La deriva totalitaria del Partido Popular no tiene limites. No se conforman con hacer de la televisión pública un televisión de partido, ni de anteponer los intereses de la sociedad a los intereses ideológicos del P.P., utilizan su mayoría parlamentaria con un rodillo que se lleva por delante los logros sociales de los últimos cuarenta años y ahora pretende militarizar la administración civil.
Ahora su intención es convertir a militares en funcionarios civiles y de paso militarizar la Administración Pública. Ese debe ser el anuncio que Montoro hacía unos días diciendo que "España no tardaría de nuevo en asombrar al mundo". El objetivo del P.P. no es otro que "beneficiar al resto de las Administraciones públicas del potencial y la experiencia de este personal a través de los valores aprehendidos dentro de la institución militar, generando al mismo tiempo una cultura de defensa y cercanía entre el mundo civil y militar".
Lo único que pueden enseñar e imponer los militarotes a la administración civil es el ordeno y mando y el control a través del miedo de las protestas laborales en su seno. El Partido Popular que esta expulsando de la administración a los profesionales más cualificados quiere sustituir ahora a estos por el excedente de militares. Si sobran militares, que sobran la mayoría de ellos, lo que tiene que hacer el P.P. es aplicarles un ERE de los que ha impuesto para la administración civil y a la calle con 20 días de compensación como al resto de los trabajadores públicos.
Lo que debería cuestionarse es la verdadera esencia del ejercito. En un momento de crisis el estado no se puede permitir el lujo de un ejercito que cuesta miles de millones de euros que podrían ser utilizados para evitar recortes sociales. Pero no, ellos tienen que defender los privilegios de unos empleos parasitarios, improductivos y que nos cuestas a cada ciudadano mieles de euros cada año.
La administración civil no necesita de los valores castrenses para llevar adelante su función, No se necesita los valores del orden, la disciplina, el espíritu de sacrificio o el amor a España para hacer de la administración del estado una administración eficaz. Se necesita ante todo profesionalidad, seguridad laboral, salarios y condiciones laborales justas, plantillas ajustadas a las necesidades y no entender la administración publica como un medio para obtener beneficios mediante la privatización de sus servicios.
Los ejércitos cada día tienen menos sentido y si lo tienen deben ajustarse a las necesidades del momento y está claro que el ejercito español está sobredimensionado y por lo tanto la única salida es su reducción aplicando lo mismos criterios que hasta ahora ha aplicado el P.P. para reducir las plantilla del resto de los empleados públicas.
Se me ha venido a la memoria cuando durante las huelgas de 1976, el gobierno del franquista Arias Navarro nos militarizaba a los trabajadores de las empresas públicas o no publicas con el objetivo de acobardanos y romper las huelgas y movilizaciones. No lo consiguieron. Intenta llevarnos otra vez a la larga noche del fascismo.
Salud, República y Socialismo
No hay comentarios:
Publicar un comentario