El cura y el botox

He escuchado una sorprendente noticia esta noche en un telediario, no he podido confirmarla en ningún periódico, ni tampoco puedo dar detalles muy concretos, pero en síntesis la noticia era esta:

Un cura de una diócesis yanqui se había fugado de su iglesia llevándose consigo el cepillo. Un sustancioso cepillo de cerca de cien mil dólares. La noticia sin más no tendría mucho de excepcional dado la celeridad con que muchos de los curas yanquis se aficionan al lujo y al despilfarro. La noticia está en que quería invertir el susodicho cura el importe del cepillo: ni más ni menos que en aplicarse tratamientos de belleza y en particular para sesiones de botox.

Cada día nos sorprenden más los defensores de la ley de dios, pederastas, delincuentes económicos, homosexualidad, etc. y ahora rateros por mor de exaltación de la belleza. Que lejos esta aquello de la iglesia pobre y célibe. Cuanta tarea de limpieza tiene su santidad que hacer en el seno de su iglesia, para que luego se atreva a amenazar con el fuego eterno a los defensores del aborto. La iglesia ha estado y sigue estando llena de personas sin escrúpulos, que fuera de su cobertura estarían con toda seguridad en una cárcel, por delincuentes. ¿Con que autoridad moral pueden exigir al resto de los mortales un comportamiento de acuerdo a su “ética moral” cuando son incapaces de aplicarla dentro de su propia jerarquía? Más les valdría que de una vez por todas limpien su casa de tanto delincuente de todo tipo, en lugar de protegerlos como hasta ahora.


Salud, República y Socialismo.