Órdago al rey

Eso es lo que acaba de hacer Izquierda Unida ante el monarca, plantearle un órdago, retar al Borbón a que  haga algo mas que emitir un comunicado sobre las revelaciones y acusaciones que Diego Torres ha realizado en su declaración ante el juez Castro por el caso de corrupción en el que está implicado su yerno, Iñaki Urdangarin.

Para IU las acusaciones de implicación del rey en los negocios de duque de Palma, solo se puede resolverse mediante una querella contra Diego Torres si es que no son ciertas las acusaciones y los indicios que se derivan de los  correos electrónicos entregados por Diego Torres a juez Castro.

Esos correos dejan en muy mal lugar tanto al Borbón como a su hija la infanta Cristina. En ellos se sugiere que la Casa del Rey conoció, amparó y favoreció los negocios del duque de Palma. Incluso después de que la Casa del Rey ordenara supuestamente al marido de la Infanta que se desvinculara del Instituto Nóos, queda constancia de la presunta implicación del Rey en los negocios de Urgangarin. En uno de los correos de 2007, Urdangarin da cuenta de un proyecto lucrativo relacionado con la Copa de América y la Comunidad Valenciana: “Hemos conseguido que el Rey se viera con Pedro (...) Tengo un mensaje de parte del Rey y es que le ha comentado a Cristina para que me lo diga, que llamará Camps a Pedro”.

Esto es solo una evidencia mas de las presuntas implicaciones de la Casa Real en los negocios de Urdangarin, que se desprende de los correos entregados al juez Castro. Cada día se hace más insoportable para la sociedad  que, ante las palpables evidencias, la infanta Cristina no sea imputada o llamada a declarar por su presunta implicación en los negocios de la fundación Noos.

En opinión de José Luis Centella, portavoz de Izquierda Unida en el Congreso,  “si Torres está haciendo un uso torticero de su estrategia de defensa,  la Jefatura del Estado debería emprender acciones legales contra él porque lo que ha dicho es muy grave".

Todo esto entronca con la necesidad de que la ley de Transparencia, en trámite en el Congreso, incluya también a la Casa Real. Cada día se hace más insoportable que la jefatura del estado sea una isla legal donde la opacidad sea la norma de su actuación.  Como cualquier otra institución del estado tiene que ser sometida a control de sus actuaciones y a la fiscalidad de sus cuentas. Una institución que funciona con dinero público tiene que ser sometida a parecidos controles que cualquier otra institución que también reciba dinero de los Presupuestos del Estado.

La Jefatura del Estado, ya sea un presidente o un monarca, tiene que ejercer sus funciones con absoluta transparencia. Una transparencia que hoy no es posible porque un partido monárquico, el P.P. y un partido seudorepublicano, pero que se arrodilla a los pies de un rey, no tienen ninguna intención de  imponer. Por mucho que se empeñen en hacérnoslo creer, no todos somos iguales ante la ley.

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