viernes, 24 de agosto de 2012

¿Por qué son tan sinvergüenzas?

Últimamente hay muchas cosas que nos indignan, pero algunas sobrepasan el limite de la moralidad y la decencia. Y quitar una pensión contributiva de 108 euros a una anciana por el hecho de estar ingresada en un hospital público tratándose de un ictus, lo es. 

Eso es lo que ha decidido la Consejería de Bienestar Social de la Generalitat de Cataluña. Bajo la escusa de que la anciana tiene asegurado el alojamiento y la manutención en un centro público han decidido retirarle la pensión contributiva, pero lo más grave es que le exigen que devuelva dos de las mensualidades “cobradas indebidamente”. Y dicen que todo es legal porque se justifica en una norma  aprobada en 2006 por el tripartito según la cual una persona que vive en un centro público, ya sea sanitario, una residencia o la cárcel, no tiene derecho a percibir una pensión no contributiva.

Me importa un bledo que la norma sea del tripartito o de CIU, una indecencia es una indecencia, la cometa Agamenón o su porquero. ¿Es que acaso una pensión contributiva de 108 euros es suficiente para vivir bajo techo y alimentarse durante un mes? Eso es solo un complemento para poder llegar a fin de mes. Por esta razón no me extrañaría que a partir de ahora a los jubilados que estén ingresados en un hospital público, les descuenten de su pensión el coste de la estancia y la alimentación en ese hospital.

Las normas por ser legales no son también legitimas y justas y cuando se constata la injusticia de alguna de ellas, lo que hay que hacer es cambiarla y no aplicarla a pesar de todo. Pero estamos siendo gobernados por políticos sin alma y sin sentimientos. Políticos que, como en el caso de Cataluña, eliminan el impuesto de sucesiones a los ricos y luego se escudan en la falta de ingresos para cometer barrabasadas  como la de esta anciana o políticos, como los populares, que amnistían a delincuentes fiscales y se niegan a combatir el fraude fiscal de las grandes empresas y grandes fortunas..

El estado tiene la obligación de procurar la felicidad y el bienestar de sus ciudadanos y todo el mundo tiene el derecho a tener unos ingresos mínimos que le permitan subsistir con dignidad. Eso tiene un nombre que es salario de integración social que debería ser garantizado por ley para que ningún ciudadano se vea en la circunstancia de tener que pensar si al día siguiente va a poder comer. Pero estamos en  manos de políticos indecentes y sin conciencia. La alternativa es solo una, o los echamos o ellos acabaran con nosotros.

Salud, República y Socialismo

3 comentarios:

Ana dijo...

Son tan sinverguenzas porque lo llevan en los genes, quieren que haya ricos y pobres, amos y criados, gente comiendo basura y limpiándoles las botas, jóvenes que no puedan estudiar porque nos quieren ignorantes, y fíjate ahora, ni los 400 euros a los que pueden vivir se su madre, padre o abuelos. Se aprovechan de la crisis para implantar el modelo de los años de maricastaña. Asquerosos es lo que son.

RGAlmazán dijo...

Si es que en alguna ocasión la han tenido, han perdido la vergüenza. Son unos ladinos miserable. Ojalá que a ellos les pasara algo parecido, se lo merecen.

Salud y República

desencanto dijo...

Son un mierda, lo malo es que nos lo muestran día a día y nos acostumbramos.

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