Y tu más que yo

El culebrón del espionaje en el P.P. madrileño ha entrado en una nueva fase. Ahora que ya casi nadie puede negar la evidencia se pasa a la fase de revolver la mierda e intentar que el contrario tenga más responsabilidad.

Ayer el guardián de las esencias del franquismo, Manuel Fraga, aseguraba que “en sus tiempos esas cosas no pasaban” y que al que intentaba espiar “les cascaba”, como buen demócrata que es. Y hoy ha encontrado la respuesta a sus palabras en la persona de la Espe-Rancia, quien asegura que en tiempos de Fraga si que se espiaba, sacando a relucir el caso Naseiro, trama de seguimiento a un concejal del P.P. que se juzgó en 1990 poco después de la llegada de Aznar a la dirección del P.P. En esas fechas un juzgado de Valencia dictó un auto de procesamiento contra varios miembros del P.P. por haber realizado escuchas al concejal Salvador Palop.

Así pués Doña Espe-Rancia ha demostrado que lo del espionaje político es un método habitual de hacer la política en el Partido Popular. Parece que ya poco les importa a unos y otros el daño que pueden hacer a su formación política, el caso es demostrar quien es el que menos escrúpulos tiene en la lucha por el poder político. Gallardón no se reprime su animadversión contra su eterna enemiga y denuncia a bombo y platillo la existencia de unidades de espionaje dentro de la Dirección General de Seguridad de la Comunidad de Madrid y la Espe-Rancia no duda en regalarle el mismo argumento al Gallardón denunciando también la existencia de espías dentro de la policía municipal madrileña, a la vez que insinúa la connivencia de Rajoy en el asunto del espionaje madrileño. ¡Vaya mogollón! aquí no se salva ni el apuntador . Y mientras tanto Rajoy, que va de oyente, no sabe no contesta. Cuando quiera darse cuenta es posible que este asunto se haya convertido en una bomba de relojería que le estalle en sus manos.

La derecha se ha encontrado con la horma de su zapato. Se han pasado tanto tiempo enmierdando la política, con falsas teorías de la conspiración, la crispación como forma de hacer política, el todo vale, denunciar como condenable lo que ellos mismos hacían, etc., que esos métodos políticos han calado sobremanera en sus militantes y ahora lo aplican en la lucha por el poder interno del partido. Del todo vale para conseguir el gobierno de las instituciones han pasado al todo vale por conseguir el poder del partido, y así les esta yendo.

Aunque por mi que sigan así: “Más madera que es la guerra”.


Salud, República y Socialismo.