domingo, 14 de junio de 2015

La burrrada de la semana, Miguel Canalejo

Nuestros empresarios no se caracterizan precisamente por su capacidad de emprendimiento, todo lo contrario. Ellos, en general, no saben competir si no es reduciendo costes laborales. Por lo que no es de extrañar que sus organizaciones empresariales sean un reflejo de lo que opinan y para muestra un botón, la del presidente del comité del Circulo de Empresarios,  Miguel Canalejo. 
 
Este personaje, que no debe gastar mucho su neurona en eso de la innovación, pretende que los trabajadores sin formación reciban una parte de su salario en especies. Lo que traducido al lenguaje vulgar significa bajar el salario a los jóvenes. Dicen que la formación de los trabajadores jóvenes debe se un pago en especie.

A estos incompetentes les debe parecer mucho que un joven reciba como salario mensual los 648€ del SMI y pretenden descontarles bajo el eufemismo de salario en especie lo que ellos consideran formación recibida. Nos recuerdan que en el Reino Unido se descuenta la formación del salario, pero se les olvida decir que en ese "idílico lugar" el SMI es de 1.350€, casi el doble que en España.  Se olvidan que los trabajadores pagan durante toda su vida laboral el coste de la formación a través sus cuotas a la Seguridad Social. Una parte de esas cuotas va destinada a la formación de los trabajadores. Por tanto lo que pretenden los ilustres miembros del Circulo de Empresarios es cobrarle a nuestros jóvenes, por partida doble, la formación.

Se olvida, intencionadamente, que el SMI español es unos de los mas bajos de la UE. Deberían dedicar el tiempo que destinan a ver como reducen costes a través de recortes salariales a pensar como pueden innovar en sus empresas para hacerlas mas rentables y competitivas. Pero eso es pedirles demasiado esfuerzo porque a lo mejor les revienta la neurona.

El Circulo de Empresario nos tiene muy acostumbrados a soltar de vez en cuando propuestas cada cual más reaccionaria. Algunas de esas perlas proponían que los empresarios se plantearan no contratar mujeres jóvenes por si se quedaban embarazadas, o que los parados en España tenían muchos subsidios y por eso mucha gente prefería no trabajar, o que los jóvenes sin formación no valían para nada o proponer el despido de miles de funcionarios que tampoco aportaban nada. Con estos mimbres no es de extrañar que la productividad española sea de las más bajas de la UE. Pero el problema no es por los costes salariales, que son de los más bajos, sino por la incapacidad de gran parte del empresariado español a innovar e invertir en I+D.

La formación es un derecho de los trabajadores. Un derecho ganado por los sindicatos de clase a través de las luchas sindicales, porque se ha entendido que la formación es un valor añadido para el trabajador. Un valor que le proporciona mayor empleabilidad, mayor capacidad para conseguir un empleo. Pero a la vez
ese valor añadido para el trabajador es un beneficio para el empresario ya que un trabajador bien formado es un trabajador más productivo y más rentable. Por tanto para el empresario el gasto en formación es una inversión para el futuro de la empresa. Por eso las empresas más punteras, más productivas y más competitivas son las que dedican parte de sus presupuestos a la formación de sus trabajadores, sin pretender cobrárselo en especie como pretende el Circulo de Empresarios.

No es insistiendo en reducir los salarios como se va a salir de la crisis en que ellos nos metieron. El trabajador mejor pagado, mejor formado, con mejor clima laboral y con mejores condiciones laborales es el que es más productivo y competitivo y es el que hace que la empresa sea mas rentable y competitiva. Pero que empresarios como los del Circulo de Empresarios entiendan eso es como pedirle peras al olmo.

Salud., República y Socialismo.

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