Bajo tan pomposo titulo, Gobierno, Patronal y Sindicatos (CC.OO. y UGT) han firmado el pasado 28 de julio una declaración para el desarrollo del diálogo social. Un diálogo prometido por Zapatero durante la pasada campaña electoral.
Y ¿Qué se esconde bajo tan llamativo titular? Que nadie se espere la solución a los problemas causados por la crisis económica actual. Porque solo es una declaración de intenciones; que no es poco, para desarrollar a lo largo de la presente legislatura. Es cierto que corresponde al Gobierno proponer las medidas para salir de la crisis económica, que por cierto se reconoce en el documento. Y al Parlamento aprobar la medidas legislativas para hacerlas efectivas, pero hay aspectos de la vida económica y laboral que es mejor desarrollarlos mediante la vía del acuerdo con los agentes sociales (patronal y sindicatos) que con decretazos, como en épocas anteriores.
Esta declaración hace una referencia a los elementos que han contribuido a la actual situación de crisis económica, entre los que cita la subida del precio del petróleo y de la materias primas así como os problemas financieros originados en el mercado hipotecario de los Estados Unidos. Y en referencia a los problemas internos señala: “la crisis en el sector de la construcción residencial en España está incidiendo negativamente en el crecimiento y en el empleo.”
Quizás en la declaración de las causas de la crisis hay una ausencia importante, que es citar como causa de la crisis el mercado de trabajo. Y es importante porque al no señalarla como una causa de la crisis, como desde algunos sectores políticos y empresariales se pretendía, hace incesaría cualquier reforma del mercado laboral en España. De hecho entre los aspectos que los firmantes consideran que hay que negociar no se hace ninguna referencia al mercado laboral. Al menos es el reconocimiento de que los trabajadores no tienen ninguna responsabilidad en la crisis económica y que la promoción del empleo se fija como prioridad sin aludir a reformas laborales, como demandaba la patronal.
Entendiéndolo como una declaración de principios, es importante la apuesta que se pretende hacer por cambiar el modelo productivo español basado, en la última década, en la expansión del “ladrillo”. En este sentido se afirma que: “Debemos sentar las bases para impulsar la recuperación del crecimiento económico y potenciar un modelo productivo que apueste por la innovación, el desarrollo tecnológico y el valor añadido, de forma que aumente la productividad de la economía, el empleo y la calidad del mismo.”
En definitiva esta “Declaración para el impulso de la economía, el empleo, la competitividad y el progreso social” pretende sentar la bases de los temas que el Gobierno entiende deben ser negociados con los interlocutores sociales. Temas tales como las iniciativas de infraestructuras, energía, educación, sanidad, vivienda y administraciones públicas, además de los de contenido laboral como negociación colectiva, empleo, protección a los parados, reforma de INEN, seguridad en el trabajo, pensiones, etc.
Pero además el hecho de que sea Zapatero quien lleve las riendas en el proceso de negociación en lugar del Ministro de Trabajo, indica, al menos, el compromiso del Presidente del Gobierno en llevar a buen termino la salida de la crisis. Otra cosa serán las dificultades que surgirán en la propia negociación, entre ellas las que pondrán la patronal y la oposición parlamentaria del P.P. que intentaran cargar los costes de la crisis a los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Del mismo modo, el Gobierno tendrá la oportunidad de demostrar hasta que punto son firmes las pretensiones de Zapatero de que las políticas sociales no sufrirán merma a pesar de la crisis económica. Porque no parece que todo el Gobierno esté de acuerdo con este posicionamiento de Zapatero. O al meno eso es lo que se desprende de la palabras de Solbes que defiende que la moderación salarial es un buen método para reducir el desempleo y contener la subida de los precios. "Es mejor tener más empleo que subir un poco el salario", ha señalado Solbes, en una entrevista el Cadena Ser. El titular de Economía ha pedido a los sindicatos que sean moderados en las negociaciones.
Solbes se olvida de los anteriores procesos en lo que la moderación salarial no ha servido ni para mejorar ni la cantidad ni la calidad del empleo ni por supuesto para controlar la escalada de los precios y no debería olvidar que mientras los costes salariales crecieron en 2007 un 3,9%, el IPC se elevó hasta el 4,3%, lo que evidencia que la incidencia de los salarios en el incremento de los precios es nula.
A partir de septiembre veremos si, de verdad, se sientan las bases para que la salida a la crisis no recaiga en los más desfavorecidos. Podemos tener un otoño muy caliente si se intenta lo contrario. Los sindicatos parecen que no están por la labor de permitirlo. Personalmente soy muy escéptico sobre los resultados del futuro dialogo social.
Salud, República y Socialismo