El obispado de Ávila contra la ley Memoria Histórica

La jerarquía de la iglesia sigue insistiendo en mantener el enfrentamiento de las dos Españas, No solo mantiene en sus edificios multitud de placas en memoria de de los caídos del bando franquista, sino que intenta, además, impedir el cumplimiento de la Ley de la Memoria Histórica.

La cruzada lanzada por la iglesia al apoyar activamente el golpe de estado franquista y la posterior dictadura, pretende mantenerse de nuevo con su rechazo a aplicar la ley de la Memoria Histórica. En este sentido el obispado de Ávila ha emprendido acciones legales contra la retirada de la placa colocada durante el régimen de Franco con alusiones a los "mártires de la Guerra Civil" y que, según recuerda el Consistorio, debía retirarse en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica. La placa (esta no, ésta está todavía en El Paso - La Palma) estaba situada en la fachada de la iglesia Parroquial de San Pedro Advincula de la localidad de Pedro Bernardo (Ávila) y había sido ordenada su retirada por resolución del ayuntamiento de esa localidad en aplicación de la ley.

En lugar de facilitar la aplicación de la ley, tratando de cerrar página a la ignominiosa actuación de la iglesia durante la guerra civil y la dictadura franquista, la iglesia sigue insistiendo en mantener la división entre los españoles. Argumenta, el obispado, que aún no hay resolución firme sobre la decisión adoptada por el ayuntamiento. Plantear el problema en estos términos es de una gran hipocresía. La cuestión reside en si se esta o no a favor de pasar pagina sobre los hechos que produjeron el levantamiento fascista. Si se esta a favor de esa cuestión lo lógico seria que de motu propio la iglesia quitara de sus edificios todas esas placas que avergüenzan la memoria de los españoles caídos en defensa de la democracia y la libertad y los principios democráticos que imperan hoy en España. Y si se ponen impedimentos, entonces quiere decir que la jerarquía eclesiástica sigue empeñada en mantener la cruzada que lanzaron hace más de 70 años.

Pero no solo la jerarquía eclesiástica mantiene esa cruzada contra la ley de la Memoria histórica. Algunos ayuntamientos no solo no contribuyen a su aplicación sino que, además, trabajan contra corriente. Y para ejemplo el de Caldas de Rey (Pontevedra) que hace unos días inauguró una estatua del dictador Franco que vomita agua. Aparte del mal gusto de la fuente (que asco beber de la boca ponzoñosa de un dictador asesino), no sería extraño que se este incurriendo en un delito, ya que si la apología del terrorismo es un delito, no debería ser menos considerar como tal la apología del golpismo. En estos momentos el gobierno estudia la manera de cómo eliminar de las ciudades los nombre de las calles dedicadas a terroristas vascos con anterioridad a la calificación como delito, la apología del terrorismo. La apología del golpismo debería seguir la misma senda y evitar que situaciones como la del ayuntamiento de Caldas del Rey se puedan volver a repetir.

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