domingo, 22 de abril de 2018

Maroto, demagogo e hipócrita.


Estoy de acuerdo con Javier Maroto, Vicesecretario General del Partido Popular, cuando dice que todos los políticos que mienten deben dimitir. Pero dicho por él, solo es demagogia e hipocresía.

Es demagogia porque con ese argumento lo único que pretende es poner en marcha el ventilador para ver si la mierda alcanza a todos los demás y porque pretende equiparar mentir con el tráfico de influencias de Cristina Cifuentes. Y es hipocresía porque reclama para los demás lo que no reclama para su partido, el partido más corrupto de la historia democrática de este país. Un partido que hizo de la mentira su forma de hacer política. 

No se puede comparar mentir en el curriculum con utilizar tráfico de influencias para conseguir un titulo. Porque en realidad ese es el verdadero problema del master de Cifuentes, lo consiguió de la forma que lo consiguió, por ser quien es. A ningún otro alumno le ofrecieron esas condiciones para conseguir un master como se las ofrecieron a Cristina Cifientes. Mentir en el curriculum puede ser una falta de ética o una indecencia, el trafico de influencia, creo que es un delito. 

Cristina Cifuentes abusó de su posición política para que le permitieran inscribirse fuera de plazo en el master, permitirle la no asistencia a las clases cuando el master era presencial, permitirle no hacer los exámenes y aprobarle las asignaturas y lo más grave aprobarle un TFM que no presentó ni defendió. Comparar todos los privilegios de los que disfrutó Cristina Cifuentes con mentir en el currículum es estar fuera de la realidad y pretender justificar los injustificable. Tan responsable es quien ofrece esas condiciones como quien las acepta sabiendo que el resto de alumnos se sacrifica, dedica esfuerzo y se expone a aprobar o no, en función de su dedicación y su capacidad intelectual. A ella se lo regalaron por ser Cristina Cifuentes.

Mentir en politica debería ser motivo para la dimisión. De hecho en nuestro entorno cercano es costumbre bien sana hacerlo. Pero lo que dice Maroto es simplemente hipocresía. Porque Maroto si fuera coherente debería empezar exigiendo dimisiones en su propicio partido. No vale poner un listón para el contrario y hacer la vista gorda con los tuyos. 

¿Por qué Maroto no exige la dimisión de Rajoy? Que comenzó a mentir e incumplir el programa electoral con que ganó las elecciones de 2011, al día siguiente de llegar a la Moncloa. ¿Por qué no exige la dimisión de todos los dirigentes del Partido Popular que se comprometieron a no hacer recortes en Sanidad, Educación, Dependencia,  o en Pensiones? ¿Por qué no exige la dimisión de los miembros del gobierno que nos dijeron que el rescate de la banca o de las autopistas no iba a costar un euro a los contribuyentes? Podría seguir con otras muchas preguntas sobre las mentiras e incumplimientos de los miembros del Partido Popular a los que Maroto parece que les otorga bula, pero será excesivamente largo.

Maroto y el Partido Popular están incapacitados moral y éticamente para exigir responsabilidades a nadie. El partido más corrupto de la historia democratica de España no pude dar ejemplo de nada que tenga que ver con la decencia política.  Es un cáncer para la política española y cuanto antes se estirpe, mejor para la sociedad y la política española. 

Saben perfectamente que Cristina Cifuentes  pasará, más pronto que tarde, a engrosar las filas de los dirigentes del Partido Popular que ahora solo son "ese señor del que usted me habla". Pero mientras tanto seguirán removiendo la mierda y poniendo el ventilador para intentar que su mierda salpique a los de enfrente. No les interesa la regeneración democrática, simplemente intentan hacernos ver que la corrupción es la normalidad y que el resto también son corruptos. El problema, para ellos, es que los cachorros son idénticos a las fieras y por tanto no tienen solución. ¡Hay que echarlos!

Salud, República y Socialismo.

2 comentarios:

BromurodeLlodio dijo...

Veamos, cada vez que habla éste o el otro portavoz o el que tienen en el ayuntamiento de Madrid, por ejemplo, sueltan cada barrabasada que a medida que van desarrollando su discurso, si te fijas bien, sus gesticulaciones (cara, manos y tronco; amén de caderas y piernas) los delatan tanto que no se dan cuenta de cómo mienten.
Cada vez que veo a Cospedal, sus silencios, entre otras de las muchas gesticulaciones, entre palabras y parrafadas, sólo veo hipocresía, mentira de la gorda y vanidad y desprecio.
Hace mucho años que me dedico a analizar esto y no hay nadie de los analizados que me engañe, pues es tanta la mentira que por mucho que entrenasen en tratar de esconderlo, siempre hay una parte que los delata.
Y son muchos años tratando este tema
Mentiroso es poco; por decir algo
Saludos

Recomenzar dijo...

Me encanta el nombre de tu blog
Amanece que no es poco
cuanto dices en pocas palabras
maravilloso

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