Y ahora ¿Quién salva a los desprotegidos?

Los banqueros ya pueden respirar tranquilos. El mundo ha salido en su ayuda. Todas las más importantes economías de mercado, desde las dirigidas por gobiernos ultraconservadores como los que se dicen socialdemócratas han tomado la misma decisión: coger el dinero de los contribuyentes y usarlo para ayudar a la banca.

Estamos asistiendo a una de la más vergonzante acción económica para salvar el pellejo de todos los sinvergüenzas que han puesto la economía mundial patas arriba. Las instituciones financieras internacionales y en nuestro país también el sector de la construcción, se han pasado la última década especulando, ganando dinero de manera vergonzante y pagando, a sus gestores, unos salarios que hacen sonrojar a la persona más caradura y generando al final la mayor crisis financiera de la historia de la humanidad.

Y ahora nos chantajean. Los defensores del utraliberalismo a ultranza ahora piden la intervención del estado. (Si Marx, Engels y Lenin levantaran la cabeza) Quieren que dinero de los contribuyentes, de los que solo son los sufridores de la crisis que ellos han generado, sea utilizado para que salvar un modelo económico que ha demostrado su inutilidad. Advierten que si el estado no sale en su ayuda la economía mundial se va a la mierda. Y es cierto hay que salvar la economía y maldita la gracia que me hace salvar también el pellejo de panda se sinvergüenzas. Pero en lo que no coincido es que se vayan de rositas, que no se exija responsabilidades a quienes son los responsables de este desaguisado y que no acaben con sus huesos en la cárcel más de un neocon, pagando por la ruina a la que han llevado a millones de ciudadanos. Y sobre todo que una vez que pase la crisis todo esto sigua igual, porque no hay intención política de controlar y regular (intervención del estado) el mundo financiero.

La economía de mercado ha demostrado su fracaso. Sin la intervención del estado, sin el control de las instituciones financieras y sin regulación está condenada a crisis cíclicas cada vez más importantes y ante eso el mundo de la política no puede permanecer impasible, no puede ser que la economía marque las reglas de juego en lugar de que sea la política, la elegida por la ciudadanía, la que se la imponga a la economía. Esta es la principal de las conclusiones que deberían sacar los líderes políticos mundiales. A partir de ahora las cosas no deberían ser igual.

Y volviendo al principio de mi argumentación ¿Quién salva a los desprotegidos? Si se utiliza el dinero de los contribuyentes para salvar a los causantes de la crisis, ¿Por qué, con mayor razón, no se utiliza ese dinero para salvar a los perjudicados por la crisis? ¿Por qué no se ayuda, con dinero público, a los que han perdido el empleo o no lo consiguen, a los que la subida de la hipoteca les impide tener una vida digna, a los que ahora tienen una hipoteca por encima del valor de lo que compraron? En esto es en lo que se debería invertir el dinero de los contribuyentes. Zapatero debería hacerle caso a Rajoy y tomar medidas que ayuden a las familias y a los pequeños empresarios. ¡Que poca vergüenza! Quien ante crisis anteriores sus medidas solo fueron congelaciones salariales y de pensiones, desregulaciones de la legislación laboral vía decreto y abaratamiento del despido, es decir que la crisis la pagasen los trabajadores y no los causantes, ahora viene a decir, sin pudor, que el gobierno no protege a los trabajadores y pequeños empresarios. Y paradójicamente tiene razón.

Esas cosas son las que motivan el alejamiento de la ciudadanía de la política. Cuando los políticos dan la espalda a las necesidades de los desfavorecidos es lógico que esto se alejen de la política.

Y mientras los sindicatos sin estar a la altura de las circunstancia, solo alabar las medidas del gobierno para salvar a las instituciones financieras de la crisis que han creado, olvidándose que a los que ellos tienen que defender, la política les da la espalda. La situación actual es de emergencia, no se trata de tener menor incremento de beneficios o de no tener beneficios, se trata de poder tener acceso a una vida mínimamente digna. Y ante esto solo hay una vía: que al menos se utilice la misma vara de medir para causantes y sufridores de la crisis; si se utiliza dinero público para salvar a las instituciones financieras, el estado debe, mientras dure esta situación, utilizar también el dinero público para ayudar a capear el temporal a los más perjudicados por la crisis económicas; y los sindicatos deberían ser los abanderados de esta propuesta y encabezar la movilización.

Ya se que esto sirve prácticamente para nada, pero lo tenía que decir. Me irrita sobremanera que mis impuestos solo se utilicen para ayudar a los sinvergüenzas y no a los desprotegidos y me irrita, también, que las calles no estén llenas de banderas reivindicativas exigiendo justicia social.

Salud, República y Socialismo