viernes, 19 de diciembre de 2008

Estadolatría, nueva forma de intromisión

No saben que inventarse para seguir con su “raca raca”. En lugar de limpiar y poner orden en su casa y analizar porque cada día que pasa les es más difícil incidir en la sociedad, se pasan el día buscando enemigos externos, cuando la causa de sus verdaderos problemas lo tienen dentro, como una carcoma que poco a poco va destruyendo su andamiaje.

Ahora es Angelo Amato, arzobispo y prefecto de la Congregación Pontificia para las Causas de los Santos del Vaticano; que hasta julio fue secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio de la Inquisición), quien lanza sus andanadas contra la política educativa del Gobierno español. Acusa, este personaje, al Gobierno socialista de intromisión en la educación de los jóvenes. Según él: "el Estado obliga a las familias a elegir determinadas escuelas con determinadas materias, no de instrucción, sino de adoctrinamiento". Además de realizar una verdadera intromisión en los asuntos de un estado, desde otro estado (el Vaticano), demuestra un desconocimiento absoluto (¡o no!) sobre la educación es este país, porque hasta donde yo se ese dilema de la elección de escuela no se produce en ningún sitio.

Son ellos, la iglesia católica, los que con su pretensión de hacer de la religión un acto público, en lugar de preservarlo al ámbito de lo privado, que es el que le corresponde, quienes están pervirtiendo la normal convivencia en un estado aconfesional. Ya se que a la iglesia católica le gustaría seguir manteniendo los enormes privilegios que mantuvo en exclusividad durante la dictadura, gracias a su convivencia con los crímenes franquistas, pero estamos en estado de derecho y democrático. En un estado, que mal que les pese, tiene el deber y la obligación de crear generaciones de jóvenes con valores democráticos, jóvenes que crean en la igualdad de las personas ante la ley sin distinción de sexo o creencia política o religiosa; jóvenes que crean en los valores de la paz y que estén en contra de cualquier tipo de violencia; jóvenes que crean en los valores de la solidaridad y la justicia social.

Eso es quizá lo que le disgusta y asusta a la jerarquía católica, que los jóvenes se conviertan en librepensadores que sean capaces de discernir entre lo que dice y lo que hace una iglesia que sigue manteniéndose no a base de sus propios feligreses sino en base a un estado al que critica, pero que le mantiene unos privilegios otorgados en momentos preconstitucionales. Menos intromisión en los asuntos de otro estado, más autofinanciación y menos privilegios; esas son las bases sobre las que se debería sustentar las relaciones de un estado, el Vaticano, con el estado español.

Salud, República y Socialismo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

lo mejor es ni hablar de ellos, no hay mayor desprecio que no hacer aprecio.

RGAlmazán dijo...

Sí, la verdad es que aburren a las ovejas, con sus trasnochadas ideas, si es que a eso se las puede llamar ideas.

Salud y REpública

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