El debate del estado de la corrupción

Poco nos ha deparado el debate del estado de la nación. Un debate sobre el que ha planeado la corrupción que inunda al Partido Popular, aunque Rajoy haya tratado este tema como si no fuera con ellos.

El Partido Popular intentó descafeinar el debate del estado de la nación haciendo de él un doble debate, el propio que correspondía y el del pasado Consejo Europeo. Su intención era que con la introducción de un nuevo debate se diluyera la grave situación por la que atraviesa el país. No lo han conseguido porque lo que ha pasado diluido ha sido el debate introducido por la puerta falsa, el debate del Consejo Europeo.

Rajoy ha querido transmitir un imagen del país que no se corresponde en absoluto con la realidad. Ha ido al Parlamento a transmitir los datos contables de la macroeconomía, ejerciendo como si fuera un delegado de Bundesbank. Solo le ha faltado decir el conocido “España va bien” que tanto le gustaba a José María Aznar. Para Rajoy no hay errores ni autocrítica en la gestión de la crisis económica. Tan solo el reconocimiento del incumplimiento de sus promesa electorales, pero con la justificación de la herencia recibida y que los incumplimientos han sido por el bien del país y de la economía.

Para Rajoy, para el Partido Popular, no existen las personas, solo existen los datos económicos de un país que solo existe en su imaginación, porque por mucho que se empeñe en convencernos, sus políticas de ajuste no han servido para solucionar los problemas de la crisis económica. Solamente han servido para solucionar los problemas de un sector de la economía del país, precisamente del sector que ha estado en la raíz de la crisis económica. Y ha conseguido que a unos pocos les vaya bien y al resto les vaya mal.

Como le decía ayer Cayo Lara, coordinador general de Izquierda Unida,

“hay una España a la que le va bien y otra España a la que le va mal.
A la que le va bien su política es a la de la oligarquía, la del poder financiero, la de los banqueros, de los especuladores, de los ricos, de los dirigentes de la CEOE, de los patriotas que se llevan impunemente el dinero que nos defraudan a todos a los paraísos fiscales y a las cuentas en Suiza, la de los chorizos, la de los corruptos, la de los que compran voluntades y favores, incluso con sobres.
Hay otra España a la que sus políticas le van muy mal, que es la de la gente corriente, de los trabajadores, de los parados, de la mayoría de pensionistas, de los jóvenes sin esperanza que emigran, de los desahuciados de sus casas, de la gente que se suicida porque se la roban los banqueros, la de muchos autónomos y pymes que han cerrado por la asfixia de crédito de la banca usurera, la de la gente empobrecida, excluida de este sistema egoísta, la de los cientos de miles de estafados por la banca con las preferentes, la de los empresarios honrados que no quieren formar parte de los corruptores.”

Para Rajoy los parados, los desahuciados, los que tienen que marcharse para buscar un futuro, los que no pueden pagar sus medicinas, los que ven recortados sus derechos, etc., son solo los daños colaterales de su particular guerra contra la crisis económica. Una crisis económica que solo es una excusa para cambiar el modelo económico, social y político, que tanto esfuerzo y lucha había costado conseguir.

Por eso el debate del estado de la nación no ha servido nada mas que para la autocomplacencia de Rajoy y los suyos, para tratar de ocultar con datos macroeconómicos la corrupción que emponzoña a su partido y para asegurarnos que continuará con las medidas de austeridad, cuando se ha demostrado con creces los efectos negativos que para la mayoría de la sociedad están teniendo. Las medidas, que ha dicho se propone llevar a cabo, no van a solucionar la situación, seguirán agravándola. Como tampoco se va a solucionar la corrupción porque ninguna de las medidas valen si no se tiene el firme convencimiento de acabar con ella y para eso es necesario primero el reconocimiento de su propia situación y la lucha decidida para llegar hasta el final para eliminarla y a eso no esta dispuesto ni Rajoy ni el Partido Popular.

La lucha continua a pesar de la falsa realidad que nos ha presentado, precisamente por eso. El sábado próximo, 23F, la Marea Ciudadana tiene que dar una respuesta contundente a las políticas de recortes del P.P. y contra la España irreal que nos ha querido pintar Mariano Rajoy en el debate del estado de la nación.

Salud, República y Socialismo