¿Para que tanto talante con la iglesia católica? El Gobierno se ha esforzado en eliminar cualquier atisbo de enfrentamiento en la visita del secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone. Y no ha servido para nada, los obispos no rebajan la tensión contra el gobierno a pesar del talante socialista.
El Gobierno ha tratado de allanar el camino a nueva relación con la iglesia católica y para ello no ha dudado en rechazar las propuestas para una mayor laicidad de las sociedad realizadas por la oposición de izquierda en el parlamente, o relantizar los trabajos de la comisión sobre el aborto para no incomodar al representante del Vaticano. ¿Y que se ha conseguido con esto? Pues más de lo mismo.
La iglesia católica no renuncia ni un ápice a imponer sus retrogradas posiciones morales a toda la sociedad, nada importa la generosa aportación que el estado hace a sus arcas ni las facilidades que cuenta para la realización de proselitismo en las escuelas, o que las leyes del estado den carta de legalidad a la despenalización del aborto en determinados supuestos, o que los tribunales ratifiquen la ilegalidad de la objeción de conciencia. Nada de eso es suficiente para que la iglesia católica recapacite y deje de injerir en asuntos de estado. La iglesia católica solo se contenta con recuperar la posición social de la que disfrutaba durante la dictadura fascista de Franco.
Tarcisio Bertone ha respaldado sin reparos la beligerancia de la Conferencia Episcopal hacia el gobierno socialista apoyando sin fisuras sus retrógradas posiciones sobre el aborto, el matrimonio entre homosexuales o la asignatura de Educación para la Ciudadanía, mientras que la alta jerarquía de la iglesia católica sigue respaldando y protegiendo a los delincuentes sexuales que tiene en su interior.
Tiene Tarcisio Bertone una muy particular manera de entender la laicidad, al reclamar de "acorde con el principio de laicidad", la enseñanza de la religión en las escuelas públicas porque no supone "adhesión ni identificación" del Estado con el contenido de esta materia". "La libertad religiosa traspasa el horizonte que trata de limitarla a una parcela íntima, a una mera libertad de culto o a una educación inspirada en valores cristianos, para solicitar al ámbito civil y social, libertad para que las confesiones religiosas puedan ejercer su misión". Se olvida que en un estado no confesional la religión debe quedar reducida al exclusivo ámbito de lo privado, limitándose el estado a garantizar la libertad religiosa de todos los ciudadanos. La iglesia católica debería ser, al igual que hacen el resto de las confesiones, los sufragadores de su proselitismo religioso.
Por tanto ¿que sentido tiene que el gobierno socialista se moleste en mantener situaciones de cordialidad con la iglesia católica? mientras que ésta, no desaprovecha oportunidad para mostrar su beligerancia e ingerencia política con todo aquello que no sea aceptar sus imposiciones. El gobierno se está equivocando porque la iglesia católica es insaciable, no ha entendido que la dictadura fascista se acabó, que vivimos en un estado democrático y aconfesional y por tanto los beneficios de que disfrutaba por su colaboracionismo se deberían de haber acabado. No hay otra solución que profundizar en la laicidad del estado y hacer entender a la jerarquía católica que no puede estar permanentemente injiriendo en asuntos de estado, lo contrario es solo darles alas para que sigan permanentemente exigiendo nuevas prebendas y creer que desde su posición pueden establecer la moralidad de toda la ciudadanía.
Salud, República y Socialismo.
El Gobierno ha tratado de allanar el camino a nueva relación con la iglesia católica y para ello no ha dudado en rechazar las propuestas para una mayor laicidad de las sociedad realizadas por la oposición de izquierda en el parlamente, o relantizar los trabajos de la comisión sobre el aborto para no incomodar al representante del Vaticano. ¿Y que se ha conseguido con esto? Pues más de lo mismo.
La iglesia católica no renuncia ni un ápice a imponer sus retrogradas posiciones morales a toda la sociedad, nada importa la generosa aportación que el estado hace a sus arcas ni las facilidades que cuenta para la realización de proselitismo en las escuelas, o que las leyes del estado den carta de legalidad a la despenalización del aborto en determinados supuestos, o que los tribunales ratifiquen la ilegalidad de la objeción de conciencia. Nada de eso es suficiente para que la iglesia católica recapacite y deje de injerir en asuntos de estado. La iglesia católica solo se contenta con recuperar la posición social de la que disfrutaba durante la dictadura fascista de Franco.
Tarcisio Bertone ha respaldado sin reparos la beligerancia de la Conferencia Episcopal hacia el gobierno socialista apoyando sin fisuras sus retrógradas posiciones sobre el aborto, el matrimonio entre homosexuales o la asignatura de Educación para la Ciudadanía, mientras que la alta jerarquía de la iglesia católica sigue respaldando y protegiendo a los delincuentes sexuales que tiene en su interior.
Tiene Tarcisio Bertone una muy particular manera de entender la laicidad, al reclamar de "acorde con el principio de laicidad", la enseñanza de la religión en las escuelas públicas porque no supone "adhesión ni identificación" del Estado con el contenido de esta materia". "La libertad religiosa traspasa el horizonte que trata de limitarla a una parcela íntima, a una mera libertad de culto o a una educación inspirada en valores cristianos, para solicitar al ámbito civil y social, libertad para que las confesiones religiosas puedan ejercer su misión". Se olvida que en un estado no confesional la religión debe quedar reducida al exclusivo ámbito de lo privado, limitándose el estado a garantizar la libertad religiosa de todos los ciudadanos. La iglesia católica debería ser, al igual que hacen el resto de las confesiones, los sufragadores de su proselitismo religioso.
Por tanto ¿que sentido tiene que el gobierno socialista se moleste en mantener situaciones de cordialidad con la iglesia católica? mientras que ésta, no desaprovecha oportunidad para mostrar su beligerancia e ingerencia política con todo aquello que no sea aceptar sus imposiciones. El gobierno se está equivocando porque la iglesia católica es insaciable, no ha entendido que la dictadura fascista se acabó, que vivimos en un estado democrático y aconfesional y por tanto los beneficios de que disfrutaba por su colaboracionismo se deberían de haber acabado. No hay otra solución que profundizar en la laicidad del estado y hacer entender a la jerarquía católica que no puede estar permanentemente injiriendo en asuntos de estado, lo contrario es solo darles alas para que sigan permanentemente exigiendo nuevas prebendas y creer que desde su posición pueden establecer la moralidad de toda la ciudadanía.
Salud, República y Socialismo.
5 comentarios:
¿Qué querés que te diga, pibe?
Esta gente apuesta fuerte y está en una larga derrota final. Su estrategia es la huida hacia adelante y ahí les vemos.
Son todavía fuertes y aguantarán, pero su decadencia está marcada y van para atrás. Así lo espero.
Salud y República
Vamos para atrás, tenemos un presidente flojo y que intenta quedar bien con todo el mundo y se aprobechan de eso.
Incluso se pusieron vestimentas con colores acordes con el "acontecimiento"
Como dice María, una bajada de pantalones en toda regla..
Un beso, Antonio.
Hola Antonio, ya sabes que estoy totalmente de acuerdo contigo.Besos.
Rafa
Es cierto que cada día tienen menos incidencia social pero seguirán peleando por mantener sus privilegios, y este gobierno no parece muy proclive a ponerlos en su sitio.
Jose
Estoy de acuerdo contigo.
Maria
Eso es lo que quieren, imponer su retrograda moral a toda la sociedad.
Selma
Si la vicepresidenta iba muy conciliadora con su traje morado.
Mª Eugenia
Ya te dije que habíamos coincidido.
Salud, República y Socialismo
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