En estos días se han cumplido 80 años de la aprobación del sufragio universal femenino en España. Un derecho que a pesar de los avances democráticos, todavía no es permitido o está limitado en países como Arabia Saudí, Brunéi, Líbano Emiratos Árabes o el Vaticano.
La impulsora de este derecho en España fue Clara Campoamor. Paradójicamente, en la España Republicana, las mujeres podían ser elegibles pero no electoras. Fue en el debato constitucional donde se consiguió introducir esta modificación y hacer que la mujer tuviera los mismos derechos que el hombre ante el sufragio universal. Clara Campoamor defendió este derecho frente a otra mujer Victoria Kent y frente a una izquierda recelosa de la capacidad de la mujer para ejercer su derecho al voto. Recelaban de que la mujer, fuertemente influencia por “la sacristía y el confesionario” pudiera inclinar la balanza hacia la derecha en sucesivas elecciones.
La tenacidad de Clara Campoamor hizo que finalmente, por 161 votos frente a 121, el derecho a voto de la mujer fuera incluido en la Constitución Republicana y no en una ley ordinaria como pretendía gran parte de las Cortes, incluida una parte de las izquierdas. Lo justificaban con el mezquino argumento de que si se demostraba que el voto de la mujer era de derecha, se podría revocar la decisión fácilmente con una ley ordinaria, pero no así, si este derecho estaba incluido en la Constitución. Los argumentos de Clara Campoamor fueron sólidos:
“¡Las mujeres! ¿Como pude decirse que cuando las mujeres den señales de vida por La República se les concederá como premio el derecho a votar? ¿Es que no han luchado las mujeres por la Republica? ¿Es que al hablar con elogio de las mujeres obreras y de las mujeres universitarias, ¿se va a ignorar a todas las que no pertenecen a una clase ni a la otra? ¿No pagan los impuestos para sostener el Estado en las misma forma que las otras y que los varones? ¿No influye sobre ellas toda la consecuencia de la legislación que se elabora aquí para los dos sexos, pero solamente dirigida y matizada por uno? ¿Como puede decirse que la mujer no ha luchado y que necesita una época, largos años de República, para demostrar su capacidad? Y ¿Por qué no los hombres? ¿Por qué el hombre, al advenimiento de la República, ha de tener sus derechos y han de ponerse en una lazareto a las mujeres?”
“Otra cosa, además, al varón que ha de votar. No olvidéis que no sois hijos de varón tan sólo, sino que se reúne en vosotros el producto de los dos sexos. En ausencia mía y leyendo el diario de sesiones, puede ver en él que un doctor hablaba aquí de que no había ecuación posible y declaraba la incapacidad de la mujer.”
Sus palabras fueron realmente convincentes, ya que, y a pesar de una parte de la izquierda votó en contra, consiguió que el derecho al sufragio universal femenino figurase en la constitución republicana.
Salud, República y Socialismo.
5 comentarios:
Un gran avance, quizás poco valorado en la actualidad. Haces bien en reivindicar a Clara Campoamor que tuvo que luchar contra tirios y troyanos para conseguir el voto femenino.
Salud y República
Clara Campoamor acertó plenamente. Y la Kent se equivocó con sus recelos.
Afortunadamente, después de un paréntesis --el periodo franquista-- la mujer ha vuelto a ser mayor de edad y considerada persona con iguales derechos, aunque haya que seguir luchando porque las leyes se cumplan y la igualdad sea un hecho.
Salud y República
Gracias por recordarla y recordar este momento histórico tan importante. Le debemos una parcela de nuestra dignidad. El resto, allá cada una con su visión del mundo y respeto propio.
Me interesa lo marcado en rojo...aun faltan países por apuntarse a este avance.
Un abrazo.
Lo que es increíble es que sólo haga 80 años, tan poco tiempo. Que a la mujer se la haya infrevalorado de esta manera y que haya lugares donde siga siendo considerada no apta para ejercer el derecho a voto.
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