en esta ocasión. Porque no se tiene nada que ganar. Cualquier acuerdo será a la baja, solo servirá para retroceder en derechos laborales y económicos. Profundizar más en reformas que han demostrado su fracaso para crear empleo y salir de la crisis, es un absurdo porque solo sirven para incrementar los beneficios empresariales y deteriorar las condiciones laborales de los trabajadores.
Quienes defienden que “es mejor un acuerdo que una medida adoptada unilateralmente por el Gobierno” creo que se equivocan. Un acuerdo en el que solo una de las partes cede, nunca es un buen acuerdo. La reforma unilateral seguramente será peor que un mal acuerdo, pero nadie podrá acusar a los sindicatos de haber traicionado los intereses de los trabajadores. A veces es bueno una dosis de dignidad, si no se quiere o no se puede movilizar.
Salud, República y Socialismo.
4 comentarios:
Coincido con tu tesis.
Otra cuestión es cómo contraatacar. Los sindicatos no tienen la fuerza necesaria para imponer una acción extrema y eso es una cuestión fundamental.
Salud y República
Ante la radicalización de empresarios y de las medidas neoliberales y antisociales solo queda una respuésta. Acción reacción...lo que hagan los sindicatos mayoritarios ahora marcará su razón de ser.
Es tiempo de lucha obreara.
Los sindicatos deberían estar curados de espanto y,en una opinión personal,no deberían haberse sentado a negociar ya que,de antemano,se sabía que tenían cogida la sarten por la mano(PP).
Que gobiernen el PP y los empresarios y que asuman su parte de desprestigios.
Esta vez ,a los sindicatos les sobraban todas las mesas de negociación,conociendo el paño.
¡Salud,República y Socialismo!
Los sindicatos no están en su mejor momento y seguramente decidieron negociar para que no se les acusara de no hacerlo y quedar aún peor.
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