miércoles, 27 de agosto de 2014

El triste sino de la socialdemocracia, el suicidio político

El gobierno francés del primer ministro Manuel del Valls presentó la dimisión en bloque para sucederse a si mismo. Y no por falta de respaldo parlamentario, sino para poder profundizar con más facilidad su escoramiento a la derecha. El nuevo gobierno francés solo ha servido para echar del mismo a los discrepantes de las políticas de austeridad de Hollande y de del Valls

Eso es la socialdemocracia, ideología que en algún momento contribuyó a reducir las desigualdades sociales, pero que en la actualidad solo es útil para llevar a cabo las políticas dictadas por las instituciones económicas controladas por los mercados financieros. Francoise Hollande se ha convertido en un nuevo converso al dondieguismo, hacer promesas para ganar elecciones que luego no va a cumplir. 

Hollande enarboló la bandera del crecimiento económico frente a la austeridad y los recortes propugnados por Zarkosy y por eso ganó las presidenciales francesas en 2012. Se presentó como el contrapeso a la Alemania de Angela Merkel y al final se ha rendido a sus pies, abrazando el austericidio económico impuesto por los alemanes. Todo eso tendrá como resultado el suicidio político de la socialdemocracia francesa.


No se puede alegar que es producto de los miedos o las debilidades de un determinado político, porque la experiencia de la socialdemocracia europea ante la crisis económica ha sido prácticamente idéntica en todos los países donde gobernaban. Socrates en Portugal, Brown en el Reino Unido, Papandreus en Grecia y nuestro ZP, todos ellos abandonaron su ideología e incumplieron el programa electoral que les llevó al poder. No es una crisis personal de los dirigentes, que también, es una crisis de una ideología, la socialdemocracia, que se ha rendido ante el combate con los poderosos y para tratar de mantenerse en el poder hacen las políticas que les correspondería llevar a cabo a los partidos conservadores. El problema es que los electores, ante estas situaciones, suelen preferir los originales y no las copias.

La socialdemocracia es corresponsable del desprestigio de la política y de la creación de un estado de síndrome de Estocolmo entre la ciudadanía. Porque al aceptar como  propias las recetas fracasadas de la derecha, la adoración del nuevo dios, el déficit público, y la inevitabilidad de las políticas de austeridad y de recortes de gasto público, están sentando las bases para que la ciudadanía asuma que esas son las únicas recetas posibles para salir de la crisis económica. Son por tanto corresponsables de la desmovilización social ante el atraco que supone los recortes para las economías más desfavorecidas.

Por eso surgen cada día nuevas alternativas políticas a unas formas de hacer y a unas políticas que no defienden los intereses de los más desfavorecidos y por el contrario se favorece a los poderosos. Porque en Francia mientras se recortan 50.000 millones de gasto publico, se reducen los impuestos a las grandes empresas, muy parecido a lo que Rajoy hace en nuestro país. La diferencia es que de Rajoy era de esperar porque representa a los poderosos, de Hollande se esperaba, o esperaban los franceses, que cumpliera las promesas electorales que le llevaron a la presidencia francesa.

La dinámica esa de hacer políticas de derecha cuando se gobierna, pero reclamar transformaciones de izquierda cuando se está en la oposición, ya no cuela. Eso lleva al suicidio político y a la marginalidad. El PASOK griego ya es marginal, el PSOE con sus permanentes contradicciones lleva parecido camino. Ahora solo queda esperar que la verdadera izquierda sepa convertirse en alternativa de poder y cambio político y luego mantener la coherencia.

Salud, República y Socialismo.

martes, 19 de agosto de 2014

Cristine Lagarde, la solución final

Las instituciones financieras internacionales no entienden mas que de la obtención del beneficio fácil y rápido y por supuesto a costa de los más débiles, ya que los otros los tienen en sus nóminas y les pagan para que legislen a su favor.

Cristine Lagarde es una de esas vomitivas personas que, desde la presidencia de FMI, sirve a esos bastardos intereses. No tiene suficiente con tratar de imponer de manera permanente condiciones casi de esclavitud a los trabajadores de los países en crisis, para que sus patronos continúen incrementando sus vergonzantes beneficios, sino que ahora le parece un coste demasiado elevado los años que pueden llegar a vivir los jubilados.

Dice esta HDLGP que “Los ancianos viven demasiado y eso es un riesgo para la economía global”, sentencia que remató con un conminatorio “Hay que hacer algo ya”. Y continua diciendo “Los ancianos viven demasiado y eso es un riesgo para la economía global”, continuando manifestando que “el aumento de la longevidad es un riesgo financiero para la economía mundial”. Pues nada como parece que su pensamiento político coincide muy mucho con el gran genocida, Adolfo Hitler, no tiene mas que proponer llevar a la practica su solución final, el gaseamiento de ancianos y jubilados improductivos.

Alguien que tiene  un salario anual de más de 300.000 € anuales y libres de impuestos, además de otro pico para gastos de representación, debería ser mucho más sensible hacia el sufrimiento de millones de personas a las que se le está haciendo pagar una crisis de la que no son responsables. Y debería ser sensible hacia aquellas personas que han dado lo mejor de sus vidas para generar la riqueza que se reparten tan solo entre unos pocos privilegiados, cuando no simplemente delincuentes financieros.

Saben perfectamente estos sinvergüenzas que no se trata de un problema de escasez de riqueza, sino de un reparto más justo de la misma. Si en 1980 los dirigentes empresariales mejor pagados ingresaban 20 veces la renta media de un trabajador medio en 2012 la proporción se había incrementado hasta 160 veces.


Y saben perfectamente estos apóstoles de la solución final, que el problema tiene solución con el crecimiento de la economía y no con las políticas de recortes propugnadas por el FMI, el BCE y la UE. Las  políticas económicas suicidas, para los trabajadores, impuestas por estas instituciones y aceptadas por gobiernos tanto conservadores como socialdemócratas, son las responsables de la actual situación y la solución pasa por echar del poder político a todos aquellos que se doblegan a los dictados de personajes vomitivos como Christine Lagarde.

Hay que hacer que el miedo cambie de bando y que las próximas citas electorales supongan un cambio radical en el poder político.  Un cambio que permita poner la economía y la política al servicio de las personas y no al contrario, como han venido haciendo hasta ahora nuestros gobernante.

Salud, República y Socialismo.

viernes, 15 de agosto de 2014

La iglesia despide, los españoles pagamos

La iglesia católica española se cree casi con derecho de pernada, algunos de sus miembros ya lo ejercitan. Y en materia de su adoctrinamiento religioso en las escuelas públicas su actitudes son cuasi feudal.
 
Viene este comentario por la noticia aparecida estos días ante la pretensión de la diócesis de Canarias de vetar a un profesor de religión, un ex sacerdote, por haberse declarado homosexual y haber cometido la herejía de casarse con su pareja.
 
No se que tendrá que ver con ser homosexual, machote, afeminado, machista o fundamentalista para ser un buen enseñante. Pero con la iglesia hemos topado, amigo Sancho. Se creen, y lo peor es que se lo permiten, que ellos, son los guardianes de las competencia de unos adoctrinadores que son pagados con dinero público. Porque ellos eligen y ellos destituyen, pero los platos rotos los pagamos todos los españoles, católicos o no, a través de los impuestos de todos.
 
Pero esto no es una responsabilidad exclusiva del Partido Popular, que también. El PSOE tiene tanta o más responsabilidad que el PP. Ya sabemos lo que es el PP, un partido descaradamente confesional que se arrodilla ante la jerarquía de la iglesia católica. Pero el PSOE que se considera confesional, de boquilla, no ha movido ni una ceja para reducir los privilegios de esta secta. En los casi 8 años de gobierno del ZP, el PSOE le ha tenido a la iglesia católica más miedo que a un nublado. El colmo fue que para evitarse enfrentamiento se guardó en el cajón del olvido la tan necesaria ley de libertad religiosa, que recortara los abusivos privilegios de la iglesia católica.
 
Ahora sí, en la oposición y cuando ven que van en caída libre, recuperan su teórica aconfesionalidad del estado y amenazan con denunciar el concordato con  el Vaticano, si los  españoles somos comprensivos y le devolvemos el poder de nuevo. Eso solo tiene un nombre: oportunismo político. No hacer lo que pudieron hacer cuando gobernaron y prometerlo cuando no tienen oportunidad de llevarlo a cabo. Luego se si recuperan el poder puede haber, de nuevo, circunstancias eximentes.
 
Todos estos anacronismos son consecuencia de la falta de conexión de los grandes partidos y de los partidos confesionales con la sociedad civil, que anteponen la defensa de unos valores que pertenecen a la esfera exclusiva de lo privado y lo elevan a la categoría de estado. Es ni mas ni memos que pretender imponer un totalitarismo religioso al conjunto de la sociedad que nl participa de esas mismas creencias. Guardando las distancias es lo mismo que hacen los fundamentalistas de otras religiones, aunque allí lo hagan con la fuerza de las armas.
 
El problema de fondo es que la sociedad no debe ser obligada a pagar las creencias religiosas de una parte de la sociedad y mucho menos que ellos decidan el como, el quien y el cuando y que el resto de los españoles les paguemos sus creencias.  ¿No tienen sus iglesias, sus mezquitas o sus sinagogas? Pues esos deberían ser los lugares donde desarrollen su adoctrinamiento y su proselitismo. Y que cada cual se rasque su bolsillo para lograr su objetivo religioso. Entonces si estarían legitimados para decidir, contratar y despedir a las personas que ellos consideren o no competentes o idóneos para sus objetivos. Todo lo demás no es más que jugar con las cartas marcadas.
 
Salud, República y Socialismo.

miércoles, 13 de agosto de 2014

La deflación, ese nuevo problema

Andan los peperos muy encantados de haberse conocido, por aquello del incremento empleo basura y el PIB que sube aunque la actividad económica continua ralentizada, porque solo hace que se destruyan empleos de calidad y se multipliquen por empleos precarios y de corta duración. La evolución del IPC no hace sino confirmar la permanentes mentiras del Partido Popular.

En el mes de julio el IPC interanual a bajado hasta el -0,3%. Es decir que la economía española está entrando en deflación. Y aunque esto tenga algún efecto positivo, como un pequeño respiro para los devaluados salarios y las pensiones de los jubilados, la tremenda realidad es que no es bueno para la económica española en general.

La deflación implica, en una economía de mercado, que hay un exceso de oferta y una escasa demanda, lo que fuerza los precios a la baja. Pero implica sobre todo que hay un déficit de consumo como consecuencia de las permanente disminución de poder adquisitivo de los salarios y pensiones, el incremento de parados que no perciben prestación alguna y la disminución de las prestaciones de todos tipo (desempleo, dependencia, etc.).

Y si esto persiste en el tiempo, y así llevamos ya unos meses, se termina bloqueando el consumo. Y ya sabemos cual es la consecuencia de la caída del consumo, desaceleración económica y destrucción de empleo. Y vuelta a empezar, porque eso fue lo que se generó al inicio de la crisis. Una espiral de la contracción del consumo e incremento del desempleo y la excusa para las reformas laborales que solo trajeron miseria para millones de españoles. Y los ultraortodoxos del liberalismo siguen con la orejeras puestas pensando en las mismas recetas que nos han llevado a este caos económico y social.

Pero es que incluso hasta los guardianes de la ortrodoxia, el BCE, advierten que un aumento de los precios muy por debajo de 2%, como ocurre ahora en España y en menor medida en la UE, "no es otra cosa que un síntoma de la debilidad de la demanda, de la incapacidad para hacer llegar las multimillonarias inyecciones de liquidez a la economía, del mal funcionamiento de la banca, de que las expectativas no acaban de despegar". Es decir la constatación del fracaso de las brutales políticas de recortes económicos y sociales a la que se ha sometido a la ciudadanía española y europea. Aunque ellos seguirán sin rectificar a pesar de que de vez en cuando, con la boca pequeña, reconozcan que se han pasado de frenada.

En una económica de mercado o se incentiva el consumo o se cae el castillo de naipes sobre la que está constituida. Y el consumo no se incentiva ni con recortes salariales ni con reformas fiscales que solo benefician a las grandes empresas, las instituciones financieras y a las grandes rentas. La solución pasa, como propone CC.OO., por la reactivación de la demanda interna que solo será posible con la mejora del poder adquisitivo de los salarios, por una recuperación del empleo de calidad y con derechos (los empleos precarios, temporales y a tiempo parcial, con bajos salarios no son los que van a impulsar y consolidar una recuperación duradera). Y con una reforma fiscal progresiva con la que se obtengan los recursos necesarios que permitan abaratar el coste básico de la vida de la población (en línea con la bajada del IVA de alimentos y suministros del hogar que propone CCOO) y disponer de recursos suficientes para mejorar la protección social con la que atender a las personas víctimas de la crisis y en riesgo de exclusión e impulsar un ambicioso plan de empleo.

Pero seguro que en el Partido Popular seguirán en ese mundo de hadas en el que se han instalado, con una recuperación que solo afecta a los poderosos, las grandes empresas y las instituciones financieras y la defensa de una reforma laboral que solo hace destruir empleo de calidad y transformarlo, multiplicado, en empleo precario y temporal. Pero que se anden con cuidado, porque parece que la ciudadanía empieza a despertar de su letargo y el panorama político comienza a girar de manera acusada hacia la izquierda. El miedo esta empezando a cambiar de bando y por eso intentan dar un golpe de estado democrático  que evite la perdida de poder político que se les avecina.

Salud, República y Socialismo.

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails