La crisis ha hecho caer a la primera gran inmobiliaria. Martinsa-Fadesa que ha solicitado el concurso voluntario de acreedores. Esto era algo que se veía venir, solo faltaba el paso del tiempo.
Las inmobiliarias deberían pensar que el crecimiento especulativo que, durante los últimos diez años, les ha hecho ganar miles de millones de euros no iba a tener fin. Se deberían pensar que el poder de endeudamiento de los trabajadores y las jóvenes parejas no tenía límite. Pero el poder de endeudamiento tiene un límite y ahora han llegado las vacas flacas también para los que provocaron esta crisis y que en España tiene un nombre propio: el ladrillo.
Durante estos diez años las inmobiliarias se han enriquecido a base de pagar unos salarios de miseria, que han ocasionado miles de muertos en accidentes de trabajo; con la connivencia de muchos ayuntamientos que vieron una fuente inagotable de ingresos para sus arcas públicas; la corrupción de cargos públicos en las administraciones locales y en base a especular con las necesidades de vivienda de las personas, lo que hizo que la espiral de precios creciera exponencialmente en este tiempo.
Ahora piden solidaridad para salir de la crisis. ¿Acaso la tuvieron ellos cuando se negociaban los convenios colectivos mientras ganaban dinero a espuertas? ¿Lo fueron para evitar la vergonzosa cifra de muertos y herido en accidentes de trabajo? Pero desgraciadamente tienen sus aliados entre las autoridades monetarias y los partidos de derecha.
Ahora cuando vienen mal dadas, a los gurús de la economía no se les ocurre, sino, las viejas recetas para salir de la crisis, que no son otras que pedir contención salarial o la eliminación del impuesto de sociedades, como dice la liberal Espe-rancia. Pobrecitos los empresarios que ya no tienen los beneficios de vergüenza que han tenido hasta hace poco. No se pide contención de los escandalosos beneficios de las inmobiliarias, los bancos o las petroleras, el trío responsable de la situación actual de crisis. Y menos mal que no gobierna el Partido Popular como en la anterior crisis, si no ahora estaríamos hablando de congelaciones de los salarios de los empleados públicos, recorte en la pensiones, recorte en el gasto social (que es a eso a lo que se refieren cuando hablan de recortar el gasto público) o decretazos para recortar los derechos laborales y sociales de los trabajadores.
Al menos nos queda el consuelo de que esta vez los sindicatos lo tiene claro en no permitir ningún recorte salarial y de las condiciones laborales de los trabajadores para salir de la crisis y que el mensaje que está dando Zapatero es que a pesar de la crisis se seguirán desarrollando políticas sociales; a lo que hay que añadir la propuesta de la ministra de vivienda de comprar suelo para edificar vivienda social.
Poco le ha gustado al P.P. esta propuesta. Enseguida ha salido su portavoz de economía, Sr. Montoro, a descalificarla. ¡Intervencionismo! Ha gritado Montoro. Pero no contra la posibilidad de acometer ayudas públicas para que los causantes de las crisis salgan airosos de la misma. El intervencionismo es malo si se usa para mejorar el acceso a la vivienda a los trabajadores. Algo que los gobiernos deberían haber hecho para evitar la vergonzosa escalada de los precios de la vivienda. Porque si el gobierno central, las comunidades autónomas y los ayuntamientos se hubieran dedicado a poner el suelo público a disposición de la construcción de vivienda pública, en lugar de subastarlo para obtener financiación; el precio de la vivienda libre no hubiera podido subir lo que ha subido en estos años. Son las administraciones públicas también responsables de la actual situación por haber querido hacer negocio de los terrenos públicos que disponían.
Y ahora ¿quien compensara a los trabajadores que se han hipotecado hasta las cejas por una vivienda que tienen menos valor que el importe de la hipoteca contraída? Esta crisis no tendría las dimensiones que esta tomando si desde todas las administraciones públicas se hubiera actuado para evitar la escalada vertiginosa del precio de la vivienda. Y los grandes perjudicados no serán las inmobiliarias o los bancos. Estos en el peor de los caso reducirán sus beneficios o no ganarán, pero los trabajadores serán los que verdaderamente paguen las consecuencias de una crisis que ello no han provocado. Los trabajadores perderán sus empleos, no podrán asumir sus hipotecas y posiblemente perderán la vivienda que tanto esfuerzo les costó adquirir y en el mejor de los casos verán como el importe de sus hipotecas es mayor que el importe del bien que adquirieron. ¿Alguien pagará por esto? Desagraciadamente no.
Salud, República y Socialismo.
Paganini: El currante. Mientras tanto, este señor y otros que parece que le seguirán se han forrado y nadie puede meterse con su patrimonio particual, a salvo de cualquier incidente.
ResponderEliminarEn fin, esta es la delicia del sistema económico que tenemos.
Salud y República
Vacas flacas solamente para unos, los más debiles, los otros, millones de Euros para arriba o para abajo "Peccata minuta" para sus bolsillos llenos a rebosar, me dan una pena que para que.....
ResponderEliminarUn beso Antonio.
Padre Almazán
ResponderEliminarEs Vd. muy compresivo con el pecado y los pecadores. Los pobres constructores lo hacían todo por el bien de la patria. Exponían sus caudales por el desarrollo de una sociedad mejor y por eso se están arruinando.
Es de cristianos ayudarles y por eso el papá-estado los ayudará.
Selma
... que para que la risa.
Si no fuera por las pobres familias que ahora tienen una hipoteca por un valor mayor que el de la vivienda comprada.
¿Alguien va a responder de ese desaguisado?
Salud, República y Socialismo
¿Pero queda alguien sano en esta especie de país? ¿Queda algún madero al que no le pillen echando mano a la droga incautada? ¿Hay algún constructor que no construya sobre cementerios? ¿Hay algún ciclista que no se dope? ¿Queda algún concejal que no se vaya de putas o de putos con la pasta de sus votantes? ¿Queda alguna cantante que no se acueste con los mafiosos de la peor calaña? ¿Hay algún marido que no le atice a su mujer? ¿Queda algún bombero que no sea pirómano? ¿Queda algún periódico que no esté vendido a la voz de su amo? ¿Queda algún cura que no se dedique a violar niñas?
ResponderEliminar¡Si hasta el mismísimo brazo de Santa Teresa está ya completamente corrompido!
No le envío un abrazo porque cobro por ello.
Don Manuel
ResponderEliminarLa verdad es que la situación no está para tirar cohetes, pero o nos animamos o van a poder con nosotros.
Como diriamos cuando eramos más jovenes: En peores garitas se han hecho guardias.
Yo si le envio un abrazo y además gratis.
Salud, República y Socialismo