Apología de la violencia de género

¿Qué hacemos, entonces, con esas hembras complacientes que, sin tener miedo de su pareja aunque ésta les pegue, y usando su libre voluntad, piensan que unos apalizamientos de vez en vez les merecen la pena?

No se me asusten, no he cambiado de bando ni me dedico a hacer apología de la violencia de genero. Esa frase no es mía, sino de José Antonio Martínez-Abarca, columnista habitual de Libertad Digital, el periódico digital de Federico Jiménez Losantos. Para este personaje la mujer que sufre violencia de género es porque le va la marcha.

Pensar que la mujer elige libremente que su pareja de vez en cuando le de una somanta de hostias, es para este elemento una cosa normal y corriente, para él todas las mujeres que sufren violencia de género son unas masoquistas, que en lugar de sufrir alcanzan el clímax sexual cada vez que su pareja le pone la mano encima. Y no contento con eso va más allá al afirmar que “a cambio ellas sienten esa íntima satisfacción o comodidad de seguir el tradicional "rol" pasivo, subalterno, el inconfesado placer del sometimiento, de cumplir órdenes sin pensar, tan oscuro pero tan real”. Ahí esta el quid de la cuestión, el rol tradicional del matrimonio tradicional: la mujer se siente alagada de estar sometida a las órdenes y las arbitrariedades de su pareja. ¿Es acaso ese el modelo de familia tradicional la que predica la iglesia y la derecha de este país? Al menos para este personaje sí, para él la mujer, no piensa, no decide, solo tiene que mostrarse sumisa ante los deseos del hombre, y sino pues ya se sabe una buena mano de hostias, que además le sirve para su satisfacción sexual. ¡Que son todas unas masoquistas! ¡Que les va la marcha!

Según este colaborador de FJL la situación de las mujeres maltratadas es similar a la que sufrieron los negros americanos cuando se abolió la esclavitud. Para esta persona cuando se puso termino a la esclavitud “hubo muchos (negros) que permanecieron junto a los "massas" del látigo teóricamente como criados y mayordomos, amas de cría y tatas, pero en realidad, de puertas adentro, como lo que habían sido siempre: esclavos” Es decir que como eran una panda de inútiles y no sabían hacer otra cosa que obedecer, pues eligieron seguir siendo “esclavos” en lugar de personas libres y buscarse la vida libremente. Y eso es lo que piensa, este personaje, de las mujeres que continúan al lado de sus maltratadotes, que lo hacen por miedo a la libertad y por no saber como afrontar su futuro, libres y sin la dependencia de su pareja.

Su pensamiento, expresado en el articulo de Libertad Digital, no es, sino, la expresión más rancia del machismo hispano y de una apología de la violencia de género, que no estaría de más que se empezara a tipificar como delito, al igual que se hace con la apología del terrorismo. ¿No debería intervenir el fiscal especial para la violencia de género en este caso?

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