Ha debido pensar que proponiendo a una mujer relativamente joven puede atraerse el voto de la mujer en las próximas elecciones presidenciales. Pero hay factores que no parecen cuadrar con la nominación. La primera, la posible reticencia de votar a una mujer por parte de los electores republicanos, bastantes más machistas que los votantes demócratas y en segundo lugar lo que representa esta mujer, que no es sino el pensamiento más casposo y rancio de la ciudadanía yanqui, y que puede retraer al electorado menos conservador entre los votantes republicanos.
Sarah Palin, gobernadora de Alaska, es contraria al aborto, miembro destacado de la Asociación Nacional del Rifle, está a favor de la pena de muerte, en contra del matrimonio homosexual y cree que el creacionismo debería enseñarse en las escuelas junto a la teoría de la evolución. Credenciales, en definitiva, que la caracterizan por defender valores que no son los más adecuados para tratar de seducir a la franja minoritaria del electorado que no digirió la derrota de Hillary Clinton en las primarias demócratas; y que es fundamentalmente el objetivo que persigue McCain con su propuesta de candidata a vicepresidenta.
Su alusión a la fallida candidatura de Hillary Clinton: “Las mujeres de Estados Unidos no están acabadas y podemos romper el techo de cristal de una vez por todas”, en referencia a los 18 millones de votos obtenidos por Hillary en las primarias demócratas, no es sino un intento de atraer el voto de los descontentos por la no nominación de Hillary como candidata a vicepresidenta por el Partido Demócrata. Mal harían los electores demócratas si se dejan llevar por el despecho y terminan votando a quien, como McCain, solo representa más de lo misma política desarrollada durante 8 años por Bush, el presidente más tonto e incompetente de la historia de los EE.UU., y a Sarah Palin que representa al sector más reaccionario del electorado republicano.
Es cierto, que desde aquí, no se entiende bien que Obama no haya sido práctico aprovechando en su propio beneficio el tirón que Hillary Clinton tiene entre las mujeres y los electores hispanos en EE.UU., pero sería altamente decepcionante que eso supusiera una dificultad en su camino hacía la Casa Blanca, EE.UU. y el mundo no pueden permitir otros cuatro años de política republicana.
Evidentemente no es Obama ni su ideario político, una referencia política valida para mí, pero en la política USA solo existe lo malo y lo menos malo; y si la política interna e internacional pueden dar un ligero cambio solo lo será con una próxima administración demócrata, por lo tanto sería bastante deseable que el próximo inquilino de la Casa Blanca sea el menos malo.
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