Como si de una cruzada se tratara el Partido Popular con el ministro Wert como abanderado mayor del reino, le rinde pleitesía a la retrograda iglesia católica y acepta sus postulados más confesionales en la reforma de la ley de educación.
Porque eso es lo que significa la modificación de última hora introducida en la ley de educación para dar satisfacción a los sectores más ultracatólicos de la sociedad y de la iglesia católica, eliminación de la asignatura de educación para la ciudadanía y la implantación de una asignatura alternativa y obligatoria a la materia de religión. Se abandona el objetico de educar en valores democráticos, antisexistas, de genero, antixenofobos, o constitucionales y se pretende impregnar a la educacion de los más rancios valores de la fe.
De este modo la iglesia católica pretende frenar el constante retroceso de los alumnos matriculados en religión y se castiga a los demás a examinarse de una signatura alternativa para que estén en igualdad con los estudiantes de religión. Cuando ya creíamos superadas etapas pasadas y entendíamos que la sociedad tenia superada y asumida la religión como un hecho de naturaleza privada de las personas, nos vienen, estos herederos del franquismo, a imponernos de nuevo la filosofía del nacionalcatolicismo.
En un estado que se dice aconfesional, la religión no puede ser una asignatura evaluable, ni puede tener ninguna alternativa obligatoria para aquellos que no quieran cursar la asignatura de religión. Porque la religión, todas, es un hecho privado de las personas y como tal no puede ser materia de estudio, ni siquiera alternativa. Eso es una opción y decisión de los padres y tutores de los alumnos en lo que el estado debería mantenerse al margen.
Wert y el Partido Popular se equivocan, mejor dicho se extralimitan, cuando introducen la religión católica como una asignatura mas entre la materias a impartir. Primero porque es discriminatoria, tanto para quienes no profesan ninguna religión como para los que profesan cualquier otra y segundo porque la enseñanza educativa tiene que ser empírica y académica y no basada en criterios de fe. La fe, las creencias, son algo personal que deben estar al margen de la institución escolar. Su sitio corresponde a las iglesias, las mezquitas o las sinagogas y en ellas es donde se debe proceder a la enseñanza religiosa.
La escuela y la enseñanza que se imparte en ella tiene que ser laica, porque la sociedad y nuestro ordenamiento legislativo es aconfesional. Todo lo demás es retrotraernos a un oscuro pasado ya superado y dar unos derechos y prebendas a una institución que se ve incapaz de desarrollarse por sus propios medios y que pretende imponer su retrograda moral a toda la sociedad, con la ayuda de unos políticos que tiene una concepción de la política, autoritaria y fundamentalista.
Salud, República y Socialismo
Antonio, ¿no tienes la sensación de que la derecha ultracentrista está más agresiva y envalentonada que nunca? O dicho de otra forma: ¿No te acuerdas tú de cómo estaban allá por los años 1976 y siguientes?
ResponderEliminar¿No te parece que en aquellos entonces estaban muy modositos? Como avergonzados o agazapados o —por lo menos— no con la soltura y la desvergüenza que tienen ahora.
Por entonces no se atrevían a autodenominarse de derechas, lo más probable es que se confesaran apolíticos, ¡¡toma ya...!!
Con decirte que en mi pueblo votaron todos a favor de que se renombraran las calles que fueron "bautizadas" en el periodo de la dictadura franquista. ¡¡Fíjate...!!
Salú y socialismo,
Yo más bien diría que la sociedad está más pasiva. En el 76 los ciudadanos teniamos la iniciativa, tomabamos las calles reclamando con contundencia nuestros derechos democráticos, sociales y civiles. Ahora los ciudadanos nos quedamos en casa y son los políticos coruptos quienes tomas la inicitiva politica amparados en una legalidad ilegitima.
ResponderEliminarSolo con que los 6 millones de parados tomaran conciencia de su situacion y salieran a la calle, la situacion cambiaría.
Un abrazo.
Salud, República y Socialismo