Las Marchas de la Dignidad se aproximan ya a Madrid. Como se ve que les duele ya están con campañas de intoxicación para meter el miedo en el cuerpo. 1.700 antidisturbios vigilaran la manifestación y ya están insinuando que en las marchas hay infiltrados violentos.
Nos quieren obligar a vivir en la miseria, con miedo y en silencio. Con la excusa de la crisis económica, el gobierno del Partido Popular, ha sometido a la ciudadanía, a los sectores mas desfavorecidos de la sociedad, a los mayores recortes sociales y laborales desde la transición. Ahora también pretenden, para acabar el circulo, recortar nuestros derechos civiles.
Parece que les preocupa la manifestación del 22 de marzo en Madrid y por eso los profesionales de la intoxicación del P.P. andan revueltos. Hoy el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, en plan Goebbels, ha dicho que "muchos planteamientos de las Marchas por la Dignidad están en el programa del partido neonazi griego Amanecer Dorado". Di una mentira y repítela muchas veces para intentar convertirla en verdad.
No hay mejor argumento para descalificar sus mentiras y para concienciarnos de la necesidad de la movilización que leer con atención lo que dice el
Manifiesto de las Marchas de la Dignidad
En 2014
nos encontramos ante una situación extremadamente difícil, una situación
límite, de emergencia social, que nos convoca a dar una respuesta
colectiva y masiva de la clase trabajadora, la ciudadanía y los pueblos.
Millones
de trabajadores y trabajadoras se encuentran sin empleo. Tener unas
manos para trabajar; tener una carrera terminada; disponer de tu
capacidad tanto manual como intelectual y no encontrar un trabajo digno
es humillante. Se está desperdiciando el talento colectivo de una
sociedad, hipotecando indefinidamente su futuro. Los trabajadores y
trabajadoras no se merecen este atropello a nuestra dignidad colectiva.
Cientos de
miles de familias han perdido su casa. No hay nada más inhumano que
desalojar a una familia de su hogar, solo para alimentar la voracidad
insaciable de unos banqueros sin escrúpulos. Banqueros a los que los
estados siervos de la Troika alimentan a costa de empobrecer aún más a
la clase trabajadora y a las personas más indefensas.
Mientras,
la patronal, aprovechando el drama del paro masivo, aprieta las tuercas a
la baja de los salarios y de las condiciones de trabajo a las personas
que aún tienen un empleo. Trabajadores y trabajadoras que, ante la
difícil situación, no pueden ni siquiera cuestionar su papel de meros
explotados/as por el capital. El sistema intenta obligarnos a mostrar
agradecimiento a los empresarios, convertidos por el sistema en
benefactores de la sociedad. Es hora de repartir el trabajo y la
riqueza, y que las personas trabajadoras puedan sentirse dueñas de su
futuro.
Nuestra
juventud no tiene posibilidad de forjar un proyecto de vida digno con
las actuales políticas y se ve abocada a buscarse la vida en el
extranjero como antes hicieron nuestros padres y abuelos.
Decimos no
a un sistema patriarcal que nos arrastra a épocas del pasado,
quitándonos el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, negándonos la
capacidad para decidir sobre si queremos o no ser madres, provocando la
vuelta a los hogares para dedicarnos a la crianza.
Estamos
sufriendo las políticas ejecutadas por el gobierno del PP al dictado de
la Troika (Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y
Comisión Europea), consistentes en el robo de derechos y el
empobrecimiento generalizado de la mayoría social. Estas políticas que
se fundamentan en el pago de una Deuda ilegítima que no han contraído
los ciudadanos y ciudadanas, son producto de la especulación bancaria y
los excesos de los distintos gobiernos.
Privatizan
lo rentable mientras nos recortan el presupuesto en salud, educación,
dependencia, transportes públicos, agua, energía, comunicaciones,
servicios sociales, etc.., lo que redunda negativamente en nuestros
derechos ciudadanos. Se ríen de nuestros mayores que sufren una enorme
pérdida de su poder adquisitivo, mientras ven como sus ahorros de toda
la vida están secuestrados por la estafa bancaria de las preferentes y
otros productos financieros delictivos.
El gobierno del PSOE, con el apoyo del
PP, modificó el artículo 135 de la Constitución para que se priorice el
pago de la deuda frente a los derechos y necesidades de las personas.
Lo justificaron diciendo que habíamos vivido por encima de nuestras
posibilidades y que había que ser austeros y, por tanto, era imperativo
recortar el déficit. Sin embargo, no ha habido ningún recorte a la hora
de inyectar decenas de miles de millones de euros para salvar a los
bancos y especuladores.
Están aprovechando la crisis para
recortar derechos. Estas políticas de recortes están causando
sufrimiento, pobreza, hambre e incluso muertes y todo para que la banca y
los poderes económicos sigan teniendo grandes beneficios a costa de
nuestras vidas.
Porque nos
han robado la libertad. Al capitalismo le sobran las libertades y los
derechos de la mayoría social. Es un sistema que busca exclusivamente el
beneficio privado de unos pocos y que nos lleva inexorablemente a una
catástrofe medioambiental y social de alcance incalculable.
Para la
mayoría social esta crisis-estafa está significando un gigantesco drama
humano. Sin embargo, para una insignificante minoría supone un gran
negocio. Y cuando se protesta, siempre obtenemos la misma respuesta: la
represión y criminalización del sindicalismo de clase y de los
movimientos sociales. Es un sistema que necesita la represión para
mantenerse y que debe ser superado con la lucha en la calle.
La
descomposición del régimen surgido de la Constitución del 78 se hace
evidente debido a los mismos elementos presentes en su nacimiento, el
cual tuvo lugar en contra del pueblo, está corroído por la corrupción y
no tiene ninguna legitimidad. Los derechos y libertades nos han sido
robados para favorecer los intereses de una minoría y asegurar sus
beneficios, los mismos que nos han llevado a este estado de excepción
social, a base de desmantelar la educación y la sanidad públicas, de
reducir drásticamente las pensiones de nuestros mayores, de apoderarse
de nuestras viviendas y de cerrar empresas, y despedir a miles de
trabajadoras y trabajadores.
Los
distintos Gobiernos se sitúan fuera de la legalidad, convierten en
negocio los derechos que tanto costaron conquistar y sustentan la
corrupción, un hecho generalizado pero no independiente del sistema
económico, que forma parte de la estructura misma de esta sociedad y es
indispensable para su desarrollo. Tanto los corruptores como los que se
dejan corromper forman parte de este sistema injusto de producción y
distribución de la riqueza.
Llamamos a
los pueblos a que ejerzan su soberanía, alzando su voz de abajo arriba,
democráticamente, para construir un proceso constituyente que garantice
realmente las libertades democráticas, el derecho a decidir y los
derechos fundamentales de las personas.
Desde la
MARCHA DE LA DIGNIDAD 22M, consideramos que es importante articular una
movilización unitaria, masiva y contundente contra las políticas que
atentan contra los derechos humanos y la justicia social.
Una
movilización contra el pago de la deuda, por el empleo digno, por la
renta básica, por los derechos sociales, por las libertades
democráticas, contra los recortes, la represión y la corrupción, por una
sociedad de hombres y mujeres libres, una movilización contra un
sistema, un régimen y unos gobiernos que nos agreden y no nos
representan.
Exigimos,
por tanto, que se vayan. Que se vaya el Gobierno del PP y, también,
todos los gobiernos que recortan derechos sociales básicos, todos los
gobiernos que colaboran con las políticas de la Troika.
Por eso
hacemos un llamamiento a llenar de dignidad y rebeldía la capital del
Estado español, Madrid, el 22 de Marzo. Ese día llegaremos columnas de
todas las latitudes de la Península a Madrid y convocamos a los
madrileños y madrileñas a salir a la calle e incorporarse a esa gran
movilización de la mayoría social.
Salud, República y Socialismo