Contradicciones

Ya era de esperar que el desarrollo de la ley de la Memoria Histórica no iba a ser un camino de rosas. Era de esperar que la derecha española no tuviera un espíritu colaborador en su desarrollo, ¿pero son los únicos?

Si hace unos días nos despertábamos con la noticia de que el ministerio de Medio Ambiente decidía destruir el monolito situado en las islas Cies, antes de ceder la gestión del parque nacional de las islas Atlánticas a la Xunta de Galicia; hoy lo hacemos leyendo como la Diputación de Alicante mantiene a Franco como “hijo adoptivo y predilecto” de Alicante. Los argumentos son tan peregrinos como que "El nombramiento de hijo predilecto de Franco no le quita el sueño a nadie, sobre todo a aquellos que han crecido en democracia" en boca de la diputada popular Mercedes Alonso

No contenta con su argumento reforzó la postura del PP con otro de carácter jurídico. Según la diputada, el artículo 2 del reglamento de la Diputación establece que todos los nombramientos honoríficos son vitalicios y, por tanto, "no se puede quitar ninguna distinción a Franco". La exposición de Alonso fue reforzada por Ripio, Presidente de la Diputación de Alicante: "Ni yo ni nadie de mi partido somos deudores del franquismo", dijo.

La verdad es que uno se queda de piedra con semejante argumentación. Parece que Ripoll padece amnesia al no recordar a ilustres militantes de su partido que tuvieron estrecha relación con el franquismo; y en segundo lugar no se puede estar defendiendo los valores democráticos y a la vez proteger “el honor” de aquellos que pisotearon la democracia, las libertades públicas así como la libertad y la vida de las personas que defendieron los valores democráticos que encarnaba la II República.

Al Partido Popular le queda todavía su asignatura pendiente, que no es otra que romper las ligaduras que todavía le unen con el franquismo, solo la condena expresa de lo que representó la dictadura franquista hará que el P.P. se convierta en un partido que defienda de verdad lo valores democráticos.

Pero como decía al principio no son los únicos. Hoy también aparece en El País la noticia de que la una estatua del dictador sigue presidiendo la Capitanía de Valencia. Y en esto la responsabilidad es del Ministerios de Defensa, es decir de su titular Carmen Chacón y por añadidura del PSOE. La argumentación en este caso es también peregrina. Como al parecer la estatua es propiedad del Ayuntamiento de Valencia, se está a la espera de que éste decida que quiere hace con ella. Y digo yo, independientemente de lo que quiera hacer el Ayuntamiento con la estatua del dictador, ¿esta no puede ser desmontada de su pedestal y guardarla en un lugar no visible a la espera de que se decida que hacer con ella? Pues parece que no. Y si su propietario no decidiera nunca nada ¿tendría que esta expuesta indefinidamente?

Contradictorio verdad.

Salud, República y Socialismo.