viernes, 17 de mayo de 2019

A ver si me entiendes Pablo Iglesias

A ver, Pablo Iglesias, si soy capaz de explicarme para que  me entiendas. Si yo fuera diputado y me hubiera encontrado en un ascensor con un fascista, mi cortesía parlamentaria, por coherencia, habría sido más limitada. 

Yo seguramente no le habría escupido y me habría limitado a darle los buenos dias como persona educada que soy. Pero nada mas. Porque de lo contrario habría ofendido a los millones de mujeres que ese fascista considera ciudadanas de segunda clase, a los millones de trabajadores que piensa que hay que bajarles el salario, a la mayoría social que ve como piensa, ese fascista, bajarle los impuestos drásticamente a los poderosos y a continuación privatizar sanidad, educación, dependencia, a los millones de pensionistas a lo que reduciría y privatizaría su pensión,... Es decir eliminar lo que queda del estado del bienestar.


A mi me importa un bledo si este fascista se ha caído o no del caballo o se ha lesionado la pierna haciendo deporte. Me importa un bledo si ese fascista va al fisio o no, si se le cura la pierna o no o si tiene que ir a rastras al parlamento. Y me importa un bledo lo que le pase, porque si llegara al poder no tardaría en ilegalizar a los partidos de izquierda y perseguir y encarcelar a sus dirigentes políticos y sindicales, lo mismo que hizo Hitler en la década de los 30 del siglo pasado. A él le importaría bien poco la vida de los demás. 

Y me importa un bledo porque de lo contrario estaría ofendiendo a  los cientos de miles de republicanos que dieron su vida por defender la legítima República y la democracia y que elementos como este fascista, con el asesino Franco a la cabeza, se encargaron de eliminar.

Y yo les odio. Odio al fascismo y a los fascistas. Reivindico mi derecho a odiarlos aunque haya algún soplapollas que diga que estoy cometiendo un delito de odio. Y los odio por coherencia política que es lo que nos falta últimamente a la izquierda. Los odio porque algunos mantenemos la memoria y sabemos lo que fueron y lo que hicieron y sabemos que es lo que serían y lo que harían si tuvieran la oportunidad de llegar al poder. 

Es decir coherencia, coherencia y coherencia y de paso reflexionar sobre el porque Unidas Podemos nos hemos dejado por el camino la mitad de los votantes desde las dos últimas elecciones generales. Y no solucionarlo todo con la simpleza de "nos hubiera gustado un mejor resultado". Y a mi tener 25 años menos. 

Salud, República y Socialismo. 


miércoles, 24 de abril de 2019

Las alegrías fiscales de la derecha las paga la mayoría social

A estas alturas de los debates una cosa a quedado claro: las tres derechas van a entrar a saco con las rebajas y ofertas fiscales, pero en realidad sus alegrías fiscales las vamos a pagar los de siempre, la mayoría social. 

Las derechas siguen erre con erre tratando de convencernos de lo bueno es que los ciudadanos tengamos unos euros de mas en nuestros bolsillos con el argumento de que ese dinero va a hacer incrementar el consumo y por tanto relanzar la economía. Pero no nos dicen la letra pequeña, porque esa letra pequeña lo que cuenta es que ese argumento tiene una doble mentira. La primera es que los beneficiados de esas rebajas serán las grandes empresa y los poderosos a los demás solo nos quedaran las migajas. La segunda es que el coste de esa rebaja la vamos a pagar la mayoría social  vía recortes sociales. 

El estado del bienestar se mantiene de los impuestos y si los impuestos no son suficientes la consecuencia son los recortes sociales. Eso es lo que ha ocurrido durante la crisis económica con la políticas de austeridad y es lo que sucedería ahora si se empeñan a reducir los ingresos del estado (16.000 millones de euros propone el Partido Popular). España está 5,6 puntos porcentuales por debajo de la media europea en cuanto a recaudación fiscal y 8 puntos se nos referimo solo a la Europa del euro. Por lo tanto lo que España necesita no es reducir mas la imposición fiscal, sino incrementarla para poder tener mejores servicios sociales. 

Su objetivo es bien claro deteriorar, vía recortes sociales, los servicios públicos para que los servicios privados pueden ser rentables o más rentable. Si los servicios públicos (sanidad, educación, dependencia, pensiones, justicia, los transportes, etc. ) fueran de mayor calidad los servicio privados que los sustituyen no tendrían sentido y no serían rentables. Por eso es necesario deteriorar previamente los servicios públicos para que se incremente lo beneficios de las empresas privadas. 

¿Y quienes están doblemente interesados en que esto sea así? Pues los ricos, los poderosos y las grandes empresas de los sectores financiero, sanitario, educativo,  dependencia, ... Primero porque esa reforma fiscal solo les beneficia a ellos. Porque bajar el tipo máximo impositivo del IRPF al 40% solo beneficia a lo ricos y a los poderosos y bajar el impuesto de sociedades del 35 al 20 % solo beneficia a las grandes empresa, Y no digamos ya a quien beneficia eliminar el impuesto de sucesiones y el de patrimonio. Y en segundo lugar porque los ricos y los poderosos no utilizan los servicios públicos  y por lo tanto no tienen interés alguno en que se gaste dinero en sostenerlos. Cuando menos se gaste, menos impuestos tendrán que pagar ellos.

Por eso no podemos caer en la trampa que nos tienden. Porque con el canto de sirena de unos pocos euros en nuestros bolsillos lo que pretende es cargarse todo lo que puedan el estado del bienestar y traspasar rentas del trabajo a los beneficios empresariales. La reforma fiscal que necesitamos la mayoría social es una reforma progresista y progresiva. Un reforma que incremente los ingresos por la la vía de hacer pagar más impuestos a los que más ingresos tienen y a las empresas que más beneficios consiguen. Ingresar mas y mejor para tener mejor estado del bienestar.

El próximo domingo podemos elegir entre opciones que hagan pòsible la mejora del estado del bienestar o que por el contrario lo deterioren. Nosotros decidimos como debe ser nuestro futuro, que no nos lo impongan con falsos cantos de sirena. 

El 28A hay que llenar las urnas de votos progresistas y de izquierdas. Ningún voto de izquierda y progresista se puede quedar en casa. Los trabajadores somos la mayoría social, no nos dejemos engañar.

Salud, República y Socialismo.

domingo, 21 de abril de 2019

Mirar al futuro o volver al pasado

No cabe duda que las elecciones del 28A son trascendentales. Quizá las más importantes desde la transición democrática. Nos jugamos mucho, construir un futuro progresista y de izquierda o perder gran parte de las conquistas sociales y políticas de los últimos años. 


El resurgir de la ultraderecha está haciendo cambiar el mapa político español y a la vez condicionar las políticas de la derecha tradicional. Para evitar pérdida de votos PP y C's están derechizando tanto sus propuestas políticas que, no solo, están dejando vacío el centro político, sino que, están haciendo crecer las expectativas electorales de esa ultraderecha. 

Por eso en estas elecciones generales no puede suceder lo que pasó en Andalucía, que una parte del electorado progresista y de izquierdas se quedó en caso, no votó y con ello posibilitó el gobierno de las tres derechas. Ya sabemos las consecuencias de ese error, aplicación de políticas socialmente regresivas y políticas económicas que benefician solo a los poderosos. 

Eso no puede volver a ocurrir, porque si el trifachito llega a gobernar España el retroceso social y político sería bestial. Hay que ir a votar aunque sea con una pinza en las narices. No es momento de pasar factura por errores pasados, porque no votar significa que el trifachito si que va cumplir sus promesa electorales. Y ya sabemos lo que eso significa. 

Las mujeres verán recortadas su posibilidades de igualdad, volveremos a que se considere la violencia de género como en los tiempos de los crímenes pasionales y en el mejor de los casos aplicarán eso que llama Ciudadanos como feminismo liberal, que no es otras cosa que cada cual se lo defienda como pueda. 

Los Pensionistas no tendrán garantizada la revalorización de sus pensiones y el trifachito forzará a que el estado sólo cubra una parte mínima de la pensión y que el resto cada cual se lo busque en los fondos privados de pensiones. 

Los trabajadores seguirán con la reforma laboral del Partido Popular y darán un nueva vuelta de tuerca para que los empresarios tengan mayor poder de decisión en las relaciones laborable y puedan obtener mayores beneficios a costa de aumenta la precariedad laboral.

Los jóvenes seguirán sin futuro porque seguirán en la línea de que se busquen el futuro fuera de España.

La mayoría social será engañada con la rebaja de impuestos. Un rebaja de impuestos que significa un menor ingreso en la Hacienda Pública (16.000 millones a prometido el Partido Popular). Y con eso justificarán el "necesario" recorte en sanidad, educación, dependencia y en general en todo lo que signifique estado del bienestar. Porque claro si no hay suficientes ingresos no tendrán más remedio que apretarnos el cinturón de nuevo a los de siempre. 

Esa es la vuelta al pasado que nos espera si nos ponemos muy finos y nos quedamos en casa y no vamos a votar el 28. Porque ellos si van a votar para el que voto del todas las derechas pueda sumar una mayoría que les posibilite gobernar. Hay que ir a votar para que todos los votos progresistas y de izquierdas sumen para que se puedan constituir un gobierno progresista y de izquierda. Ya habrá tiempo de ajustar cuentas más adelantes por los errores pasados. Porque si no, las cuentas nos las ajustarán a nosotros. 

Los sindicatos de clase, CCOO y UGT, lo tienen muy claro en esta ocasión junto con el mundo de la cultura afirman que "estas no son una elecciones mas, sino que son una elecciones trascendentales". Por eso, en palabras de Unai Sordo “nos jugamos mucho. Los riesgos para los derechos y libertades democráticas son mayores que nunca. Por ello, hay que decirle a la gente que quedarse en casa el 28 de abril no es una opción. Hay que ir a votar y reforzar en las urnas mayorías progresistas que acometan políticas para cambiar tanta desigualdad y precariedad, y construir el país que queremos desde parámetros progresistas, de cohesión social y desarrollo democrático”

Hay que votar porque las alternativas son: 


MIRAR AL FUTURO O VOLVER AL PASADO

Salud, República y Socialismo.

domingo, 20 de enero de 2019

Cross discriminatorio

Hoy se ha celebrado el cross de Rivas Vaciamadrid. Una amiga indignada me contaba que se había sentido discriminada por la organización del evento. Yo creo que con razón. 

Me comentaba que la pruebas para hombres y mujeres eran distintas. Los hombres corrían 7.100 metros y las mujeres 5.300. Incrédulo, no pensaba que en un municipio progresista como Rivas Vaciamadrid pudieran suceder estas cosas, me fui al programa de la carrera y efectivamente las distancias a correr desde infantil a veterano eran distintas. En las categorías inferiores la distancia era la misma. 

Yo he sido corredor, he corrido maratones, medias maratones, carreras populares y en ninguna me he visto en esa situación. En todas, hombres y mujeres, corriamos la misma distancia, incluso en alguna carrera en Rivas. Lo más que he llegado a ver ha sido carreras con dos distancia diferentes, en las que cada cual se apuntaba a la que quería en función de su forma física o de lo que le apeteciera en ese momento, pero nunca en función del sexo de las personas. 

En todas las que he participado ha habido mujeres que han logrado marcas mejores que la mía y otras que obtenían peores marcas, normal cada cual tenemos la forma física que tenemos y punto. Pero discriminar a priori la distancia a correr por los participantes en función de su sexo es solo una discriminación evidente hacia la mujer. Si las mujeres corren maratones y medias maratones codo con codo con los hombre ¿que razones pueden existir para que en un cross tengan que correr 1.800 metros menos que los hombres? Ninguna, es solo y repito una discriminación, voluntaria o no, hacia la mujer. El reconocimiento del machote sexo duro frente a la mujer sexo debil.

Que los organizadores cometan este error es censurable, pero que cuente con el visto bueno de la concejalía de Deportes y el "silencio" de la concejalía de Mujer es aún peor. Por no hablar del silencio de las organizaciones de mujeres de los partidos de izquierda en el Ayuntamiento de Rivas. 

Mi amiga tiene razón al sentirse indignada y yo si nadie me lo explica y justifica también. La discriminación no está solo en que mujeres y hombre reciban premios diferentes en las pruebas en las que participan sino también en que en función del sexo se discrimine por la dureza de la prueba. Una ciudad progresista, solidaria e igualitaria como Rivas no puede permitirse discriminaciones como esta. 

Salud República y Socialismo.

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