Algunos políticos tienen la habilidad de decir demasiadas barbaridades y burradas, pero decir tantas de ellas juntas no era normal. Esta semana Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid, ha conseguido ese dudoso merito.
Esta semana Ignacio González ha condecorado con la Medalla de Oro de Madrid al ex presidente de la Conferencia Episcopal, Rouco Varela. Una persona cuyo único merito ha sido la de ser el brazo armado del Partido Popular, mientras este era oposición parlamentaria. Las palabras con las que el presidente de la Comunidad de Madrid ha justificado la concesión de la medalla, son un insulto para la mayoría de los madrileños.
Dice González que Rouco Varela, "ha trabajado incansablemente por Madrid y los madrileños, independientemente de sus creencias". Rouco Varela solo ha trabajado para imponer, no solo a los madrileños, sino a todos los españoles y españolas sus retrógrados valores morales. Los valores morales de una iglesia católica anclada en el pasado, cómplice de los crímenes franquistas, defensora de sus delincuentes sexuales y económicos y parasita del dinero público.
Una iglesia que no ha dudado en ponerse al servicio del P.P. en la defensa de mezquinos intereses partidistas. Y ponerse al frente de manifestaciones, con Rouco a la cabeza, para oponerse al matrimonio entre parejas del mismo sexo. El Rouco Varela que no hace muchos días veía posible una nueva guerra civil entre españoles.
Por eso es insultante alabar la "constante preocupación por el bien común", referida a Rouco Varela, cuando su única preocupación ha sido el bienestar propio y el de su iglesia. Rouco Varela y su iglesia han estado siempre al lado de los poderosos. Jamás se le ha visto salir en defensa de los perjudicados por la crisis económica, jamás se le ha escuchado una protesta contra los recortes sociales y económicos que el P.P. ha impuesto a la ciudadanía con la excusa de la crisis. Su única obsesión ha sido imponer su retrograda moral a todos los españoles y españolas.
Pero como esto es una asociación de interés, unos se pagan a los otros los servicios prestados, el P.P. facilita el bienestar terrenal a la iglesia católica y esta, con Rouco a la cabeza, les promete el bienestar celestial. Y entre ambos oprimen a la ciudadanía mas desfavorecida.
Salud, República y Socialismo.
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