jueves, 17 de enero de 2008

La democracia interna garantía frente al caudillismo

Lo sucedido en el P.P. en torno a la designación de candidatos, además de evidenciar la toma del poder interno por la parte más retrógrada del mismo, confirma la falta de democracia interna en la elección de sus candidatos, y lo grave del tema es que nadie se escandaliza por ello.

Es evidente que en el P.P. su presidente, en este caso Rajoy, se convierte en un dictador que pone o quita a su antojo a quienes, a su entender infalible, deben o no representar al partido en las instituciones. Solo la presión o el chantaje de los barones o notables pueden hacer que el ser supremo cambie de opinión. El futuro político de los militantes depende exclusivamente de las simpatías que el ser supremo tenga de cada uno.

Resultaba patético ver estos días como dirigentes del P.P., entre ellos Soraya Sainz de Santamaría, afirmaban que no pedían nada y que Rajoy sabría que hacer con las listas electorales. Ya se sabe quien se mueve no sale en la foto.

Y decía que, a mi parecer, es grave que los medios de comunicación y la opinión pública no se escandalicen ante esta demostración de autoritarismo interno de partidos como el P.P. y en cambio pongan el grito en el cielo cuando otras organizaciones, como por ejemplo IU, tiene un proceso interno de elección de candidatos participativo y democrático de la militancia. Evidentemente ese proceso tiene que producir tensos debates, que a veces se transforman en enfrentamientos internos que se trasladan a la opinión pública, pero que en todo caso es producto del pluralismo ideológico y el respeto a las minorías existentes.

A las organizaciones políticas se las debería juzgar, también, por como resuelven sus debates internos, y tener en cuenta que el caudillismo interno es una actitud que se reproduce hacia fuera, en las instituciones, y se transforma en el intento de querer imponer un pensamiento único a la sociedad, pensando, como ha estado ocurriendo en esta legislatura por parte del P.P., que la moral de unos debe ser impuesta al conjunto de la ciudadanía por el mero hecho de tener una amplia representación parlamentaria.

No deberíamos ser hipócrita ni escandalizarnos por los vehementes debates internos de algunas organizaciones, porque eso es garantía de que el espíritu democrático de una organización está asegurado; por el contrario nos debería horrorizar el caudillismo con que se comportan los líderes de determinados partidos porque, en el fondo, ese es el pensamiento ideológico sobre el que se sustentan.

Salud, República y Socialismo.

2 comentarios:

RGAlmazán dijo...

No estoy tan seguro de que Rajoy mande tanto. Para mí que es un mandao y que en este caso quien ha mandado ha sido la Aguirre, y otras veces es Aznar, y otras veces es Acebes y...

En fin, no le veo de dictador. Ya le gustaría. Más bien es un acomplejadillo.

Salud y República

Antonio Rodriguez dijo...

Estoy, en parte contigo, más que un mandao es un pringao al que le tienen cogido por la parte que ya sabemos.
Yo lo que quiero sobre todo resaltar, es la actitud tan antidemocrática y caudillista de designación de cantidatos que tiene la derecha española.
Salud, República y Socialismo.

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