En política hay numerosos políticos que confunde lo público con lo privado, unos entregando a manos privadas los que es de todos como ocurre en la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid y otros haciendo uso de lo que es de todos, de manera privada. Esto último es lo que ha sucedido con el alcalde de la ciudad de Toro.
Resulta que el alcalde de Toro, Jesús Sedano, tenia una hija casadera y como buen padre que se precie quería dar a su hija la mejor boda del mundo. Hasta ahí todo lógico y razonable. Pero lo que ya no resulta lógico y razonables es que para darle esa boda a su hija se haga uso y abuso de lo que es patrimonio de toda la ciudadanía de Toro.
Pensaba el susodicho alcalde que en el día de su boda, los suelos de las calles que pisaran su hija deberían estar como los chorros de oro ¡que bonito! Pues ni corto ni perezoso ordena al servicio municipal de limpieza que la mañana del día previo a la boda ponga como los chorros de oro todas las calles desde de la casa de la novia hasta la iglesia de San Julián (lugar donde la hija del alcalde se casaba).
Pero pensó el Sr. Alcalde que esto no era suficiente para que su hija disfrutara de una esplendida boda, por lo que «también se barrieron la plaza de Santa Clara y zonas próximas para ser utilizadas como aparcamiento de los invitados a la boda» ¡amor de padre! Pero ¡date! no fuera que algún despistado aparcara en los lugares reservados para los invitados a la boda. El amantísimo padre ordena que «en la mañana del sábado, alguna hora antes de la llegada de los invitados, la Policía Municipal impidiera el tráfico rodado, salvo a los invitados, que sí podían pasar para aparcar en las cercanías de la iglesia».
¡Ah¡ y si alguno de los invitados no dispone de trasporte particular pues que mejor que “el coche de policía se utilice para desplazar a algunos invitados a la boda” y ya para que todo fuera perfecto el Sr. Alcalde, en un arranque de amor filial manda que «por primera vez en la historia de Toro los contenedores de basura se quiten de las calles por donde ha de pasar el cortejo nupcial».
¡Que boda! y que amor de padre. Claro que tratándose del uso y abuso de un patrimonio público, así cualquiera.
Es triste pero es verdad. Estos políticos que con tanta facilidad confunden lo público con lo privado no deberían estar en la política. La oposición ya ha pedido su dimisión. Alguna excusa pondrá o dirá que es mentira, que es una campaña de acoso y derribo para ocultar lo mal que va la economía del país o sandeces por un estilo. Claro que después de la boda de la hija de Mijose que se puede esperar.
¡Ah! Se me olvidaba. Este alcalde tan solidario con lo público es del Partido Popular y además es senador y a la citada boda asistieron numerosos cargos del PP, entre ellos el presidente de la Diputación y del partido en Zamora, Fernando Martínez Maíllo, y los parlamentarios nacionales Antonio Vázquez y Dionisio García Carnero.
¿Y el P.P. que dirá? Pues seguramente nada, acaso lo justificará cargando las tintas contra el mensajero.
Salud, República y Socialismo
Pues sí Antonio. En este país hay mucha tendencia a apropiarse de lo común y público en beneficio propio.
ResponderEliminarLe aseguro que el PP no es ni será nunca santo de mi devoción, pero esa tendencia no es exclusiva de ellos. Por desgracia, y cuanto más pequeño es el pueblo, más se considera cortijo propio, y eso pasa también con los representantes de otros partidos.
Un abrazo
Usted con el afan de criticar al PP no es capaz de entender el amor de padre. Así no vamos a ningún sitio. Si por la boda de su hija, un señor padre alcalde, no es capaz de poner la ciudad a sus pies, ya me dirá usted.
ResponderEliminarEn fin, una incomprensión incomprensiblemente incomprensible.
Salud y República
Despues de la "regia" boda en el Escorial, ya nada puede sorprendernos viniendo de estos "PPersonajes", caciquismo en estado PPuro y duro...
ResponderEliminarUn beso Antonio.
Escandaloso, sencillamente escandaloso.
ResponderEliminarY espere, que lo mismo le construyen a la niña un modesto chaletito de protección oficial, eso sí, con sus fonditos públicos, claro está.
Ahora, entre usted y yo, esta boda ni se aproxima al evento del mundo mundial que enlazó a doña Ana AB con el guapísimo Agag. Aquello sí que fue glamour, caradura y despilfarro.
Un abrazo
Freia
ResponderEliminarEs verdad que caciques hay en todos los sitios, pero yo me resisto a creer que por igual en todos los partidos.
Don Rafael
Ya sabe Vd. la inquina que siento sobre la derecha y en especial con la de este país.
Selma
Es que han sido muchos años acostumbrados a hacer de su capa un sayo en los puesblos y ciudades de España.
Tanhäuser
Hombre, que siempre ha habido diferencia entre un cacique de pueblo y otro de ciudad.
Salud, República y Socialismo
Antonio..aquí tuvimos algo parecido con la boda de la niña de Abel ( "el amo") Matutes...se cerraron los accesos ( peatonales, incluso) a la catedral, es decir, al casco antiguo...menuda gracia les hizo aquel día a los de las tiendecitas de sourvenirs...
ResponderEliminarEn fin, que los tipos que se hubieran sentido cómodos en el sistema feudal, tienen estas cosas...que casualidad que siempre son bodas por la iglesia
Daniel
ResponderEliminarEso confirma mi desacuerdo con nuestra querida condesita.
Parece que los peperos son mucho mas propensos a confundir lo público con lo privado y si se trata de una boda, pues la diferencia es abismal.
Salud, República y Socialismo