viernes, 3 de octubre de 2014

Vergüenza política y sindical

¿A quien puede estrañarle el desencanto hacia la política y el sindicalismo, después de ver el vergonzoso espectáculo de las tarjetas black de Caja Madrid?

Ahora se pueden entender muchas cosas que han ocurrido en esa cueva de ladrones en que convirtieron a esa entidad pública financiera. Ahora se puede entender porque los consejeros de Caja Madrid no se enteraban del atraco realizado a los pequeños ahorradores a través de las preferentes. Estaban demasiado ocupados en como gastar en sus caprichos el dinero de los impositores a través de esas tarjetas black.
 
Es obsceno ver como  una entidad que ha costado al bolsillo de los contribuyentes mas de 22.000 millones de euros, sus directivos, además de sueldos y dietas de escándalo, disfrutaban de sobresueldos camuflados a través del eufemismo de gastos de representación. Y aún hay sinvergüenzas como Martínez Pujante, diputado del PP, que les busca justificación. Mientras los ciudadanos de a pie empezaban a pasarlo mal, ellos disfrutaban de privilegios vergonzantes.
 
 
Ahora pretenden justificarse con el latiguillo de que todo el mundo lo sabía y que no era nada ilegal. Hay cosas que por muy legales que sean no dejan de ser moralmente rechazables y obscenas. Las tarjetas black de Caja Madrid es una de ellas. Escudarse en el conocimiento público de una inmoralidad, no justifica el cometer un acto inmoral. Sobre todo cuando la consecuencia era la compra del silencio compli de una mala e inmoral gestión de la entidad pública financiera.
 
El daño que estos impresentables han hecho a la política y al sindicalismo es irreparable. Me duele en especial por lo que respecta a IU y CCOO, porque la honestidad de miles de personas honradas que dedican su tiempo a defender los derechos de la ciudadanía a través de partidos y sindicatos puede quedar en entredicha por culpa de estos indecentes. Ni el sindicalismo ni la política son así, pero en ellos existen personas corruptas que parecen que su único objetivo de estar en la política o en el sindicalismo es el lucro personal. Estas personas sobran en el mundo sindical y político. Son los que justifican la aparición de fenómenos como Podemos.
 
Pero no vale solo con la dimisión de un cargo para tratar de limpiar una imagen que estaba llena de mierda, es necesario que devuelvan cada euro que no esté mínimamente justificado. Cada euro que haya sido utilizado en disfrute personal. Debe servir de ejemplo y escarmiento para que nadie tenga, en el futuro, la tentación de repetir semejante felonía. Y por supuesto deben ser apartados de la política y/o el sindicalismo. Los partidos y sindicatos deben ser, en este caso, extremadamente estrictos en sus actuaciones, independientemente de la responsabilidad civil o penal a que hubiera lugar. Es la única forma de recuperar de nuevo un mínimo de cuota de credibilidad.
 
La ciudadanía debe ser consciente de que independientemente del color político, este tipo de conductas son incompatibles con la honestidad y la ejemplaridad que se le debe presuponer a cualquier persona que se dedique a la actividad política o sindical. No podemos permanece con los brazos cruzados ante estas obscenas actuaciones de nuestros representantes.

Salud, República y Socialismo

1 comentario:

Lakacerola dijo...

Es vomitivo lo que pasa en este país. Es tanta la corrupción que da vergüenza llamarse español.

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